jueves, 28 de julio de 2022

Participar en Sociedad

Por: José Ruíz Mercado
Dramaturgo

Nos metemos en terrenos poco frecuentados. Educación, sociedad, clases sociales. Reacción ante los grupos de poder. Lo que una vez fue subalterno puede el día de mañana ser hegemónico.

   La educación en México, a pesar de su laicidad, no llega a ser científica. En el fondo continúa ejerciendo el dogma y el clasismo. Sostiene una verdad (terminal) acabada, reemplaza nombre por título, provoca ideología, endurece la lucha de clases.

   Sociólogos de la cultura coinciden en esto. Enseñar, educar, son conceptos diferentes, jamás sinónimos. La enseñanza tecnológica permite una serie de saberes especializados, ofrece las herramientas necesarias para entrar al campo laboral. De ahí el mito del título como facilitador.

   Hace unos años vino el conflicto de la tecnología educativa. Evitemos la desviación del conocimiento, se decía. Luego, como consecuencia llegó el intento de quitar del currículo las materias humanísticas. Enseguida las competencias. Todo un cierre paulatino. Llegaron las llamadas escuelas de excelencia en todos los ámbitos. Las especializaciones.

   Se dejó de lado las teorías de Paulo Freire. Ya no fue educar para la libertad, sino para ser mano de obra sometida a la oferta y la demanda. La necesidad de los grandes capitales, el convertirse en apto para producir bienes de capital.

LA PARTICIPACIÓN PROFESIONAL DEL ARTE

   He comentado la necesidad de la sociología del arte. Retomado los textos de algunos teóricos, quienes, hacen referencia a esto. Hoy entro de nuevo a la discusión con un grande de la sociología: Lucio Mendieta y Núñez; su libro, editado por la Universidad Nacional Autónoma de México, en 1962, y una segunda edición en 1979, parto de esta última: Sociología del Arte.  

   Lucio Mendieta y Núñez es una figura importante en el estudio de la sociología. Catedrático de la UNAM por varios periodos, iniciador de una de las revistas más importantes en la materia, reconocido en el extranjero por sus aportaciones a esa rama del conocimiento, como lo es el estudio científico de las relaciones entre los individuos. Experto en la sociología agraria, de los pocos, casi mínimos, estudiosos del arte a nivel ciencia. Nació un once de enero de 1895, y fallece en 1988.

   Entre sus grandes aportaciones se encuentra el estudio de los grupos sociales y su relación al interior del momento histórico. Contrario a la afirmación, todavía hoy día, del arte como un pasatiempo caro, o del acto individual, el afirma, a lo largo de su estudio, cómo, estilo, temática, forman parte de un todo, proveniente de lo anterior, la lectura del presente, con la propuesta al mañana. La teoría hegeliana de la dialéctica generacional.

   Escribió Richard Wagner en su estudio La Poesía y la Música en el Drama del Futuro: “El productor de la futura obra de arte no es otra persona que el artista de la actualidad que presiente esta vida del porvenir y ansía hallarse comprendido en ella. Quien alimenta en sí, con las facultades más suyas, esta ansia, vive ya ahora una vida mejor. Esto empero, lo puede hacer una sola persona: el artista”

   Otra aportación importante es, que la obra no parte de un estado de enfermedad mental ninguna; que no se puede hablar generalizando, que, si bien algunos autores parten de estados psicóticos, el momento de la creatividad no es fruto de esto, como muchos afirman, sino de un conocimiento profundo de varios factores: estilos, ubicación de clase social, entre otros.

   Emmanuel Carballo hace un acercamiento a esta teoría: “El mundo circundante interesa en sí y para sí. De allí el error que cometen ciertos críticos que pretenden definir al artista por la obra que produce. Se les olvida que el arte es vida, no una vida.”

   Nos provoca cuando cuestiona la idea errónea del arte como lo secundario, lo que no produce economía. El arte da identidad social (esto debería ser importante para los políticos, quienes menos se interesan) para los empresarios (forma parte del tiempo libre necesario para el trabajador. Entre más esparcimiento menos tensión) para el economista (la generación de empleos directos e indirectos ¿Cuántas ciudades son importantes por sus museos y galerías?), para el religioso (la libertad de expresión genera un estado de paz) Lucio Mendieta y Núñez hace un recorrido por los beneficios del arte, y la producción de este.

ARTE Y EDUCACIÓN

   El proceso educativo fundamentado en lo tecnológico funcional rebasa toda lógica humanista; la generación de grandes capitales es lo indicado para las sociedades de vecindades verticales.

   No importa si se mueren diez, cien, si con eso genero capital. Si un perro me molesta, quítalo del camino, los clientes de mi cantina se asustan. El verticalismo, la competencia, la falta de humanismo, una sociedad en donde el certificado es lo importante es una sociedad sin sensibilidad, con pensamiento lineal.

   Es para pensarse. Y vuelvo a los comentarios de Fernando Carlos Vevia Romero. Necesitamos sociólogos de la cultura comprometidos con su momento histórico. Requerimos de un colegio del conocimiento para entender que no somos entes aislados, formamos parte de un todo.

 


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