En retrospectiva, hablar de los aconteceres en México a partir de julio de 2018, es hablar de un cúmulo de acontecimientos con los que de esos 30 millones que participaron en la elección del presidente de este país, al 2020, un sin número de acontecimientos han contribuido, en algunos, a la reafirmación del apoyo dado a, Andrés Manuel López Obrador (AMLO); en otro sector de la sociedad a ir disminuyendo el entusiasmo y la esperanza de un cambio a profundidad del sistema de gobierno mexicano y el aumento de la crítica y acciones abiertamente demostradas en contra de éste nuevo gobierno que no emergió de una alianza con el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido de Acción Nacional (PAN ), quienes convocan ilusamente al derrocamiento del presidente.
Lo bueno que vivimos los
mexicanos tras ese 2018, fue que mediante el voto, se sacó de la presidencia
al PAN y al PRI quienes por ocho décadas, manejaron al país a su antojo y llegó
un hombre a la presidencia (AMLO) que declaró en su larga campaña: “por el
bien de todos, primero los pobres”; “que combatiría la corrupción, representada
por políticos y empresarios a los que llamó: la mafia del poder” y “que el
ejército regresarían a los cuarteles”; vislumbrábamos los mexicanos un país diferente del que por
tantos años padecimos.
Se aplaudió el hecho de que iniciaran programas sociales de ayuda económica a los discapacitados, a las
personas de la tercera edad, a los jóvenes que por diferentes circunstancias
ni trabajan, ni estudian aun, cuando las cantidades destinadas no garantizaban
que sacarían a nadie de la pobreza, fue bien recibida, lo mismo que la
reforestación en el país; se intenta combatir el outsourcing (la evasión de los patrones en sus
responsabilidades con sus empleados); el aumento al salario mínimo, que antes
no rebasaba el 2.7% (aproximadamente) y hoy se declara será de un 16%.
El hecho de clarificar el
funcionamiento de varios organismos que disfrutaban de presupuesto millonarios,
en los que al decir del presidente, imperaba la corrupción, el favoritismo y la
secrecía en su manejo, fue visto como el combate a la corrupción; el anunciar
que todas las agencias norteamericanas policiacas y de investigación, que aquí
habrían creado profundas raíces, no permanecerían más, salvo autorización
expresa de la presidencia y bajo determinadas condiciones que se impondrán.
Seguramente AMLO, no consideraba
qu, raíces profundas también existen en el comportamiento de los mexicanos, en
cuanto actitudes, costumbres, ambiciones y lo malo se empezó a develar, desde
el inicio mismo de la formación de su gabinete, pues seguramente los compromisos
obligados lo llevaron a conformar un gabinete, que nada tenía que ver con las
aspiraciones de un verdadero cambio y que el gatopardismo (simular cambios,
para que todo siga igual) permanecería tan presente como antaño.
Lo malo es que se abrió las
puertas en este nuestro nuevo gobierno, a los empresarios, con quienes tiene
frecuentes encuentros y en función de, “ tener una buena economía en el país”,
ante ellos se es permisible; el haber desechado la promesa de que los militares
regresarían a los cuarteles y antes al contrario, se les ha empoderado más aun
de lo que ya estaban; el no aplicar la justicia con el rigor debido y la
claridad ante la ciudadanía, contra los
políticos corruptos que entregaron a manos extranjeras todas nuestras
riquezas, casi deshicieron Petróleos Mexicanos (PEMEX), se enriquecieron hasta
la saciedad y empobrecieron a un país de más de 120 millones de ciudadanos.
El seguir con la tradición de un
poder legislativo que ignora la voluntad de un pueblo, por priorizar la
voluntad e iniciativas del presidente, es algo que no se esperaba, como no se
esperaba que los exagerados e insultantes salarios que se han impuesto los
funcionarios desde siempre, no tuviera la capacidad el poder ejecutivo,
representado por AMLO, de aplicar la medidas necesarias para la cumplimentación
de lo decretado, por él; el realizar obras de exagerada magnificencia y
destinar millonarios recursos en ellas, ante tantas necesidades de todo tipo en
el país y poner todo esto en manos del ejército, es algo que se sigue
criticando acremente; el segur permitiendo la privatizaciones de las
carreteras, por las que no podemos
transitar libremente, Bancos, minas, aguas, comunicación, telefonía, etc., es
algo que oscurece las expectativas que se tenía sobre un nuevo gobierno; la
delincuencia galopante, irrefrenable que día con día va sembrando los caminos
de México de sangre, asesinatos, desaparecidos, gente desmembrada y que, al
parecer nadie los puede detener, viviendo en un estado de inseguridad
constante.
Lo inconveniente que a dos años
de haber asumido el poder AMLO, es el padecer todos una pandemia feroz, que sigue cobrando vidas,
en mucho, por la irresponsabilidad de los ciudadanos mismos; aunque intrascendente pareciera, tras la declaración de la esposa
del presidente, Beatriz Gutiérrez Müller, de que no sería de ninguna manera,
“la primera dama” sin embargo, es
enviada con representación presidencial
a varios países de Europa, a realizar visitas a presidentes, y al mismo Papa,
con carta en mano de su señor esposo; en algunos casos a inaugurar exposiciones
de piezas arqueológicas, en otras a “promover la lectura” y la visita al
vaticano, ignoramos el verdadero motivo que ahí la llevó, como lo hicieron todas
las primeras damas anteriores, a pesar de existir un Secretario de Relaciones
Exteriores, Embajadores y Cónsules en los países visitados; la insistente
presentación del presidente en las conferencias mañaneras, día con día, se ven
hoy, como un medio de defensa ante sus opositores, cosa que es inicua, cuando
cuenta con un apoyo nunca antes visto hacia un presidente. Pero, son solo dos
años de su gestión, la esperanza de un
verdadero cambio, per vive.
bnpb 146@hotmail.com
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