Cambiar, No Cambiar, ¿Qué Ganar?

Por: Alejandro Ruíz Robles

“TODO CAMBIA, NADA ES” (Heráclito)

El reto más grande que nos presenta la vida es aprenderla a vivir en cada circunstancia sin olvidar quienes somos, nuestros principios y valores.

Para muchos, puede resultar intrascendente la manera de adaptarse a cada momento, basta con hacer lo mismo y esperar resultados similares a los pasados o cuando menos, que no los lastimen o afecten en demasía.

Para quienes buscan la mejor manera de vivir la vida seguro ésta, se presenta como una aventura constante a la cual hay que afrontar de la manera que consideremos más adecuada y con el deseo de salir avante a pesar de cualquier circunstancia en contra.

Es decir, la vida es una etapa de cambio continuo que exige una constante preparación.

Si vamos a vivir con intensidad, ¿debemos temer en forma proporcional?

 

“LAS EXCUSAS NO CAMBIAN NADA, PERO HACE QUE TODOS, SE SIENTAN MEJOR.” (Mason Cooley)

Nunca he entendido que nos lleva como seres humanos a concentrarnos en el menor esfuerzo y olvidarnos de nuestro crecimiento como personas, tanto en el plano humano como profesional.

Lastimosamente, la expresión “si hubiera”, es más constante en quienes se olvidan del esfuerzo por cambiar y hacen de su vida un cúmulo de justificaciones.

Vivir una realidad de ficción es conformarse a ser un evasor de su existencia; si nuestro mundo es ideal, sólo encajaremos en la virtualidad.

En ese contexto, ¿qué placer encuentran las personas en aferrarse a un mundo de pretensiones sin esfuerzo?

 

“TODOS PIENSAN EN CAMBIAR EL MUNDO, PERO NADIE PIENSA EN CAMBIARSE A SÍ MISMO.” (Alexis Tolstoi)

Dentro de las charlas que he tenido con profesionales especialistas en la conducta humana, a menudo me señalan que los que menos hacen son los que más pregonan por el cambio.

Tal pareciere que a mayor exigencia es menor su convicción por modificar su entorno. Viven para analizar, cuestionar y condenar, pero no actúan en consecuencia y en su mayoría, sólo mantienen su posición con la firme pretensión de tomar las oportunidades que se les presenten, siempre que no represente real compromiso.

La suma de sus pretensiones nunca será comparable con la disciplina por conseguir sus objetivos y en la mayoría de los casos, estarán para apoyar a otros siempre que les prometan ventajas rápidas para alcanzar metas.

En la experiencia de algunos de estas personas, les ha resultado más el halagar o acompañar a los que promotores del cambio que pretender asumir el compromiso de alcanzarlo por sí mismos.

Y en ese contexto ¿alguna vez has alcanzado un beneficio a costa de tu dignidad?

 

“¿POR QUÉ SE HA DE TEMER A LOS CAMBIOS? TODA LA VIDA ES UN CAMBIO, ¿POR QUÉ TEMERLE?” (George Hebert)

Si vivimos inmersos en la dinámica de la vida y ningún día es igual a otro ¿qué ganamos asumiendo un rol pasivo y conforme con nuestro entorno?

Tan válido es tener sueños como ir por ellos hasta lograrlos; aspirar a ser mejor persona y profesional es un derecho humano y quien señale lo contrario, simplemente no es digno de ser considerado. La mediocridad nunca ha sido ejemplo de desarrollo y quien da lo mejor de sí y emprende sus proyectos hasta lograrlos, es un factor de cambio que merece ser tomado en cuenta por su comunidad.

Dentro de los distintos tipos de personas y las conductas que éstas asumen, es válido que ellas se conduzcan de la manera que consideren adecuada siempre que no afecten a alguien. Habrá quienes vivan esperanzados en lo que les den y atendiendo al menor esfuerzo y en cambio, quienes se comprometan cambiar su mundo atendiendo a sus metas sin embargo, que grato es conocer a alguien que se compromete consigo mismo.

Si una ventaja tiene el hombre es que con su libre albedrío puede hacer lo que así decida. ¿Tú que has decidido para ti?

 

“EL HOMBRE ABSURDO ES EL QUE NO CAMBIA NUNCA” (Georges Clemenceau)

Usualmente, en casa nos impulsan siempre a ir por nuestros sueños por más irrealizables que en ese momento sean y curiosamente, nuestros padres se convierten en nuestros principales promotores y porristas.

Para el papá o la mamá, no hay hijo más fuerte, inteligente y habilidoso que el suyo y ni hablar de que la belleza, astucia y sensibilidad se hacen presentes en su hija.

Ellos desde que estábamos en el vientre nos deseaban lo mejor y esperaban que alcanzáramos todos los éxitos que pudiéramos y que ellos desearon; conforme crecemos y atendiendo a los resultados que obtenemos podrán cambiar sus expectativas, pero nunca su fe por un presente brillante y un futuro halagador.

Ante tales circunstancias ¿en qué momento dejamos de ser el producto de sus deseos y nos convertimos en los méritos que alcanzamos?  ¿Por qué dejamos de satisfacer sus expectativas y nos conformamos con las que se nos presentan? Es válido decidir de manera individual lo que hagamos de nuestra vida, pero ¿cuál es la razón para desconocer el esfuerzo de otras personas que nos han dado todo lo posible para ser la mejor versión de cada uno de nosotros?

Tan cierto es que conforme crecemos tenemos la decisión de hacer con nuestra vida lo que queremos hasta que ésta nos enseña los límites que podemos alcanzar y de ahí, tendremos la opción de cambiar nuestras aptitudes y recursos y dirigirlos a nuevos destinos, siempre adaptándonos conforme avanzamos.

Y ello se resume al siguiente cuestionamiento:  ¿estás listo para el cambio?

 

“CUANDO SEA MÁS DIFÍCIL SUFRIR QUE CAMBIAR, ¡CAMBIARÁS!” (Robert Anthony)

Motivos para cambiar hay muchos: vanidad, superación, riqueza, etcétera; sin embargo, hay uno básico: la sobrevivencia.

Si hay algo que nos impulsa a buscar nuevas maneras de vivir es la necesidad; desafortunadamente, cuando esta se presenta no siempre es en las mejores circunstancias ni de la manera deseada.

Una vez que decidimos cambiar, ¿qué hacer?

Hoy por hoy no hay recetas mágicas, tan pertinente es asistir con un terapeuta como leer un libro o tomar un curso de superación, motivacional o con enseñanzas que podamos aplicar; la decisión es de cada uno.

¿Cuál medio da los mejores resultados? Difícilmente encontraremos algo preciso. Tendremos desde los más recomendados por las personas que en ellos intervienen hasta los presumiblemente hechos por charlatanes; siendo la conclusión, que el más adecuado para ti sea el que te da herramientas para tu cambio.

En ti está el poder de transformarte y convertir las enseñanzas que te sirvan a ser la mejor versión de ti en el tesoro más preciado; en el entendido que al compartirlo podrán presentarse distintos resultados.

 

Ante esta oportunidad estimado lector… ¿TE COMPROMETES A SER UN FACTOR DE CAMBIO?

 

COMENTARIO FINAL

 

“DEBES SER EL CAMBIO QUE DESEAS VER EN EL MUNDO.” (Mahatma Gandhi)

Hoy tengo en mis manos el libro “Humanizando el cambio: mente, emoción y cuerpo. Aplicación del Modelo de Cambio Organizacional PAIS para Pensar, Aceptar, Iniciar y Seguir” y me doy cuenta de la gran responsabilidad que esto representa al ser invitado por su autora para escribir el Prólogo.

De su lectura me doy cuenta de que no es un texto sencillo, no tanto por los conceptos sino por la apertura que debe tener el lector para intentar cambiar su rumbo mediante la aplicación del texto.

La manera en que está escrito es sencilla, ágil y dinámica, apta para cualquier persona ávida de cambio; basta con ver el paradigma de modelo de cambio que nos presenta para entender que éste es sólo una parte de la magia; su complemento estará en el compromiso del lector por razonar su situación, comprometerse con la transformación que representa, actuar en consecuencia y no desfallecer en el intento.

Tan simple que se puede resumir todo en el acrónimo “PAIS” y tanto esfuerzo que representa el llevarlo a cabo.

Fin, como expresará Terencio: “Cuando no se puede lograr lo que se quiere, mejor cambiar de actitud” Y eso es lo que tenemos los lectores, la posibilidad de alcanzar nuevas metas a través de concretar las oportunidades que nos ofrece este texto; con la garantía que su autora sabe de la riqueza de su contenido y en forma humilde y honesta no sólo nos comparte su saber y experiencia sino sus ganas de que aprendamos a través de su esfuerzo, amor y dedicación de muchos años de trabajo.

 

¡Gracias Mariela Perdomo por darnos tanto en unas cuantas páginas que al aplicarlas a nuestra vida nos llevará a ser una mejor versión de nosotros mismos!

Alejandro Ruiz Robles
Febrero de 2022

 Posdata: Agradezco la invitación de la doctora Argénida Barrios a participar en el “Encuentro Latinoamericano” organizado por la Universidad Intergeneracional de Panamá el próximo 16 de febrero.

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