Por: Blanca Nieves Palacios Barreda
Se
suele decir, en relación con los que han ejercido y ejercen la actividad
política y que han tomado ésta, no como una vocación de servicio, sino una
forma de servirse de ella para enriquecerse, mediante la corrupción, que se
conforma de engaños, mentiras,
traiciones y la burla a toda una ciudadanía que: “la historia los
juzgará”.
Frase
tan subjetiva que los políticos no le dan ninguna importancia y en su cinismo y
desvergüenza se ríen de ella, pues se sienten victoriosos y sabido es que, “la historia la escriben los vencedores”.
Por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), con más de nueve décadas de existencia, sin duda transitaron en sus inicios personas con un amplio reconocimiento por su honorabilidad, que contribuyeron, a la creación de instituciones como Petróleos Mexicanos (PEMEX); los de salud, Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), e Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE); igualmente en el área educativa se crea la Universidad Autónoma de México (UNAM) y el Instituto Politécnico Nacional (IPN).
A la par fue surgiendo una casta de privilegiados que en su irrefrenable ambición como líderes sindicales, con la complacencia de los presidentes de la República en turno a fin de ser inamovibles del poder acumulado sexenio tras sexenio, les permitían se perpetuaran como dirigentes, teniendo siempre sometidos a su antojo a la clase obrera, campesina, ferrocarrileros, mineros, pescadores.
Fueron
los priistas los creadores de la corrupción en México, contaminando a la
sociedad, mediante la conformación de grupos de ganaderos, agricultores,
médicos, profesores, comerciantes, siempre bajo el control de los, “líderes”,
cuyo beneficio siempre se enfocó hacia los presidentes, y los empresarios que con
su apoyo empezaron hacer grandes fortunas.
La
entrega de nuestros recursos naturales que, mediante una explotación irracional
y una atroz contaminación a nuestro medio ambiente, fueron puestos en manos de
prestanombres que han actuado a la
fecha, sin ningún sentido nacionalista, en manos de compañías extranjeras,
otorgándoles contratos hasta por 50 y 100 años, nuestro: petróleo, gas, minas,
medios de comunicación y transporte, mares y electricidad, dejando de ser
propiedad de los mexicanos.
Difícil
resulta, hoy por hoy, cancelar esos contratos, so pena de demandas súper
millonarias que interponen esas compañías extranjeras, ante tribunales
internacionales, en los que México siempre sale perdiendo. Ante un cambio de
gobierno, impulsado soterradamente por priistas, más parecida a una
negociación, con quien había venido siendo su cómplice el Partido de Acción
Nacional (PAN), llega a ocupar la presidencia un mediocre empleado de la
empresa Coca Cola, Vicente Fox Quezada, en aras de evitar un estallido social,
dado el hartazgo que la ciudadanía demostraba ante la galopante pobreza que
inundaba al país.
El
fracaso para el pueblo, que votó esperanzado por un verdadero cambio con el
candidato del PAN fue rotundo, la corrupción continuó favoreciendo tanto a los
del PRI como a los del PAN, la desilusión fue mayúscula, al grado de que la voz
populi decía: “salieron peor los del PAN, los del PRI robaban, pero dejaban
robar”.
La
situación de corrupción en México se acentuó con el regreso del PRI, en la
persona de Enrique Peña Nieto como presidente; habían probado que el pueblo no
se levantaría nunca contra el gobierno, fuera éste cual fuera e hiciera lo que
hiciera.
Llega
así a la presidencia de México, un personaje llamado Andrés Manuel López
Obrador (AMLO) que, con alguna diferencia en su discurso, anunciaba un
verdadero cambio; los ciudadanos al escuchar decir a este nuevo candidato que:
“por el bien de todos primero los pobres”, fue la llave del éxito para que los
ciudadanos conformaran con su liderazgo un nuevo Partido Político al que llamó:
Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA).
Fueron
miles de personas las que contribuyeron a la formación de MORENA, mismas que
dejaron de lado que AMLO, desde su juventud fue miembro del PRI, su formación
política fue adquirida en ese Partido que tanto daño hizo al país,
consecuentemente a la gran mayoría de los mexicanos, sus más cercanas amistades
han sido del PRI.
Por
lo tanto, ya habiendo alcanzado su meta primordial que era la presidencia de la
República, sus fieles seguidores, militantes de MORENA, dejaron de ser de su
interés, para posesionar en importantes puestos a sus ex compañeros (???)
priistas que es lo que hoy se ve en todos los Estados de la República;
No
se equivoca quien ha señalado a MORENA como un anexo del PRI y llamarlo con
desilusión, tristeza y enojo: PRIMOR.
bnpb146@hotmail.com
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