Por: Alejandro Ruíz Robles
PERMANENCIA VOLUNTARIA
Si hay algo que los padres siempre desean a
sus hijos es su bienestar, felicidad y permanecer a su lado; esto último es
quizás lo más difícil porque sabemos que en lo posible siempre los
satisfactores materiales y el amor estarán a su disposición, pero las
presencias desaparecen al crecer y con el tiempo, la vida se agota.
Y tal consideración se tiene para todas
aquellas personas que representan sentimientos durante nuestra vida. De tal
manera que, si hay algo que es sumamente importante para cualquiera, es saber
estar con quienes importan y mejor aún, que éstos sepan que estamos para ellos.
Las palabras sin acciones son tan vanas
como vacías. Decir sin sentir no representa valía y aún jurar amor constante y
eterno no conlleva efecto alguno si no se manifiesta plenamente, ¡no sólo
cuando se quiere sino cuando realmente se requiere!
Realmente la gente que amas ¿sabe de tu amor hacia ellos?
Nadie
nace queriendo ni mucho menos sabiendo quien será importante en su vida.
Quizás
sea sencillo amar a nuestros padres porque ellos desde nuestra gestación nos
muestran el calor de sus sentimientos. Basta señalar que al ver por primera vez
la luz y entre llantos y nalgadas, el abrigo del abrazo que recibimos es
suficiente para sentir que somos especiales para una mujer que, dependiendo de
las circunstancias, en presencia o en ausencia, estará acompañada de nuestro
padre y de una festiva multitud familiar.
Quizás
no recordemos nunca esos momentos, pero la sensación de sentirnos bienvenidos
con júbilo y el constante afecto será determinante en nuestro desarrollo.
El
amor que recibimos en familia será la base de todos los sentimientos que
conozcamos y consolidemos en nuestras vidas.
“Yo
amo a mi mami” o “te quiero papito”, son expresiones tan sentidas como
frecuentes en el amanecer de nuestra vida las cuales, en mayor o menor medida,
se dispersan al crecer y tomar nuestros caminos.
El
fervor por la presencia y afectos por nuestros padres se diluye por intereses y
metas propias pudiendo llegar a ser con el tiempo desde discretos cariños hasta
verdaderas confrontaciones.
Tal
pareciera que las muestras tan naturales de afecto en nuestra niñez se olvidan
en la madurez y nos cuesta expresarlas y recibirlas. ¿El adulto que hay en ti sabe como expresar amor por sus padres?
Conforme avanzamos en nuestro camino,
conocemos personas y decidimos quienes formarán parte de éste. Es decir, de los
cientos que están a nuestro alrededor y coinciden por momentos, elegimos
quienes participarán de nuestra presencia y a quienes les mostraremos afecto.
Si valen la pena, así lo haremos,
pretendiendo no sólo la correspondencia sino el anhelo de que sea pleno y
permanente. Mostrarnos hoy y ahora es quizás lo único seguro que podamos hacer,
tomando en cuenta que el pasado es historia y el futuro es incierto es decir,
dar lo mejor que tenemos para las personas que así decidimos en nuestro
presente.
Disertar sobre el amor nos llevaría miles
de hojas razón por la cual, sólo partiremos de una premisa básica: ¡el primer amor es hacia sí mismo y sólo
quien se ama puede compartirlo!
LA AUSENCIA AL ESTAR
No hay mayor forma de mostrar afecto que
dándolo y esto que parece tan sencillo en la mayoría de las ocasiones lo
olvidamos. Ya sea por la vorágine de nuestras actividades, tareas, compromisos
o distancias, reales o imaginarias, dejamos de poner atención a quienes merecen
tenerla y por ende, ellos olvidan que son prioridad y con esto, que son objeto de
nuestro sentimiento.
¿Cuántas veces
estamos con las personas más importantes para nosotros y lejos de mostrarlo y
fomentar la interrelación nos distraemos en lo que no es relevante?
Sólo por citar, culpar a un teléfono por sonar
o a los mensajes por llegar es sólo justificar nuestra falta de disposición por
atender a quien merece nuestra atención.
No hay mayor tristeza para una persona que
estando presente en tu vida, le muestres que estás ausente en la suya… ¿Das a las personas que te importan la
importancia que merecen?
Y
con la suma de tus ausencias, consolidas tu indiferencia y a la larga pierdes
importancia.
El factor de pertenencia en los inicios de
tu comunicación con la persona que pretendías atraer y mantener a tu lado, pasa
a ser distante. Si antes la mostrabas como tu prioridad, ahora tu distracción
constante la exhibe en un rol secundario.
Y cuando crecen las distancias, conllevan
diferencias que sino atiendes derivan en barrancos sin puentes.
Lamentablemente, los acantilados son más peligrosos cuando te toman por
sorpresa y pierdes el camino. La falta
de atención en los detalles a la larga te muestra lo distante que eres para
quien merece toda tu consideración y quizás cuando te percates de ello, no haya
manera de que tú recuperes el lugar que llegaste a tener.
Ninguna lágrima será suficiente para
reparar un sentimiento perdido. La más simple acción oportuna demostrará la
importancia por la persona que es objeto de tu interés.
¡Vive para
mostrar tu afecto a quienes lo valgan sino perderlas será tu constante y nunca
superarás ese defecto!
LOS MEDIOS NO SON FINES
Si hay algo que nos puede distraer de
nuestras metas son los medios y el valor que demos a éstos. Ya sea el dinero,
el trabajo o bien la tecnología, estos no son fines por si mismos. Serán útiles
en la medida que nos lleven a nuestros objetivos como persona, es decir:
felicidad, amor, trascender, entre otros.
Mención especial merece la tecnología,
misma que nos ayuda a alcanzar miles de objetivos. Ya sea desde una
comunicación hasta un resultado extenuante, es un elemento de suma utilidad en
nuestra sociedad.
No obstante, ésta es un medio no un fin. No
te pierdas en ella. Si tu fin es divertirte, juega con ella, pero no te
obsesiones. Si quieres comunicarte, hazlo, pero no seas adicto de tratar con
millones de desconocidos y olvidar a los conocidos. Tú naturaleza es para vivir
en compañía de personas no para ser un ente de realidad virtual.
Usa la tecnología, pero no abuses de ella.
No pierdas la oportunidad de compartir con personas en tu entorno por ser un
seguidor de la ficción.
No conviertas tu
vida en una realidad virtual. ¡Disfruta tu realidad humana!
A TIEMPO, TE DEDICO MI TIEMPO
Si hay seres que dependen de tu presencia
para ser felices, no los castigues con tu ausencia.
Invierte en ti como ser humano y muéstrales
quien eres y el valor que ellos tienen para ti. Dales el recurso más importante
que tienes: tu tiempo.
Una persona que es objeto de tu atención se
sentirá honrada de ello y en reciprocidad, seguramente, ella también invertirá
en ti. Si sólo es parte de tu distracción, quizás tú representes para ella un
simple entretenimiento.
¡No esperes
recibir lo mejor de alguien cuando sólo das lo básico de ti!
De más está reconocer que la falta de
atención en las personas que nos importan puede tener consecuencias
irreparables: divorcios, adicciones, frustraciones, desvelos, conflictos,
llanto, etcétera. Atiende a quien te interesa, hazle sentir la importancia que
tiene en tu vida y observa las diferencias a tiempo. En la medida que atiendas
a los indicios de desavenencia o desinterés podrás corregirlos con oportunidad.
La vida son detalles, obsérvalos y actúa en
consecuencia. Si cometes errores, discúlpate y remédialos. Si hay algo que te
lastima, comunícalo y resuélvanlo en conjunto.
Usa la tecnología para hacer sentir que la
persona te importa. Comparte un mensaje que lo muestre y nunca presupongas lo
que ella piense o quiera de ti para ella.
Piensa: ¿cuándo fue la última vez que
expresaste la importancia de las personas en tu vida? Si no lo has hecho hoy,
no esperes a mañana. ¡PON ATENCIÓN
Y MUESTRA TU ATENCIÓN!
Reflexiona y considera: ¿ESTÁS AQUÍ Y AHORA PARA QUIÉN AMAS?
Posdata: “No llores porque ya se terminó,
sonríe porque sucedió” (Gabriel García Márquez, 1927/2014).
Twitter: @22Publica
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