jueves, 27 de febrero de 2020

Desde hoy

Por: Fernando D'Sandi

No esperemos al 9 de marzo para protestar ante tanta injusticia, ultraje y acciones indescriptibles que hemos hecho contra las mujeres de ayer, hoy y siempre.
Protestemos contra los que somos responsables de traer hijos al mundo y hemos enseñado a los hombres a cosificar a las mujeres, a tratarles como objeto, como prenda, como trofeo. Alcemos la voz contra papá y mamá que solapan insultos sin sentido de ida y vuelta entre los hijos y las hijas, los que ponen responsabilidades de casa no según la edad, sino el género... Nadie ayuda en casa, mantener el orden y limpieza, es tarea de todos.
Protestemos ante los padres que no se escuchan entre sí, los que se hablan a gritos, amenazas e insultos. Defendamos al niño o niña que en cualquier forma es señalado, discriminado o etiquetado, incluso por la propia familia o por los propios padres.
Marchemos en contra del padre o madre de familia, que presa de su cansancio, estrés y frustraciones, pasadas o presentes, grita o hasta golpea injustificadamente al niño que ríe alto, al que llora, al que investiga, al que nos aparta de la reunión, de la TV o de la pantalla del móvil. Hay que levantar la voz en contra de las parejas que compiten por amor, las que riñen a niñazos, las que ponen lupa en los defectos del otro, las parejas que buscan someterse mutuamente.
Además de un moño rosa, verde, blanco o morado, pongamos palabras, abrazos, muestras de afecto, escuchemos con respeto al otro, sus creencias, su ideología. Dejemos de querer conquistar al otro, de invadirnos como personas.
Dejemos de competir, de movernos por estadísticas que impiden ver la realidad y dimensión del problema que enfrentamos...
Esto, más que ser cosa de hombres y mujeres es asunto de personas, seres humanos construyendo mientras otros destruyen, personas que dan vida y otras que la arrebatan.
Esto es cosa de faldas y pantalones, de huevos y de ovarios, es cosa de gente, de humanidad.
Hagamos esta protesta justo ahora, siendo cada uno consciente y responsable de sopesar sus acciones, sus palabras, su manera de ver la vida. No esperemos un día más, desde casa, desde el corazón, pongamos remedio ¡ya!
Paremos la violencia, la corrupción, la impunidad, el abuso... Pero eso se hace primero en casa, desde el hogar...
Me uno a esa protesta, a ese paro.
"Humanos por encima de todo".


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