Por: Patricia Alvarado Corona, Comunicadora popular y defensora de Derechos Humanos.
La construcción de sociedades pacíficas es el anhelo de toda
gobernanza de cualquier comunidad, ciudad, estado o país. Es una construcción
social que requiere de primera instancia de la voluntad política pero sobre
todo del compromiso ciudadano.
La pacificación de cualquier índole deviene de un proceso
dinámico y de conjuntar diferentes esfuerzos, herramientas y convicciones para
que esta fructifique y rinda frutos asequiables de beneficio global para que
replique en lo local.
La Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas en
su Objetivo de Desarrollo Sostenible 16 de Paz, Justicia e Instituciones Sólidas
nos dice que es necesario erradicar todo tipo de violencias, exclusión y desigualdad,
poniendo fin al maltrato, a la trata, la tortura y a la violencia contra la
niñez y fundamentalmente promover el estado de derecho nacional e internacional,
procurando la igualdad de acceso a la justicia para todos y todas para el
mantenimiento de la paz.
El imaginario colectivo nos ayuda a mirar, observar,
clasificar, y es quien nos lleva de la mano como ciudadanía a ordenar nuestro
entorno haciendo uso de la reeducación formal e informal para una consolidación
ciudadana donde la convivencia pacífica entre todos (as)sea la que prevenga los desórdenes y desigualdades sociales.
Es necesario replicar esta reeducación para multiplicar desde
los principios de solidaridad, cooperación, diálogo, prevención, provención,
igualdad, unidad y respeto para salvaguardar la dignidad de todo ser humano,esa
dignidad que como bien apunta la Ley General de Atención a Víctimas “es el
valor, principio y derecho fundamental base y condición de todos los demás”.
Recordemos que la convivencia armoniosa es la que hace
sociedades pacíficas la cual conlleva un alto grado de responsabilidad y de
corresponsabilidad ciudadana, los valores humanos de igualdad, justicia,
libertad nos dan el poder,disfrute y
ejercicio de lo derechos humanos que nos pertenecen por el simple hecho de ser, seres humanos, y los cuales son el corazón de la cultura de paz toda aquella
transformadora de actitudes, tradiciones, comportamientos capaces de
solidarizarnos con los (as) demás.
Promovamos una educación que sea capaz de desarrollarnos
procesos concretos para que socialmente vivamos la paz a través de nuestra
cotidianidad para resolver cualquier conflicto por medio del diálogo y la
cooperación para construir relaciones propositivas, con rechazo a cualquier
tipo de violencia respetando las diferencias y ensalzando las coincidencias.
“El objetivo principal de la educación es crear personas capaces de
hacer cosas nuevas, y no simplemente repetir lo que otras generaciones
hicieron”.
Jean Piaget
Enero 15 del 2020
patyalvaradocorona@gmail.com
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