jueves, 27 de abril de 2023

Eso del Método

Por: José Ruíz Mercado

   La educación como un proceso, esfuerzo y disciplina, ejercicio eficaz y productivo. Interpretación del mundo, posibilidad de acción, cualidades sígnicas. Replantearse la acción, ubicar los objetivos.

   Lev Vygotsky nació un 17 de noviembre de 1896 en Orsha Vielorusia, fallece un 19 de junio de 1934. Jean William Fritz Piaget nació ese mismo año el 9 de agosto en Neuchatel, Suiza, fallece el 16 de septiembre de 1980; el mismo año de fallecimiento de Erich Fromm y Jean Paul Sartre, entre otros.

   Los autores nacidos en un periodo tienen similitudes en su entender el mundo a pesar de la distancia. Algunas necesidades tienen similitud, otras aparentan. Las similitudes entre los teóricos del Siglo XX radican en que el memorismo por sí sólo nos lleva a la nada.

   Ya con Hegel cuando escribe acerca de la historicidad, cuando escribe su tratado de Estética, cuando lanza su frase lapidaria de una generación nace a partir de entender su pasado para construir el futuro lo demás será la manera de abordarlo, es decir, el método.

   Vygotsky y Piaget nacieron el mismo año a unos kilómetros de distancia. Les tocó vivir la caída de los regímenes, los principios de las Revoluciones, la primera guerra mundial, las trasformaciones tecnológicas. No jugaron juntos de niños ni corrieron por las mismas veredas, pero, si las generalidades sociales. Periodo de cambios.

   Vygotsky afirmó que no es posible entender el desarrollo del niño si no conoce la cultura donde se cría. Los patrones de pensamiento no son innatos, son producto de las instituciones culturales y las actividades sociales.

   La socialización del niño, el aprendizaje, se da a partir de su actividad, aprende a incorporar a su pensamiento herramientas culturales como el lenguaje, los sistemas de conteo, la escritura, el arte, las maneras de mesa, la religión, y todo lo afín a la interacción humana.

   Lo cognoscitivo se lleva a cabo a medida que internaliza los resultados de sus interacciones sociales. Tanto la historia de la cultura del niño como la de su experiencia personal son importantes para comprenderlo.

   Existe aquí una intertextualidad en donde, en principio, infante receptor, entre lo que percibe, y lo que cree percibir a partir de su experiencia primera, lo suma, o lo resta, acorde a su experiencia conforma, de adulto, su visión del mundo.

   Aquí viene otro acervo en lo político, esa visión del Estado que la clase gobernante requiere para subsistir. Daniel Meyran hizo énfasis en este punto cuando estudia la careta del público y la dramaturgia mexicana en cierto periodo histórico.

    …"coinciden con un momento de la historia mexicana en el que la identidad nacional está en el centro del debate político y cultural, un momento en que la sociedad mexicana está puesta en tela de juicio; los años 50, ontología del ser mexicano e instalación del presidencialismo despótico; los años 6070 revolución sesentaochera y masacre de Tlatelolco; los años 80-90 la ola del neoliberalismo, el tratado de libre comercio, la degeneración del PRI; y los años 90-2000 con la pérdida repentina de la identidad, la reivindicación comunitaria indígena en Chiapas y el advenimiento de Vicente Fox, del PAN a la presidencia de la república."

    Retomemos lo que Vygotsky afirmó acerca de la cultura donde se cría. Si aún no se ha perdido la memoria colectiva, recordemos el paso de sustantivo a adjetivo (¿o al revés?) Chiquillo es un concepto peyorativo. Incluyendo la marca de calzado para niños. Chiquillos y Chiquillas, por lo tanto, no era un lenguaje incluyente: La memoria histórica.

   Cuna hace historia, escribió unos años después Carl Gustav Jung. Cuando Paulo Freire escribió su, hoy clásico, La Educación como Práctica de la Libertad, estaba retomando esta base de reconocer la cultura propia. Por lo tanto, la abstracción del pensamiento, la incorporación de nuevas herramientas.

   Entre las culturas primigenias (principalmente en el estado de San Luis Potosí) se afirma que, quien desconoce su cultura es el extranjero, quien ha salido de su terruño por negarse a la cultura de sus ancestros.

   Wanda Rodríguez Arocho escribió un interesante acercamiento a las teorías retomadas por Paulo Freyre en su Pedagogía del Oprimido sobre las nociones de unidad epocal y temas generadores: "La unidad epocal establece las condiciones particulares y la especificidad histórico social, es decir, el contexto de la actividad. De ella surgen los temas generadores, que son temas tan fundamentales para la comprensión de la realidad que tienen la posibilidad de desdoblarse en otros tantos temas que provocarán tareas que deberán ser resueltas".

 

2 comentarios:

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  2. Un gusto enorme leerte, José, después de tantos años desde Univer a inicios de los neoliberalistas 90s. Me parece que una forma de consolidar la identidad colectiva de los pueblos es a través de las intervenciones que el Estado podría realizar para incentivar la cohesión social. No me hago ilusiones, pues la erosión generalizada del tejido social y la individualización a ultranza dejan poco margen para ello. Por cierto, ojalá nos pudiéramos comunicar por correo (g a b r i e l [arroba] g m a i l punto c o m). Abrazo.

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