Por:
Eva Montañez García
Psicóloga
En
esta ocasión abordaré el tema sobre que es la atención para ampliar el
conocimiento de mis lectores por lo cual
continuaré explicando lo se entiende por atención.
La
atención se puede definir como la
capacidad para seleccionar y generar para mantener un nivel de activación adecuado para procesar
la información relevante. Dicho de otra forma, la atención es un proceso que
tiene lugar a nivel cognitivo y que permite orientarnos hacia aquellos
estímulos que son relevantes, ignorando los que no lo son para actuar en
consecuencia.
Existe
una serie de características que se encuentran implícitas en su definición y
que son importantes conocer para entender la importancia de esta función
cognitiva. Entre estas cabe destacar:
Amplitud: cantidad de información que podemos atender al mismo tiempo y cantidad de tareas que podemos realizar de forma simultánea. Hay que tener en cuenta que la atención es un recurso limitado y aunque se pueda atender a más de una cosa a la vez llegará un punto en el que no sea posible.
Intensidad:
también llamada tono atencional y es entendida como la cantidad de recursos
atencionales que se prestan a un estímulo dado. Es decir, pueden darse
fluctuaciones en el nivel de recursos que dirigimos a un estímulo determinado,
pudiendo realizar tareas prácticamente sin prestar atención (tareas
automáticas) y otras que exigen altos recursos atencionales (tareas controladas).
Oscilamiento o desplazamiento de la atención: La atención alternada es la capacidad de poder cambiar el foco atencional de un evento a otro (atención alternada). Es decir, la atención alternada se produce cuando realizamos más de una actividad al mismo tiempo y ambas actividades demandan los mismos tipos recursos cognitivos, por lo que debemos cambiar el foco de una a otra, ya que atender a las dos al mismo tiempo no es posible.
El foco de atención o foco atencional puede dividirse según su dirección: externo (estímulos que proceden del entorno) o interno (estímulos que proceden del propio individuo); y según su amplitud amplio (permite percibir varios estímulos a la vez) o estrecho (el individuo realiza un filtro de los estímulos no deseados. Es decir, el individuo bloquea el resto de distractores para atender a una única tarea).
Control: la atención puede ser voluntaria
o involuntaria. En la atención voluntaria o activa la persona debe realizar un
esfuerzo mental para movilizarla, procesar la información entrante y mantenerla
el tiempo necesario para posteriormente dar la respuesta más adecuada. Es
decir, el individuo controla y regula los procesos cognitivos destinados a
realizar una tarea mental. Por el contrario, existen estímulos que, por sí solos,
son capaces de atraer nuestros recursos atencionales sin requerir ningún
esfuerzo por nuestra parte, hablamos de atención involuntaria o pasiva.
La
atención actúa entonces como un proceso cognitivo que permite en la vida diaria
dirigir los recursos, actuando como un filtro o cuello de botella selectivo que
nos permite enfocarnos en la parte relevante de la información. Esto permite
dirigir la atención hacia la tarea para maximizar el aprendizaje y minimizar el
cometer errores.
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