Por: Victoria Falcón Aguila
A los 79 años de edad, el
cantautor cubano Pablo Milanés falleció la noche de este 21 de noviembre (en América y ya 22, en Madrid, España), a consecuencia de un padecimiento de cáncer con el
cual batalló durante varios años.
Uno de
los precursores de la trova cubana junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola, será recordado por sus grandes éxitos
como Yolanda, el breve espacio en que no estás, El amor de mi vida, si ella me
faltara; más de 400 canciones englobadas en más de medio centenar de álbumes
como solista, más una quincena de trabajos con el Grupo de Experimentación
Sonora del ICAIC (GESI), además de los álbumes colectivos y colaboraciones con
otros artistas como Silvio Rodríguez, Ana Belén, Fito Páez, Ricardo Arjona,
Maná, Joaquín Sabina, Joan Manuel Serrat, Víctor Manuel, entre otros.
Nació en Bayamo, República de
Cuba un 24 de febrero de 1943, sus estudios musicales, los realizó en el
Conservatorio Municipal de La Habana.
Sus inicios musicales estuvieron
influenciados por la musical tradicional de su país y por el estilo musical “feeling”,
presente por los años cuarenta, cuya influencia provenía de las canciones románticas
estadounidenses y el jazz.
En 1964 se une a la agrupación los Bucaneros, y para 1965, publicó "Mis 22 años", unión entre el feeling y la Nueva Trova Cubana, en él incluyó nuevo elementos vanguardistas que dieron origen a lo que vendría después. Pero en 1966 fue enviado por las autoridades a un campo de trabajo forzoso de la Unidad Militar de Ayuda a la Producción (UMAP) en la zona de Camagüey; logró fugarse a La Habana con la intención de denunciar las injusticias cometidas ahí, lo definió como “un campo de concentración estalinista”, sin embargo fue encarcelado por dos meses en “La Cabaña” y luego mandado a un campamento de castigo, hasta la disolución de la UMAP, a finales de 1967. Evento del cual nunca recibió disculpas por parte del gobierno.
Para 1967 comenzó a componer
canciones con temas políticos, influenciado por el Primer Encuentro
Internacional de la Canción de Protesta; en 1968 junto a Silvio Rodríguez ofrece
un concierto en la Casa de las Américas, antecedente de lo que más tarde en los
años setenta surgiría, la nueva trova cubana.
A finales de los sesenta y medidos
de los setenta participa de un taller creativo cuya finalidad era forjar joven talento
cinematográfico cubano, enseñándoles lo mejor de la música cubana, logrando una
generación de cineastas que unían perfecto el cine con la música. En su larga
trayectoria compuso temas para películas, ganando en
1988 en el Festival Internacional de Cine de Venecia, en la categoría Golden
Osella a la mejor BSO, por la película “Un señor muy viejo con unas alas
enormes”.
En 1980, inició un trabajo
discográfico centrado en la recuperación de la canción tradición cubana, el
Son, rescatando compositores e intérpretes que estaban casi en el olvido agrupándolos
en el álbum “Años”.
En 2021, pudo ver realizado su
sueño de que su extensa obra realizada a lo largo de 6 décadas, tuviera presencia de forma inmediata y accesible en las plataformas digitales.
En sus últimos años, fue una
figura musical que mantuvo la crítica al régimen cubano, aunque defensor de la
Revolución cubana, se caracterizó por mantener una posición de crítica pública
a los errores cometidos en la conducción del país; “Las ideas se discuten y se
combaten, no se encarcelan”. Así mismo alzó la voz contra el racismo, la
homofobia y el machismo.
Descansa en Paz
Pablo Milanés.
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