viernes, 4 de noviembre de 2022

De Juerga

Por: Lourdes Cervantes

Abandonada en el tablado, la guitarra andaluza.
Ebrios, el uno en la otra apoyado, tropezando por el empedrado mojado con la lluvia de verano.
Agrietaban el silencio de la noche entre risotadas y maldiciones proferidas a voz en cuello.
“Me la llevé al río creyendo que era mozuela”, entre eructos el  Manuel le declamaba a la Carmela.

De juerga andaban, importándoles un rábano el alboroto y el sueño interrumpido a las buenas almas del poblado -que con todo y buenas-, a su madre les recordaban, al paso por sus ventanas y puertas.

Mas, tal escándalo justificado estaba, pues ambos “celebraban”, que con un palmo de narices, los haya dejado aquél que tanto amaban. El hermoso bailaor que ese día con la criolla acaudalada, se había fugado,, cuando antes, al Manuel y a la Carmela -a cada uno por separado –, “Amor Eterno” les habían jurado.


 


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