Dramaturgo
Cultura en México. Para decirlo con
certeza. Los grupos (con sus individuos) del arte y sus intelectuales responden
a las necesidades de la clase política desde el nacimiento de la nación, han
legitimado, la contienda. De ahí la ausencia de los profesionales en todo lo
significativo de esto.
Para ello generaron una ideología, la sublimación, la marca decimonónica de las buenas familias, el concepto de bohemia, piano, poesía y licor. Las mujeres al piano, después se retiran para la charla de los varones quienes comparten unas líneas al calor de un licor guardado celosamente en la cava familiar. Las mujeres en la cocina comentan entre ellas, las preocupaciones del hogar.
Siglo XIX, las buenas conciencias, lectura de textos europeos,
principalmente franceses: poesía, reseñas de viaje, cuentos. Esporádicamente
teoría política. Algo de teología. Sólo algo, los descubrimientos de la
biología, en menor. Siglo XIX como el XVIII, las reuniones nocturnas no son
casuales.
Modelo de convivencia el cual se continuó en los pequeños poblados, hoy
ciudades medias, cada vez más alejado. Surgen los grupos culturales comandados,
en su mayoría, por médicos y abogados. Ejemplo de ello es Los de Abajo, de
Mariano Azuela, ya desde el título. Los de abajo son la bola, quien responde a
necesidades básicas, la falta de alimento.
Las familias bien toman conciencia de la problemática social desde el
ángulo de clase. Ven la necesidad de un cambio de mandos. Ángeles Mastreta hace
una fotografía profunda de este grupo social y su correspondiente actividad en
la revuelta. Mal de Amores, la novela.
Nacida en Puebla el año de 1949, publica en 1996 ésta, a mi
consideración la novela rosa más inteligente de los últimos años. Arráncame la
Vida, su anterior novela, también ubica la participación de la mujer en esta
batalla sórdida de familia, pero, Emilia Sauri abre un abanico de posibilidades.
Emilia vive su propia historia al mismo tiempo que vive la de otros. La
de una contienda a la cual jamás fue invitada, pero la vive porque la vida es
así. Muchas veces se ve, se escucha, y de tanto hacerlo vas entrando en ese
camino, en esa brecha, en esa ventana abierta al sol.
“El primer color que vieron los ojos de Diego Sauri fue el azul porque
todo el color de su casa era azul o trasparente como la gloria misma” La
infancia del padre en la selva maya en los inicios de la contienda de la
rebelión maya.
Luego, el nacimiento de Emilia, al inicio de otra contienda. El
seguimiento de la tradición familiar en una prosa que se antoja poética de
tanto lirismo del lenguaje. Mal de Amores transita entre el amor como símbolo
de la libertad en medio de penurias y descalabros de un país que, primero, se
niega a nacer, luego se niega a crecer.
Nación, país, concepto tan abstracto como extraño. Sentirse parte de una
comunidad. Identificado con un grupo. Sentimiento colectivo, respuesta a la
integración soy porque soy el otro. No es ese individualismo que responde a la necesidad
de respuesta, al contrario, soy en lo colectivo.
El Siglo XIX respondió a la tribu. No la aldea global sino la aldea de
clase. Los modelos hegemónicos fundamentados en la inferioridad del grupo. Una
burguesía criolla europeizada, pretenciosa, por algo Posada hizo la Calavera
Garbancera, por algo Diego Rivera la llevó a pasear por La Alameda. Algo había
dejado entrar al XX y pasar por una Revolución.
Dicen que ver de lejos permite una acción reflexiva. Cuando Agustín
Yáñez entró al mundo de los egresados de la Revolución llevó a cabo un retrato
de los conflictos emanados de la recomposición social. Luego, unos años más
tarde Ángeles Mastretta hace lo suyo.
Los estudios emanados de este movimiento, para algunos de cambio, para
otros de recomposición son más complejos conforme se avanza en su análisis. De
entrada, no podemos continuar con la mirada temporal.
La visión sufragista en donde la lucha por la participación femenina se
inicia posteriores a la Revolución. La exigencia de María Izquierdo ante la
embestida de los patriarcas del muralismo, las posiciones de la izquierda a
partir de Andrés Quintana Roo y los magonistas, la visión de los Revueltas, con
Rosalba y José a la cabeza, los llamados dramaturgos del petróleo, y por
supuesto, los partícipes del 29.
Por lo pronto, la cultura en México continúa
en los grupos europeizantes de un criollismo avalado por la revisión del
enciclopedismo tardío. Pareciera decirse que el dialogo entre Shakespeare y la
Catrina siguen vigentes. Ni modo Maples Arce.
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