jueves, 15 de septiembre de 2022

De la Microhistoria a lo Universal

Obra de Corina Ramírez
Por: José Ruíz Mercado

Dramaturgo

    Estamos en deuda con la cultura nuestra. Una falla sistémica. Por una parte, la gran diferencia entre lo oficial y la realidad. Por otra, el desconocimiento de obra, autores, estilos y propuestas.

   Entremos a las regiones del país. Las microhistorias con sus leyendas, personajes con cualidades específicas, con técnicas, visión del mundo, lecturas de su entorno, aceptación o rechazo de su comunidad. Elementos cualitativos que le permiten la permanencia en su comunidad.

   Trabajo de autor deriva de la lectura, del proceso, algunas veces inconsciente, de lo asimilado durante el proceso de su vida. De aquí se deriva el trabajo del psicoanálisis y su relación, que supieron aprovechar los surrealistas.

   Falacia de quienes creen que la creatividad deriva de ciertos estados de esquizofrenia, o, a la usanza del Siglo XIX, la locura. La importancia de Sigmund Freud en el territorio de la estética nos llevó a conocer esos procesos de la mente, luego continuados por Carl Gustav Jung con su teoría “cuna hace historia”    

   “Existe un inconsciente colectivo que es anterior al inconsciente individual” escribe Jung, el derivado de los estudios regionales, de esa necesidad de estudiar las microhistorias para de ahí iniciar la historia macro. De la microhistoria a lo universal.

   Dar una vuelta por las diversas regiones, reconocer estilos, autores, trayectoria, pero sobre todo la incidencia en sus comunidades nos lleva a valorar la obra producto de la cultura nuestra, esa, la proveniente del inconsciente colectivo.

   Iniciamos por nuestra participación social, producto de el grupo en el cual estamos inmersos (padres, conocidos, amistades), con esto la moda, el manejo del lenguaje, los colores de la época, tabúes, religión, política. Respondemos a ello en la inconsciencia.

   La creatividad de lo estético resuelve dos posturas. De entrada, lo decorativo, la respuesta a la moda, la obra bien hecha como respuesta a las exigencias del mercado, a un grupo social económicamente pudiente. La otra, la gran lectura, la representación del momento histórico, la respuesta a la necesidad grupal.

   Autor con lo suficiente para un estudio a fondo, requiere de un agente externo que nos diga sus cualidades, su biografía creativa. Uno de tantos factores para pasar de su grupo, grande o pequeño, a convertirse en un autor representante de su tiempo.

   Estamos en deuda con la cultura nuestra. Seguiremos estando mientras sigamos respondiendo a las modas sin un estudio de los alcances de la esa obra. Esto es en todas las manifestaciones del arte.

   Vayamos a la pintura, a una panorámica de los artistas plásticos de Nayarit. No podemos mencionar a todos por motivos de espacio, en parte, pero también por ignorancia de la actividad, pero, por algo se empieza.

   Partamos entonces por los más conocidos. Quienes incluso tienen un espacio en donde su obra está a la vista. Emilia Ortiz, a quien se le considera pionera del arte moderno. César Delgado Martínez, oriundo de Rosa Morada, uno de los estudiosos más asiduos de la obra de Emilia, nos habla de sus influencias: Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco y Manuel Rodríguez Lozano.   

   Nació el 10 de febrero de 1917, Fallece el 24 de noviembre del 2012, en Tepic, Nayarit. Es una de las pocas mujeres caricaturistas. Publicó en 1933 en El Nacional, cinco de sus caricaturas de políticos y empresarios nayaritas. Viaja a Guadalajara, toma clases con José Viscarra. En 1939 continúa sus estudios en la Ciudad de México, en la Academia de San Carlos con Luis Ortiz Monasterio y Manuel Rodríguez Lozano. En 1993 se inaugura el Museo Emilia Ortiz. En el 2008 pasan sus instalaciones al Centro de Arte Contemporáneo, el cual abrió al público en el 2010.

   Vladimir Cora es otro personaje de la plástica nayarita. Nace en San Diego el Naranjo, municipio de Acaponeta en 1951. De estilo minimalista. Su padre lo bautizó con el nombre de Vladimir, en reconocimiento a Lenin. Cora en honor a una de las culturas nayaritas.

Su idea del arte radica en relación con la cultura ancestral. El uso de la luz y el color nos recuerda a Rufino Tamayo. En 1999 funda, la Casa Museo Vladimir Cora en Acaponeta, un edificio que data del Siglo XIX.

   Corina Ramírez, personaje de la plástica, nace en Santiago Ixcuintla el año de 1957. Encargada y promotora principal del taller de la gráfica El Peyote Azul por cerca de veintiséis años. Tiene varios reconocimientos, como la Medalla al Mérito Artístico y Cultural 2016, así como la Medalla al Mérito Cultural Emilia Ortiz 2011.

   Tomó talleres de pintura y grabado con Luis Nishizawa, Cornelio García, Francisco Castro Leñero, Francisco Toledo, entre otros. Su obra está llena de color como un canto a la naturaleza.

   Nayarit es cuna de grandes personalidades en la plástica. Ya lo dije al inicio, seguimos en deuda con nuestra cultura. Requerimos de abrir nuestra mirada a los personajes nuestros, ir más allá de los reconocidos. Abrirnos a otros nombres, otra obra.

   Para cerrar, otra personalidad es Pere Greenham quien nació en Tepic en 1961. Publica el libro Rastros y Rostros El Siglo XX en Nayarit el año de 2005. Actualmente radica en la Ciudad de México. Su obra responde al Kitsch.

 


4 comentarios:

  1. Interesante y muy generosa tu perspectiva hacia el arte y la cultura que sustenta la identidad de sociedades y comunidades que poseen su propia dinámica desde una supuesta marginalidad, lo que de alguna manera nos da la posibilidad de ser más auténticos, nuevamente mi agradecimiento por la oportunidad de conversar contigo!

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  2. No es anónimo, soy Corina Ramírez, con admiración y respeto maestro!

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  3. Gracias por merecido reconocimiento a los artistas que han sobresalido y han trascendendido

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  4. Excelente reflexión maestro, un ejercicio de sutocritica y propuesta, saludos de Román Valenzuela.

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