Por: Alejandro Ruíz Robles
"SOY UN DESASTRE” (TIMBIRICHE, 1985 / Lara y Monarrez)
A reserva de lo que muchos
estudios señalan referente a que existen antes de que tengamos razón, la
mayoría coinciden en que los recuerdos se forman a partir de que tenemos
conciencia.
Sean alegres o tristes,
increíbles o redundantes, plenos o truncos, lo cierto es que en nuestra forma
de ver la vida es como podemos aplicarlos para los momentos que requieran un
“algo especial”, que les dé un sentido distinto.
Sabemos que no hay mayor
motivación que la que surge de nuestra esencia, lista siempre para aderezar los
momentos de maneras que van desde lo suculento, hasta lo agridulce.
No tenemos un inventario de nuestros
recuerdos, ni mucho menos una enumeración del mejor al peor que hayamos tenido o
cuando menos, un orden de importancia o una calificación por su contenido sin
embargo, tal pareciera que existe en nuestro interior un cristal con el
siguiente mensaje: “rómpase en caso de
ser necesario” y al hacerlo, cobran sentido y vienen a nuestra realidad
para complementarla.
No necesitamos juzgarlos ni mucho
menos, analizarlos para evocarlos; esos momentos ya pasaron, basta con saber
que los hemos vivido y agradecer que hoy podemos contar con ellos.
La magia está en las emociones
que nos provoque el recuerdo, por más difícil que esté haya sido.
¿Disfrutas compartir tus recuerdos con otros? De hacerlo, ¿lo haces como fueron o los manipulas a tu conveniencia?
"BAZAR” (FLANS, 1985 / Lara y Monarrez)
Con los recuerdos vienen un sin número
de personas, lugares, cosas y demás circunstancias que por vagos que sean,
siempre darán vestigios de lo ocurrido.
Es cierto, podremos esforzarnos y
su resultado será acumular más detalles y a medida que mayores elementos
tenemos, nos será útil sensibilizarnos con cada momento y llenarnos del mismo.
Al indagar en nuestra memoria, “entre cuadros y revistas, camisetas, discos
y jeans”, encontraremos elementos que nos servirán para nuestra realidad
atendiendo al fin que pretendamos; es decir, si queremos aprender de ellos
actuaremos como alumno, si se trata de disfrutarlos, seremos su porrista y
desafortunadamente, si acudimos a ellos para vivir de éstos, pasaremos a ser su
esclavo, y esto, por más satisfactorio que sea, nos llevará a una realidad
alternativa con la consecuencia de autoengañarnos y a la larga, perder el
camino que en un momento dado trazamos.
Recordar no es un pretexto para encadenar
el presente al pasado y condenar nuestro futuro; es sólo una acción que
corresponde a sentir momentos existentes, sabiendo que somos constructores de
nuestro destino.
Cuando recuerdas, ¿cuál es tu actitud?
"¿CÓMO TE VA MI AMOR?” (PANDORA, 1985 / Hernaldo Zuñiga)
Mirar al pasado y sentir el
abrigo de las personas que nos acompañaron y los sentimientos que nos generaron
siempre será agradable. Ojalá los momentos mágicos que vivimos se prolongaran en
nuestra vida y de interrumpirse, al necesitarlos continuaran de esa manera;
desafortunadamente eso ya no es posible.
No hay momentos eternos y tampoco
es conveniente forzarlos, simplemente sentirlos como así corresponda y desear
que quienes están ahí, tengan el éxito que les deseamos y crezcan conforme la
naturaleza lo permita. Es obvio que al invocarlos, si esto es posible,
presentarán los estratos del tiempo que combinarán con nuestro desarrollo no
obstante, el amor, la amistad, el calor de su compañía y la deferencia de su
trato, son caricias que abrigarán nuestra alma.
Tan válido es nutrirse de
nuestras riquezas de antaño y ponderarlas para acumular vivencias positivas en
el presente, con miras a construir un futuro acorde a nuestros ideales.
El libro de nuestra vida nos
mostrará no sólo los cambios en lo físico sino la manera en que hemos evolucionado
y quizás, madurado con lo aprendido y su aplicación a nuestra actualidad.
Hablar de madurez podría resultar
presuntuoso al sólo observarla con nuestros ojos sin embargo, quizás sea a
través de los resultados y de los diálogos con otros que podamos entenderla y
evaluarla.
En fin, piensa por un momento qué
encontrarías en tu reflejo; realmente
en alguna ocasión te has preguntado simplemente: ¿Cómo estás?
"TODO A PULMÓN” (MIGUEL RÍOS, 1984 / Alejandro Lerner)
Nunca podremos volver al pasado
por más esfuerzos que hagamos, ¡jamás podremos cambiarlo! En nosotros está trabajar
con ahínco nuestro presente con miras al futuro que hemos proyectado.
Como individuos somos afortunados
de haber contado con seres de luz que iluminan nuestro camino y en
reciprocidad, conforme mayor plenitud alcancemos cada día, seremos el faro para
quien no encuentra el rumbo y un rayo adicional para quien sabe que un sol lo
guía.
La vida nos da tantas
oportunidades de ser felices que una vez que sonreímos esta ya se vuelve
historia, razón por la cual, es buen motivo para nunca dejar de sonreír y
esforzarnos porque siempre tengamos un motivo para hacerlo.
Por cada instante que vivimos, es
un instante que no volveremos a tener, así que sí vamos a vivir cada momento y
éste no regresará, ¡hagámoslo dando
todo de nosotros! ¡A todo pulmón!
¿Te
gusta la actitud de dar tu máximo en cada momento?
"AIRE SOY” (MIGUEL BOSÉ, 1987 / Miguel Bosé / Riccardo Giagni)
Si algo tenemos quienes vivimos
con libertad, es que podemos darnos tiempo para gozar todos los detalles que el
mundo nos regala, por más grandes o pequeños que éstos sean. Y aún cuando
estemos al borde del agotamiento, sabernos que basta con respirar profundo para
cambiar nuestro entorno; “sólo inhala la buena vibra que hay a tu alrededor y
exhala cualquier tipo de pesadumbres que te agobie”. “¡No hay nada igual!”
En la medida que nos liberemos de
los rencores, disfrutemos las sensaciones que el corazón y la mente nos brindan
al recordar el pasado y aprendamos a vivir las cosas conforme se presentan, con
la intensidad, plenitud y sentimiento que correspondan, tendremos una respuesta
válida y placentera a nuestra realidad.
Sin temores ni lamentos, vivamos
cada momento con la convicción de que actuamos conforme a nuestra esencia y con
la emoción de hacerlo por primera vez, toda vez que cada minuto que se hace
presente será la única vez que lo viviremos. Y si por alguna razón, tenemos la
sensación de que éste ya ha sido vivido con anterioridad, aunque no sea así, pasemos
de largo el “deja vu” y comprometámonos a vivirlo con la intensidad que nos
brindan nuestros años y deseos.
¿Has
sentido temor al enfrentar nuevas situaciones por la reacción de tu cuerpo o tu
alma de saberse que ya lo han vivido?
"LOS MUCHACHOS DE HOY” (LUIS MIGUEL, 1985 / Minellono / Cutugno)
Cada uno ha hecho su destino y
vivir ahora es todo un privilegio.
Somos afortunados de tener un
nuevo día para vivir y despertar para realizar nuestros sueños con las
herramientas que hemos acumulado durante años; sean valores, experiencias o
instrumentos.
Somos la suma de todas nuestras
vivencias y en ellas se consideran todas; hay lugar para todos y en nosotros
está el saber cómo utilizarlas en nuestro andar.
Considerar como invitados a todos
aquellos que participan de nuestra vida y reconocerlos por la manera en que
tocan nuestra esencia, incluso hasta los animales que nos acompañan y a los
cuales damos características mágicas y a veces hasta los humanizamos. Lo lindo
de todo es que en nosotros está mirar lo que ha sucedido y compartirlo con
quienes nos rodean.
Hablar del futuro es quizás
llenarnos de deseos, hablar del pasado es historia que convertimos en un libro
o enciclopedia, según la destaquemos.
Es momento de actuar en el
presente con toda nuestra actitud y esfuerzo, honrando lo aprendido y
comprometiéndonos con la meta trazada.
De ser
así, te gustaría hacerlo con la música de los años ochenta que
disfrutamos.
Después
de todo, es tiempo de vivir cada momento con la mejor persona que podamos
imaginar “¡cada uno de nosotros!”.
¿Estás
dispuesto a disfrutar al máximo tu día de hoy?
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