Por: Alejandro Ruíz Robles
Del latín “honestitas”, cuyo concepto
refiere a la cualidad de una persona honesta; es decir,
decente, proba, honrada, justa, recta y razonable. Tal virtud considera la importancia
de ser y manifestarse con sinceridad y coherencia atendiendo a la verdad.
Una
persona que no se respeta a sí misma, no lo hará con nadie ni nada y mucho
menos atenderá a valores universales que hemos conocido en familia y complementado
en la escuela o en nuestra comunidad; se conducirá por intereses, egos y apegos
que no corresponden a una sana relación social.
Si
la honestidad es un requisito para una adecuada convivencia y a través de ella,
podemos alcanzar de una manera más sencilla fines comunes,
¿por qué nos permitimos ser
influidos por seres funestos que sólo toman ventaja para alcanzar sus propias metas?
En cuanto a la verdad (del latín “veritas”),
entendemos que es la concordancia entre nuestro conocimiento y la existencia
real y efectiva de algo; misma que incluye valores como honestidad, sinceridad,
franqueza y presupone razonamientos lógicos que demuestran su correspondencia.
De
tal manera que la verdad puede modificarse en función al grado de avance del
conocimiento considerando su época, cultura, visión o método, hasta que ésta
sea indubitable e inobjetable, en cuyo caso estaremos ante una verdad absoluta.
¿Alguna vez has pensado el daño que provoca la mentira?
EL ESPECTÁCULO DE LO FALSO
Si una persona desea conocer la mentira y
sus excesos, basta acudir a cualquier campaña política y observar y escuchar
con atención la manera en que ahí se conducen quienes las dirigen.
A éstos sólo les basta tomar un dato que
puede o no ser real, pero si conocido para manipularlo a placer con datos
parciales que muestren su punto de vista contrastante y acorde a sus intereses.
Si aunado a ello, se le agrega la pasión que genera malestar, incomodidad,
inconformidad o desprecio contra alguien o algo, muy probablemente habrán
logrado su cometido.
De repente la verdad objetiva pasa a ser
una mentira subjetiva que en la medida que sea difundida y apoyada, servirá
para los propósitos que fue concebida y tenderá a manipular a quienes así la
adopten. Y tú: ¿razonas la
información que conoces?
LA FORMA DE CONSTRUIRME
De más sería pretender enfocar esta columna
a otras pretensiones que no sean tus fines como el ser humano que eres. Tu vida
no es una campaña electoral, es un camino que busca un fin individual, en el
cual los logros constantes te llenarán de satisfacciones a ti y a quienes amas,
de acuerdo con tus valores y sueños.
Si te educaron en la honestidad vive en
ella con dignidad, honor y decoro.
Si conoces el valor de la verdad, no te
pierdas en un camino de mentiras que te lleven a un presente de errores y a un
futuro de incertidumbres.
La verdad no es fácil de entender y en
ocasiones de asumir y vivir con ella, pero la mentira te destruye
constantemente y a medida que crece, aniquila tu esencia como persona.
En pocas palabras, ¡construye el mundo que quieres cimentándolo
en tus principios, esfuerzos y conocimientos!
ORGULLO POR MI FORMACIÓN
Tan humano es acertar y aprender como errar
y olvidar, la vida es sólo una y nos brinda miles de opciones para alcanzar el
destino que nos proponemos con las alegrías y sinsabores que nos forman
carácter y criterio. Es decir, la madurez a la que aspiramos para ser la mejor
versión de nosotros mismos. En la medida que seamos abiertos a la vida y a los diversos
panoramas que nos presente, aprendamos a actuar en función de nuestros
intereses y tomemos las acciones necesarias de acuerdo con nuestras
convicciones, sin duda será más accesible nuestra meta.
Para esto nos hemos preparado durante años
en ser quienes somos asumiendo lo mejor de quienes han participado en nuestra
vida y viviendo en paz y armonía.
Sin embargo, ¿por qué actuar distinto a
cómo somos ante las amenazas o cambios que nos presenta la vida? Es decir, si
tenemos una formación de la cual nos sentimos orgullosos ¿vale la pena renunciar a ella por un fin relativo
o cómodo?
¿De qué nos
sirve traicionarnos si, aunque logremos aprovechar la oportunidad, nos perdemos
a nosotros mismos y lastimamos a quienes nos importan?
Si
algo nos ha brindado la vida, es que hemos tenido personas que con su ejemplo
se han convertido en maestros de vida. Ya fuera con sus acciones o decisiones nos
han mostrado que es factible vivir con el honor de ser personas de valor, sin
tener necesidad de romper con nuestros principios y mejor aún, sin lastimar a
quienes amamos.
Sea por una muestra de unos instantes o por
su comportamiento constante, nos han enseñado que vivir es una responsabilidad
que está en nosotros asumirla.
Llegado el momento, atenderemos a una
simple operación aritmética para saber qué tan productiva fue nuestra vida: “sumar las acciones, restar los pretextos”.
Encontrar un
resultado positivo significará que fuiste una persona comprometida con sus
convicciones de lo contrario, sabrás que desperdiciaste tus oportunidades y
talentos.
Si
algo sabemos por nuestra educación básica es que existen recursos renovables que se restauran por procesos naturales con
mayor dinamismo que el consumo humano.
A diferencia de esto, la vida es una y no
tiene forma de restituirse en consecuencia, sólo nosotros tenemos el don de
maximizarla y obtener los mayores frutos que podamos.
En vida tenemos las oportunidades para
lograr nuestros sueños; conforme ésta avanza se va agotando y si no se
aprovecharon, tristemente disminuirán las maneras para conseguir las metas
propuestas.
Visto esto, no pierdas el tiempo rompiendo
con la persona para la cual te educaron y tú te has comprometido. ¡Tómate el tiempo para ser la mejor versión
de ti y haz todo por tus sueños!
EL TIEMPO ES AHORA
Anímate a seguir lo que te has propuesto y
disfruta a plenitud cada paso. Sólo hay una vida para hacerlo, aprovecha tus
esfuerzos y avanza.
Si la gente que ha creído en ti, te ha
mostrado con su ejemplo sus valores, principios y la manera de ser pleno
asimismo, te ha compartido su recurso más importante que es su tiempo, ten fe
en ti y aprovecha cada momento para lograr tus sueños y honrar su apoyo.
Las lecciones de esos mentores siempre estarán
en ti y su esencia siempre la tendrás en ti. Si en presencia te brindaron lo
mejor de ellos, se digno de esos valores y aprendizajes que te brindaron.
“Tan fuerte es
la presencia de quien te amo, que su esencia siempre está en ti”.
La verdad que te enseñaron y la honestidad
con que lo hicieron merecen que tú en reciprocidad la vivas y compartas.
¡Por los valores
y conocimientos que aprendiste de esos grandes maestros de vida, ve por todas y
cada una de las metas que te has propuesto!
Sean padres, tíos, profesores, vecinos o
simples conocidos que estuvieron en tu vida, vive sus enseñanzas y alcanza tus
objetivos. Al hacerlo, tendrás la oportunidad de hacerlo con otros y ahora tú
serás uno de sus mentores.
El nombre del juego en esta vida se llama
trascender, ¿crees lograrlo?
Quizás sea un buen momento para saber si… ¿ERES UNA PERSONA DE ACCIONES O DE
PRETEXTOS?
Posdata: “En Memoria de un Gran Maestro de
Vida que en la verdad encontró su fuerza y en la honestidad su manera de vivir:
General Jorge Miranda Gille” (7 de julio de 1936 /24 de abril de 2021).
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