“NI ORO, NI INCIENSO, NI MIRRA”
En México tenemos muy arraigada la tradición
católica de las Santos Reyes Magos, mediante la cual 3 seres místicos y mágicos
traen regalos –generalmente a la niñez– como reminiscencia de lo que fueron los
presentes que le entregaron al niño Jesús en Belén hace ya más de 2,000 años.
Usualmente los adultos tendemos a pedir desde
simples detalles o menciones de salud hasta misiones imposibles; quizás la más
frecuente sea: una pareja agraciada físicamente, inteligente, fiel y con una
posición económica desahogada.
Sin duda son verdaderos deseos que poco
tienen que ver con la realidad, pero, ¿realmente estamos preparados para
cuando la vida nos premia con detalles increíbles?
“AL BUEN ENTENDEDOR…”
Al
despertar en la mañana y desayunar una rosca, vemos que lo más próximo a la
magia que pueda existir para nosotros es sorprendernos al partir nuestra
rebanada o bien, en una mordida, encontremos un niño que, de cumplirse, nos
hará que consumamos carbohidratos en forma de tamal unos días después. Pero lo
cierto es que nuestro deseo… ¡no se realizó!
Como
consecuencia de ello, nuestra pretensión de una persona a nuestro lado con las
cualidades soñadas pronto se desvanecerá en la rutina junto con los deseos de
año nuevo y demás propósitos que nos hayamos fijado sin mayor compromiso.
Y
lamentablemente, nos damos cuenta de que, ¡la única magia a que tendremos
acceso en nuestra vida es la que resulta del trabajo, esfuerzo y preparación!
“SOY QUIEN NO SOÑÉ”
Y durante
las reuniones que tengamos, las charlas con amigos o bien, las pláticas de
café, siempre hablaremos de la persona con que soñamos y con ello, vemos que el
tiempo pasa y por excepción, ésta no llega. Cuando te preguntan la razón de tu
soledad, usualmente respondes que más vale sólo que mal acompañado, que ya
llegará o que, si es para ti… se hará presente en algún momento de tu vida.
Frases tan frecuentes como vacías.
Sin
embargo, cuando alguien se ha atrevido a cuestionarte si lo que pides es acorde
con lo que eres, es común que no respondas o de hacerlo, seas tan ambiguo que realmente
no represente tu sentir.
Y en ese sentido vale la pena reflexionar: ¿soy la persona que alguna vez he soñado ser?
¿En algún momento de tu vida te has
preguntado quién eres?, ¿cuáles son tus metas?, ¿qué das de ti a la
persona que te interesa?
Es obvio
que si alguien te cuestiona, responderás con tantas cualidades y acciones
propositivas que la siguiente pregunta que debieran hacerse ambos es sobre la
razón de tu soledad. Pero ya en un análisis introspectivo, te darás cuenta de
que mucho de lo que has dicho es impreciso o peor aún, ficticio. Y al partir de
ese supuesto, seguro es que lo que ofrezcas no será proporcional o equivalente
a lo que pides. En ese orden de ideas, ¿cómo pretendes que alguien te
tome en serio como persona si tú no lo haces contigo?
“¿EN SERIO ERES SERIO?”
A veces
las personas somos tan complicadas que no necesitamos más enemigos que el que
tenemos en el espejo para destruirnos; es un hecho que somos quienes más
saboteamos nuestros propios propósitos.
Mención
aparte merecen los padres solteros responsables de sus hijos. Es obvio que los
hijos siempre serán una prioridad, lo triste es que olvidamos que, si los padres
no están bien, será cuestionable su apoyo. Ahora bien, justificar la soledad
por el hecho de atender a los hijos –por excepción -, es una excusa que a la
larga, se convierte en un sólido impedimento para ser un factor de felicidad.
Los hijos siempre quieren ver a sus padres en plenitud; no es válido que sean
culpados de la soledad mediata o inmediata de éstos.
Si tú no
te ocupas de tu felicidad, de tu plenitud, de ti… ¿Cómo pretendes que alguien
más lo haga por ti?
Habiendo tantas oportunidades actualmente de
conocer gente, ya sean por medios reales o virtuales, ¿cuál es la razón para
pretender ser quien no eres? ¿Qué caso tiene simular ser quienes no somos para
que un tercero se interese en nosotros hasta que llegué el momento de que se dé
cuenta que no éramos a quien trataron?, ¿eso no se llama “engaño”?
Si pensamos que, asumiendo ciertas actitudes,
mostrando ciertos modales y haciendo cosas distintas podemos cautivar a un tercero,
¿por qué no hacerlo para que nosotros nos interesemos en nosotros?
Si sabes cuales son las habilidades para
desarrollar, los conocimientos a fortalecer y las oportunidades a tomar, ¡hazlo
por y para ti!
Si hiciéramos un censo en cuanto a lo que no,
nos gusta que nos hagan, sin duda de las primeras respuestas sería: “que nos
engañaran”. Sin embargo, cuando nosotros lo hacemos, no lo vemos así y a la
larga, las apariencias desaparecen y las formas de ser se muestran.
Basta recordar que, en el mundo de los negocios, es sabido que el fraude
es un engaño con la intención de conseguir un beneficio económico y con el cual
alguien resulta perjudicado.
Quitando el aspecto económico, no seamos fraudulentos con lo más valioso
que tenemos, “nosotros mismos”. No actuemos para simular ser quien no somos con
el único objetivo de que alguien nos tome en cuenta. ¡Consideremos
nuestra esencia y valores como persona y sintámonos orgullosos de quienes
somos!
Si sabes cuáles
son tus fortalezas y debilidades, atiende a ellas para que las primeras sean una atracción y las segundas dejen de
ser una inhibición para ti y el resto del mundo.
¿Qué caso tiene prepararnos para otros si no
estamos listos para nosotros mismos?
En todo momento de la vida debemos mostrar
nuestra congruencia; razón por la cual, olvídate de ser y parecer para otros y
construye la persona que quieres ser, misma que seguro será atractiva para
alguien afin a tus intereses.
Es cierto, polos opuestos se atraen, pero
disminuye los riesgos de fallarte a ti y muy probablemente, a tus fines.
Conócete y lo que no te guste mejóralo, pero no te precipites y destruyas tus
sueños por decisiones equivocadas.
Si tú no te conoces, ¿cómo pretendes saber
qué es lo que requieres para crecer como persona?
Por excepción, las grandes obras se
construyen de afuera hacia adentro. En el caso de las personas, casi siempre
son de adentro hacia afuera. Sé una gran persona y para tal efecto, ¡edifícate!
Si tú estás bien y satisfecho contigo mismo
será más fácil que el mundo te conozca y muestre una acogida para ti. De ser lo
contrario, será muy difícil que puedas embonar en tu medio y peor aún,
contribuyas para ser una mejor persona y profesional.
Una persona segura de sí misma atrae la
atención de la gente… ¡Se tan seguro de ti que seas parte del brillo de tu
entorno!
“¿Y AHORA QUÉ?”
Si eres
feliz y estás seguro de quien eres ve las áreas de oportunidad que tengas para
mejorar por ti y para la gente que te importa. Si estás en otra situación,
quizás sea buen momento para que analices tu actuar y veas la manera de pulir
lo que está opaco, no te cierres a las opiniones de la gente valiosa, ¡búscalas
y escúchalas!
Nadie
tiene la varita mágica para desaparecer lo que no está bien y quizás, si la
hubiera no convendría utilizarla porque no te costaría cambiar y a la larga, no
la valorarías. Se analítico en tus acciones, conócete y proyecta lo que puedes
mejorar por y para ti.
Olvídate
de lo que diga el mundo como premisa inicial hasta que tú realmente te conozcas
y a partir de ahí, instrumenta los pasos a seguir para ser la persona que has
soñado ser.
¡Nadie nace,
ni es perfecto! ¡Es cierto que los
errores y defectos son parte de nuestra esencia, pero en nosotros está disminuir
su grado y construir la persona que pretendemos ser!
“… ¿Y EL AMOR?
Sin duda
que quien haya leído hasta aquí se preguntará que si bien, hablamos de como
conocerme, mejorar y amarme, pero no del amor en pareja y tiene razón. Lo
curioso de esto es que: nadie puede dar lo que no tiene y si tú no te
amas… ¿cómo pretendes compartirlo o que alguien lo haga por ti?
La persona
que se interese en ti será porque reconozca tu valor y la manera en que eres
contigo porque sabrá tus alcances. ¡Que tu compañía sea premio y no
castigo!
Piensa que
si tú te dañas, lastimas, menosprecias o victimizas es seguro que tarde o
temprano lo harás con quien esté contigo.
¡Sé la
mejor versión de ti para que no sólo te ames tú y tu pareja sino todas las
personas que están a tu lado!
Si amar es
decidir cuidar, responsabilizarse, respetar y conocer a una persona, ¡empieza
contigo!
Sé razón y
sé corazón, ¡no sólo te sujetes a tus emociones y pasiones!
Una persona
que se ama lo proyecta. ¿QUÉ PROYECTAS AL MUNDO? ¿ERES UN SER DE AMOR?
Posdata:
Erich Fromm escribió en El Arte de Amar: “la paradoja del amor, es ser uno
mismo, sin dejar de ser dos”, ¿algún día habrás sentido eso?
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