Las Abuelas

“Las abuelas sanadoras de vida y alma”

Por: Patricia Alvarado Corona, Comunicadora popular.

Las abuelas de antaño y las actuales son canales de sabiduría, personas que estimulan el desarrollo y crecimiento en la crianza de sus nietos y nietas; mujeres de inspiración continúa hacedoras de vidas en amor, bondad y complicidad.

Cuantas abuelas conoces con una historia de vida llena de maravillosas anécdotas, sonrisas y llantos; historias desde como conoció al abuelo, el nacimiento de su primer hijo o hija, su primer triunfo laboral o su primera experiencia en alguna tertulia o baile.

Las abuelas tienen magia, llenan espacios y vacíos con una candidez casi celestial, casi sin darse cuenta proveen de fuerza y fortaleza a esos seres que la llaman con mucho cuidado y algarabía ¡Abuela!

Las abuelas de “antes” fueron mujeres “sufridas” en muchos de los casos padecieron violencia doméstica y abusos por parte de su esposo o pareja y muchas veces de sus propios hijos e hijas, una cultura patriarcal las tuvo sometidas e invisibilizadas socialmente sin embargo al pasar el tiempo se han convertido en su verdadera esencia: mujeres de acero, mujeres fuertes, tenaces, valientes, amorosas, apasionadas, mujeres de luz. ¡Magas!

¿Pero, para qué sirven las abuelas? ¿Son utilitarias? ¿Son indispensables? ¿Tienen un fin?......

Quizá sirven para apacientar el alma, dar su aliento en momentos de decepción y zozobra, abrazar cuando se está desconsolado/a, dar una palabra cuando nos falta, sonreír cuando se está triste, llorar contigo cuando las lágrimas no alcanzan para sanar, quizá son útiles cuando enfermos/as nos dan ese caldito de pollo para calmar el ansia de sabernos inútiles, quizá son indispensables porque sin ellas no conoceríamos lo finito de la vida, quizá tienen el único fin de sabernos especiales e irrepetibles.

Las abuelas son ese murmullo insospechado de dulces palabras de esperanza, vida y luz, de miradas que desnudan y cobijan el espíritu al mismo tiempo, de franca palabra aunada a la sapiencia de lo que se quiere, se tiene y se desea…….aaah siento el aroma de mi abuela, fumando y saboreando un cigarrillo con desfachatez inusitada casi mágica diciéndome cuanto me ama en ese hilo de humo que percibo y aspiro como si estuviera viva…….gracias abuelas por ser legados de vida eterna…..… ¿ y tú, tienes abuela?

foto bajada de la red.

“Dice la vieja sanadora del alma: No duele la espalda, duele la carga. No duelen tus ojos, duele la injusticia. No duele la garganta, duele lo que no se expresa o se expresa con enojo. No duele el estómago, duele lo que no el alma no digiere. No duele el hígado, duele la ira. No duele tu corazón, duele el amor. Y es él, el amor mismo, el que contiene la medicina más poderosa”. Ada Luz Márquez