(Rasgos del XIX)
Por: José Ruíz Mercado
El Siglo XIX fue una aportación para el presente. Los cambios en el conocimiento fueron para el XX la trasformación de las ideas, la consolidación de lo actual. Desde la entrada del positivismo con la propuesta del paradigma científico hasta el cuestionamiento al idealismo.La aportación más grande es la diferenciación de los conceptos Cultura y Civilización, la primera forma parte de la esencia individual, con toda la ideología del grupo, de ahí la importancia de entender la visión de quienes nos anteceden. La segunda son los gustos, los placeres.
Civilización va aunada al momento histórico, a la pertenencia al grupo, contrario al ya mencionado de la Cultura, el cual tiene su fundamento en la etnicidad, este conlleva la clase social.
Las aportaciones de Karl Marx, Darwin, Comtè en dónde se habló de la importancia del individuo frente al mundo fueron, entre otros los cambios al pensamiento, y con esto, la propuesta de otra estética.
Todo individuo comenta, propone, acorde a una dualidad, en ocasiones en una actividad dialéctica entre una y otra. Por esto son importantes los estudios sociológicos de la directriz de los grupos sociales y sus aportaciones.
El México del Siglo XIX sostuvo todo un proceso civilizador a partir de sus publicaciones. Los grupos hegemónicos pretendieron darle al país una identidad. Cada uno tomó partido. Cada una propuso un camino.
El Romanticismo en Europa, desde el XVIII abrió la vista hacia la posibilidad de ver la vida cotidiana, de enarbolar los sentimientos. Rompe con el clasicismo, cuestiona los valores universales para empezar a ver al interior, tanto del individuo como del entorno. Aparece con esto los nacionalismos.
El Romanticismo en México es una mezcla entre los valores universales y la vida cotidiana de las grandes urbes. Recordemos la visión de Ignacio Manuel Altamirano cuando en sus propuestas literarias de El Renacimiento comenta la necesidad de revisar los valores nacionales sin olvidarse de la universalidad.
Simbiosis cultural bastante clara en la civilización de México. Simbiosis en la estructura socio política ¿Simbiosis o Dependencia? Pregunta no resuelta hasta nuestros días en esa aldea global en la cual convivimos (o simplemente cohabitamos).
El centralismo del XIX origina, en lo político social los cacicazgos; en los procesos del arte el provincianismo idealizado. Personajes rurales escritos desde la urbe. Pero no es el indigenismo, sino el mestizaje.
Novelas, cuentos con este estilo de la vida sencilla del campo. El cacique rompe esa paz o las levas. México está en guerra. Pareciera decir, de cómo el éxodo es provocado por la inestabilidad. Urgía entonces pacificar al país; paz y progreso era la formula. Paz y progreso al estilo personal de la hegemonía porfiriana.
Nuevamente la lucha por el control social. Por la rectoría educativa. Una educación propia de quienes habitaban las grandes urbes. Un país en donde la educación primaria no llegaba a completarse, con un alto analfabetismo.
¿Entonces quién leyó las publicaciones del momento? ¿A qué grupo social favoreció? ¿Quién fue el beneficiario de esta búsqueda del conocimiento? ¿Podemos entender entonces el por qué se derivó hasta nuestros días la idea del arte como un pasatiempo burgués? ¿El símbolo de la exquisitez de clase?
Las imágenes del XIX con la vestimenta y la gran pluma abanicando el universo. La gran pluma en el canutero. El Bombin y la levita del escritor atormentado que ha
llegado hasta nuestros días. La nostalgia actual de algunos grupos que continúan añorando la vieja máquina de escribir y desdeñan el ordenador electrónico.
El Siglo XIX trajo publicaciones dignas de ser estudiadas. Guadalajara tuvo la suya: La República Literaria. Circuló quincenalmente desde marzo de 1886 hasta el mismo mes de 1890.
Forman la colección cinco volúmenes con los autores claves de su momento jalisciense, fundada por José López Portillo y Rojas. Manuel Puga y Acal, Victoriano Salado Álvarez, Alberto Santoscoy, entre otros. Los financiadores de esta empresa fueron Esther Tapia, Manuel Álvarez del Castillo y Luis Pérez Verdía. La propuesta del nombre fue de Álvarez del Castillo.
José López Portillo y Rojas nació el 26 de mayo de 1850, en Guadalajara, director de la Academia de la Lengua. Porfirista convencido, jamás estuvo de acuerdo con el movimiento de la Revolución. Muere el 22 de mayo de 1923. Grandes novelas escribió, entre otras La Parcela.
Los placeres que nos llevan a interiorizar la visión del mundo que actualmente vivimos. Ese placer de la lectura, esa convivencia de compartir en esta aldea global de la sociedad del conocimiento. Bendita civilización.
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