Por: Blanca Nieves Palacios Barreda
“Para que la
cuña apriete tiene que ser del mismo palo”, dice claramente la voz popular
popular y el Presidente de la República Mexicana, Andrés Manuel López Obrador
(AMLO), está desempeñando perfectamente bien su papel de “cuña”.
Ya habiéndole
sido impuesta la Banda Presidencial por el ex Presidente, Enrique Peña Nieto
(EPN), con quien había realizado un amplio recorrido por su actual residencia,
Palacios Nacional, se olvido de la militancia morenista que lo llevó hasta el
lugar dónde hoy se encuentra, o quizá, habrá sido una falsa percepción y fueron
otros los que le permitieron se sentara en esa silla presidencial por él tan
deseada.
Empezó sin
ninguna clase de miramientos, su relación con empresarios, incrustando a
algunos de ellos en su gabinete, quienes eran el “enlace” con las altas
dirigencias de las organizaciones empresariales, uno de ellos, Alfonso Romo,
deudor de FOBAPROA, a la fecha; otra Tatiana Clouthier; otro Raúl Salinas
Pliego.
Una de sus
principales promesas, de enviar a los militares a los cuarteles, se cuarteo; dio
inicio haciendo todo lo contrario a la vista de todos, otorgándoles el mayor
presupuesto; posesionando al ejército en áreas estratégicas y puestos de gran
relevancia; formando una policía que llamó, Guardia Nacional y que hoy
cambiando nuestra Constitución (como ya lo ha hecho, según le convenga a sus
intereses), pretende que dependa del Ejército.
Su principal argumento es que las policías que existían y existen, estatales y municipales, son muy corruptas y de eso no hay duda, pero eso ya lo sabí, y nunca nos presentó un proyecto para limpiar esas corporaciones policiacas, civiles.
Sabia AMLO de
las relaciones entre dirigentes de cárteles del narcotráfico y los militares;
jefes de las corporaciones policiacas y de seguridad nacional; gobernadores;
presidentes de la República y municipales; síndicos y regidores; diputados y
senadores; si, eso era del conocimiento de todos los ciudadanos, ¿lo iba a
ignorar quien aspiraba llegar a la presidencia de México y recorrió los más de
dos mil municipios existentes en nuestro país durante aproximadamente 18 años?
Con su total
apoyo y los achichincles del Congreso de la Unión, invisten a, Alejandro Gertz
Manero como uno de los hombres con mayor poder para hacer y deshacer a su
antojo con leyes y vidas, a quien a pesar de su pésimo desempeño y traición a
lo que dice es su mayor proyecto la 4ta. Transformación y al país mismo en lo
que a la aplicación de la ley se refiere, lo defiende y le declara su confianza
un día si, y el otro también.
Basta verlo por
las mañanas, en “su” podio, con “su” micrófono al frente, “su” grande pantalla
atrás de él, para darnos a conocer “sus” datos; casi 4 años de verlo en
comúnión con ese micrófono, golpeando en ocasiones el podio o acariciándolo,
golpeándolo con un dedo cuando quiere enfatizar algo o reír socarronamente
cuando se burla de sus “adversarios”, o de alguien que, simplemente no está de
acuerdo con él.
Dos importantes
fechas, vienen a tumbarle la careta que por años nos venía presentando AMLO; la
primera, el 15 de octubre de 2020, cuando el ex secretario de la Defensa
Nacional de México, Gral. Salvador Cienfuegos Zepeda, fue detenido en Los
Ángeles California, tras investigación de años de la Administración de Control
de Drogas (DEA), acusado por sus nexos con el narcotráfico, lo mismos delitos
de los que se le acusa a Genaro García Luna y por los que se encuentra
encarcelado hace aproximadamente 3 años.
Pero como hasta
entre esos personajes hay niveles, el Gral. Cienfuegos, solo duró un mes,
porque al “peje”, es de suponerse, el Ejército le apretó hasta las pestañas
para que lograra su liberación y extradición y rápidamente lo consiguió, y ahí
vienen con esa alimaña para atrás.
La otra dolorosa
e inolvidable fecha es la del 26 de septiembre de 2014, en la que
desaparecieron de manera coludida policías municipales, Ejército y narcotraficantes,
a 43 jóvenes normalistas, asesinando esa misma noche a otros 3, desollando
brutalmente a uno de ellos en Ayotzinapa, Guerrero.
Ocho años han
transcurrido en los que los padres, familiares, han cargado con el gran dolor
de no saber a ciencia cierta que hicieron con sus hijos, la indignación de
millones de mexicanos de no saber quiénes fueron los responsables.
Es de entenderse
que EPN en tanto era el Presidente de México y el Supremo Comandante del
Ejército Mexicano, tiene la mayor responsabilidad, pero a ese, AMLO, hasta le
declara su aprecio, lo mismo que hace con el Ejército y sus Generales y los
soldados que a su decir: “son pueblo uniformado”.
Igualmente cansa
e indigna su declaración de confianza a un oscuro fiscal, que solo ha visto por
sus intereses personales y en este caso de Ayotzinapa, se ha ensañado a grado
tal que, con las sucias maniobras que acostumbra y teniendo el poder
omnipotente que AMLO le da y reafirma día a día, ha logrado correr -y así hay
que decirlo sin eufemismos-, a quien tenía a su cargo la Fiscalía Especial para
éste caso, Omar Gómez Trejo, quien había
conseguido 83 órdenes de aprehensión, Gertz Manero se encargó de que se
cancelaran 21, y 16 eran contra militares, sin consultarlo con Gómez Trejo,
Fiscal Especial para el caso de Ayotzinapa.
Ante esto en
“su” mañanera, AMLO, no dudó en decir con absoluta irresponsabilidad: “fue por
diferencias con los procedimientos que se siguieron para aprobar las órdenes de
aprehensión; tengo muchas presiones y pido a los padres de los 43 no me retiren
su confianza”. Olvida AMLO que, ¡ la
confianza se gana, no se regala !.
@blanca palacios
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