martes, 30 de agosto de 2022

Obra a la Distancia

Por: José Ruíz Mercado
Dramaturgo

De vez en vez recurro a la idea de acondicionar en orden la biblioteca. Comento, jamás termino, como hoy, por un rato me hice la ilusión de esta vez sí, pero, me detengo en una publicación de 1980 de la Universidad de Washington: Metamorfosis.

   Algo hizo detenerme, posiblemente lo mal distribuido de la tipografía, el color amarillo con un rojo naranja, la imagen de Cantinflas, o la fecha. Esto, aunado a la interrogante de estos últimos días Después de un tiempo ¡Quién se queda y quién se va?

   Estos días los estudios acerca de las voces que dieron pauta a los leguajes actuales han provocado reacciones en todas las esferas. Desde cuál es, estilísticamente hablando, los caminos a continuar, hasta la revisión sociológica a los grupos detectores del poder, dicho elegantemente, la hegemonía.

   Cada espacio. Cada ciudad responde a necesidades específicas. Cada publicación responde a necesidades de grupo. Cada individuo se incrusta en su grupo con su obra, y, en mayor o menor, forma parte de su época.

   Lo importante entonces es la manera de incidir en la sociedad, sea en lo individual o en lo colectivo, en el entorno social, o más allá del espacio cotidiano del trabajador de la cultura, de ser vocero de un tiempo, o de convertirse en universal.

   Entre los teóricos que mayor producción le dedicaron a esta visión de la sociología del arte, e hicieron propuesta a la filosofía fue Antonio Gramsci, quien hace una aportación importante al estudio del trabajo artístico (obra y autor).

   Escribió Paula Barreiro, española, en un valioso acercamiento a la obra gramsciana: “El artista, en tanto que sujeto, se encuentra insertado en un concreto momento de la historia y su arte es un producto de ésta. No existe un arte independiente de la misma que se sirva y exista solo por si mismo, y así, con ella, él es una forma más de praxis, de proceso plural en devenir perpetuo.”

   Cuando se dice, escribe eso es de tu tiempo, o bien, los nacidos en los años … piensan de una manera peculiar, se está entrando, afirmando como verdadera una falacia temporalista: No todo sujeto realiza una praxis histórica, sólo aquel que conoce su antecedente, por lo tanto, reconoce su devenir, se puede hablar de una propuesta socio filosófica.

   El acercamiento de la teoría marxista de la historia tiene su fundamentación en Hegel. El caso de Gramsci sostiene una doble tradición, la de Hegel y la de Croce. Los seguimientos de esta conceptualización estética, y su riqueza, se deben a la dialéctica implícita.

   1980 fue un periodo de estabilización aparente. La crisis de dos guerras, Corea y Viet Nam, la guerra sucia desatada en los países eje, desde México hasta la Patagonia, generaron la recomposición de los grupos, recordemos los golpes militares en Argentina y Chile, así como el recrudecimiento de la persecución de la izquierda. 1970 fue una guerra silenciosa que vino a ocultarse en los ochenta.

   Fue una etapa de apariencia. Los grupos tomaron postura. Viene, envuelta en una falsa democracia, la lumpenización cultural, la postura de la ignorancia vale tanto como el conocimiento, resulto una medida ideológica para ocultar los baches socio económicos. Lo cual trajo, de entrada, la minimización de los contenidos temáticos en la educación escolarizada.

   El trabajo intelectual se vio cuestionado como una actividad de pasatiempo, o una pretensión para una tarde cualquiera. Por un lado, la reacción popular se dejó sentir, referible ser guapo, ir al gimnasio que leer un libro. Las películas, las series de televisión estadunidenses, dieron un personaje, el nerd, el alumno de lentes, con un puñado de libros siempre cargando. Así, hombres y mujeres con libros, señal de gente poco divertida. Posiblemente hasta frustrada.

    1980 camina entre el gimnasio, al tiempo se llamaría gym spa, y el análisis sociológico, con sus variables. Renacen las figuras clásicas, los cuerpos del fisiculturismo bajo leyendas como mente sana en cuerpo sano, o de plano la reminiscencia a la cultura grecorromana. La justificación.

   Los teóricos de la sociolingüística trabajan en este y otros rubros. Isaac Asimov advierte acerca del culto a la ignorancia y la superficialidad, Pierre Bourdieu analiza la agudización de las clases sociales a partir de los títulos de “nobleza” universitarios, se pierde hasta el nombre por un papel, McLuham hace lo propio al estudiar lo mediático, aparecen los grupos de la lumpenización de la izquierda en contra de la ortodoxia, se reafirma el psicoanálisis con el seguimiento de la corriente freudo marxista. Recordemos las teorías de Raúl Páramo y su revista de psicología.

   La parte intermedia, las aportaciones de este momento histórico, que si bien parto de esta publicación: Metamorfosis, la circunstancia socio crítica aún persiste. Los estudios de una parte de la sociedad y sus reacciones históricas, las cuales, tienen una razón de ser, responden a conflictos de carácter estructural de una sociedad en recomposición.

   Carlos Monsiváis fue estudioso de los grupos marginados, desde Por mi Madre Bohemios, ese álgido estudio de la cursilería de la sociedad porfirista, lo naif, hasta el mambo también es cultura y los estudios a los centros nocturnos como puntos de reunión, del danzón al cha cha chá. Análisis de la tribus urbanas, la revisión de la vida nocturna, aunque nos olvidemos de el arte y sus trabajadores.   

   La respuesta a la temporalidad, la calidad educativa, la directriz social, su estudio y ejemplificación nos permite adentrarnos a las posibilidades de estabilización política. Poderoso caballero es Don Dinero, o, Lo que Natura non da Salamanca non pone, son ejemplos de una España en pugna por conservar sus colonias en boca de sus poetas.

   La voz de los autores de Metamorfosis son una respuesta de una parte de la sociedad por observar la crisis estadunidense. A cuarenta años obra y propuesta de ese grupo socio cultural nos lleva a entender el camino seguido. Juan Felipe Herrera, José Montoya, Tina Álvarez Robles, son las voces representativas, en la actualidad de aquellos tiempos.

   Cierro con esa frase de Paula Barreiro: “El artista, en tanto que sujeto, se encuentra insertado en un concreto momento de la historia” Me llama la atención, reviso, cuestiono ¿Será que la ignorancia ya nos ganó con la inteligencia y entonces una figura de la vida nocturna sea más importante que un catedrático? 


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