Por: Blanca Nieves Palacios Barreda
En el Municipio de Zapopan,
Jalisco, se ha levantado una serie de quejas por parte de los contribuyentes;
sin afirmarlo, se puede suponer que, ocurre lo mismo en otros Municipios de
otros Estados de la República; al decir de los afectados, al pagar el impuesto
del predial este, se le adjudica a otra persona.
Se acerca el mes de enero, fecha
en la que los contribuyentes tienen la obligación de puntual y cumplidamente
hacer el pago de impuestos de todo un año, en todas las áreas en las que nos
desenvolvemos; como en todo, las marrullerías y corrupciones se dejan sentir,
cuando en la confianza otorgada a funcionario y cajeros de las Recaudadoras,
ésta es violada.
Pareciera que, en aras de favorecerse o favorecer a amistades o familiares, se aprovechan de las personas de la tercera edad, quienes, al no revisar el comprobante de pago, cometen sus actos de corrupción; al hacer la reclamación, es un verdadero viacrucis al que se enfrentan para que, se corrija tal “equivocación”, les sea devuelto el dinero o se aplique tal pago a la persona propietaria que lo hizo.
Tal proceso legal de aclaración y/o reclamación suele durar años y, en esto se ven involucrados tanto el jefe de Catastro como la tesorería misma, quien sacando a relucir artículos, 37 y 37 bis de la ley de Procedimientos Administrativos, se dictamina que: se desecha la solicitud y se ordena archivar el presente expediente como asunto concluido; Firmando pomposamente, Mtra Adriana Romo López, Tesorera Municipal, “Zapopan, Tierra de amistad, Trabajo y respeto”, fechado el 18 de marzo de 2021.
Los ciudadanos nos hemos
acostumbrado a realizar el pago de impuestos, aunque eufemísticamente le
llamen, “contribuciones”, son impuestos, pues se nos imponen; ignoramos el enorme
cúmulo de impuestos que pagamos, ignoramos lo que cada año se recauda, lo que
no ignoramos es el hecho de que, por años los mas pudientes empresarios de México
han sido favorecido con la evasión de impuestos que ascienden a miles de
millones de pesos.
Si bien en este nuevo gobierno se
les ha exigido hacer el pago y la recaudación de cientos de miles de millones
han sido recuperados, inexplicable resulta que, seamos obligados a pagar
impuesto denominado “predial” año tras año, por una casa adquirida y por la que
se pagó el impuesto debido de compra-venta; lo mismo ocurre ante la compra de
un vehículo, hay que pagar por el hecho de ser propietario, impuestos llamados,
“tenencia”, “refrendo”, “placas”, “tarjeta de
circulación”; pagar en taxímetros por estacionarnos, y una larga lista de
impuestos en todo y por todo.
El Impuesto Sobre la Renta (ISR)
grava la utilidad o ganancia obtenida por la realización de una actividad; al
impuesto del IVA (Impuesto al Valor Agregado), en la gasolina, alcohol, tabaco,
bebidas azucaradas, cerveza, se le agrega el IEPES (Impuesto Especial sobre
Producción y Servicios), éste ultimo entraría en vigor en 1980.
Ante
esto, y habiendo
logrado la ciudadanía, con el poder de su voto, llevar a la Presidencia de la
República a un hombre que, prometió llevar a cabo una cuarta transformación en
el país, Andrés Manuel López Obrador, se ha albergado la esperanza de que, todas
las riquezas, que producen nuestras minas; petróleo; gas; y hoy se encuentran
en manos extranjeras, sean recuperadas.
Lo mismo que nuestros servicios
de comunicación; telefonía; transporte; no es posible desde cualquier punto que
se le vea y, amparados bajo leyes torcidas a conveniencia de la clase en el
poder, que al país se le siga explotando, y, en tanto los mismos siguen
agrandando sus millonarias fortunas, la gran mayoría de mexicanos sigue
padeciendo miseria, hambre y pobreza.
Transformar significa cambiar, y
si ese cambio se cristaliza en beneficio de la mayoría de los mexicanos, no tendríamos
que pagar impuestos, que sangran hasta los salarios mismos de la clase trabajadora,
tanto por líderes corruptos, como por la misma secretaria de Hacienda y Crédito
Público (SHCP).
En la autoridad que se le otorgó
al presidente de la República, va implícito que, tiene el poder emanado del
pueblo de reducir los salarios de una clase que, se ha aprovechado, durante
largas décadas, para devengar exagerados e insultantes salarios que, rebasan en
mucho lo devengado por el mismo presidente, no digamos lo de un trabajador,
profesionista o no.
Y va de nuevo: “Cuando la tiranía
se hace ley la rebelión es un derecho” Simón Bolívar.
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