martes, 28 de septiembre de 2021

Fuera de Serie

 

Por: José Ruíz Mercado

   Hay libros de aparente extravío. Se vuelven virales cuando un investigador lo descubre. Tienen su historia, su por qué, su alcance. Estos libros viven el olvido, el rincón de una biblioteca (ya sea pública o privada), algún espacio en una librería de usado. Son esos libros perdidos en algún espacio, editados por infinidad de razones; desde las meramente familiares hasta las institucionales, con todos los perfiles intermedios, sin importar interés de autor, alcance, temática. Son los fuera de serie.

   Ocasionalmente un estudioso descubre su existencia. Algunos son descubiertos. Son, esos libros raros, descatalogados, de edición mínima. Pero también se encuentran aquellos, cuya peculiaridad, tan individual, los hace ser únicos. Tan fuera de serie.

   Podemos encontrar nombres, personajes de índole diversa, títulos, estudios, poesía, narrativa, podemos acercarnos a universos extraños, ediciones cuyo prólogo es un estudio de época, estilístico, independientemente de la obra misma. Para un bibliófilo es una joya. Nos encontramos con la vista de un estudioso, quien nos ubica en la obra de un autor menor, pero, por su conocimiento nos lleva de la mano a conocer, reconocer, ubicar una etapa de la historia (ya sea macro o micro) para entrar en ese universo del prologuista (como del curador). Trabajo desconocido para el lector aficionado, pero, apreciado por el profesional.

   Lo mismo acontece con las antologías, las de estudio, los muestrarios estilísticos, epocales, temáticos; son muy dudosas aquellas en donde el adjetivo es “lo mejor de…” ¿Cuál es el criterio para definirlo? Porque para cuantificar algo debe existir su contrario. Aún así, estas ediciones se convierten en objetos de estudio para comprender los gustos de un grupo social, su influencia en el medio, hasta para analizar los conflictos de los grupos sociales. El devenir histórico se ven en estos libros.

   Otras veces se convierten en objetos de culto. Esos libros de tiraje pequeño, hechos como regalo, festejo, fiesta, ediciones para los amigos. Libros que los cazadores bibliófilos nos encontramos en esos, cuasi templos, llamados librerías de usado. Así, firmados, dedicados, en ocasiones para el político en turno. Luego nos enteramos de que no los leyó.

   Dichos libros, esos fuera de serie, no necesariamente deberían estar en el olvido, otras veces no importa el tiempo en el olvido, en otras, regresan a donde estaban. Complejo el asunto ¿Hasta dónde el haber estado en el olvido aparente los saca de su momento para ser leídos? ¿Por qué no fueron comentados cuando debieron serlo? Se dice de una obra cuando responde a un grupo social, cuando se convierte en vocero grupal, se convierte en necesidad ¿Qué sucedió?

   Cuando un investigador descubre los claves, puede entrar a cambiar la historia misma, a darle ese giro inesperado (algunos autores se adentran en su visión del mundo, cambian el giro, revisan su grupo para llegar a una crítica severa) al grado de aparentar una actitud contestaria, con la cual llegan a la marginalidad. Son los autores verdaderos del cambio, quienes, en su mayoría los lectores medios los desconocen y, dan pauta a los intermedios, quienes son aquellos, cuya obra trasciende por su inmersión en los gustos; luego vendrán los de la decadencia. De estos tres grupos los dos últimos son los más conocidos. La tarea del investigador, entre otras, es la de ubicar, descubrir estos procesos.

    Hablar de libros es hablar de autores. Es hablar de momentos históricamente bien definidos. Es hablar de épocas. Hasta aquí pareciera referencia a narrativa, poesía, teatro; pero también esto corresponde a obra teórica. Ensayos cuyo fundamento teórico, método, se convierten en referentes necesarios para comprender la transformación social.

   Varios son los nombres en todas las esferas: Camino a Tapalpa, de Carlos Palacios Novoa, novela cuya temática es el proceso de una carretera ideal para llegar más rápido a Vallarta. Teatro Petúl, de Rosario Castellanos, teatro guiñol escrito para las comunidades de Chiapas, son sólo algunos nombres y títulos de esos libros fuera de serie.

   Pero faltaría mencionar a los incomodos del sistema. José Revueltas, cuya obra completa no ha sido publicada a pesar de los esfuerzos de Editorial Era. A Narciso Bassols Batalla con su estudio magistral acerca de la educación en México. Los estudios de Bolívar Echeverría acerca de la estética de lo mexicano a partir de los grupos no estudiados del México contemporáneo.

   Motivos para desconocer obra y autores son muchos. El lector medio responde a necesidades concretas del aprendizaje. Tiene su visión del mundo. Se reconoce a sí mismo en un mundo globalizado. Sabe de donde provienen sus gustos de lectura, tiene una apreciación de lo literario, respeta los gustos del consumidor, quien responde a una educación enciclopédica. El lector medio entiende la otredad como parte de lo social.

   El lector especializado llega a recrear el universo de la lectura. Goza con las obras, revisa, compara, goza, analiza, tiene una visión estética, goza. Socialmente es menor en la esfera social. Investiga, critica, produce. Detecta los libros y autores de aparente extravío.

   Lo verdaderamente importante de libros, autores, en el fondo no es la cantidad, ni la calidad de la obra extraviada; es el estudio de la calidad promedio del lector. Los grupos de lectura, los círculos, la revisión social a esos montículos para leer en voz alta, nos tendríamos que preguntar si responden al conocimiento, o al llamado de pertenecer a un grupo. La necesidad entonces de un estudio a fondo de la sociología, o más extremo, a la psicología de la cultura.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Este es un espacio donde su opinión cuenta, sin embargo no se permiten mensajes ofensivos hacia ningún sector de la población, sexo, raza o credo; tampoco se permite el uso de palabras soeces.