Por: Alejandro Ruíz Robles
Miles de
trabajadoras textiles protestaron por condiciones laborales ínfimas en las calles
de Nueva York, Estados Unidos de América, el 8 de marzo de 1857; manifestación
que forma parte de tantos movimientos previos y posteriores que han realizado
con motivo de la distinción de sexos y que dieron como resultado que la
Organización de las Naciones Unidas declarara ese día como el “Día Internacional
de la Mujer y la Paz Internacional”.
Argumentos de sobra hay para recordar los
motivos que han inspirado a las mujeres para que se les reconozca su papel en
la Sociedad. Mención
aparte merece el fenómeno predominantemente latino y muy radicado en México
referente al “machismo”, cuya ideología hace referencia a expresiones,
actitudes, conductas, creencias y prácticas sociales cuya finalidad es promover
la superioridad del hombre sobre la mujer.
Si la vida se vive en
conjunto, ¿hay razón para minimizar a las personas por su sexo?
Siempre
nos han enseñado que la familia es la base de la sociedad y en ella nos educan con
amor y conocimientos para saber cómo actuar y convivir es decir: es la máxima
institución en nuestras vidas y como tal, la más importante en cuanto a
aportación de elementos para utilizar en aras de alcanzar metas individuales y
comunes y lograr una adecuada convivencia.
Usualmente, los mayores muestran un trato
igualitario a todos los miembros, fomentando los valores, especialmente el
respeto; es decir, mismos derechos y deberes, en el entendido que conforme
actuemos recibiremos mayores beneficios.
Ya
sea en la distribución de labores, la inclusión, el diálogo, entre otros;
sabemos que es nuestra responsabilidad contribuir a las metas comunes que como
familia se han establecido.
LAS
DIFERENCIAS SEXISTAS.
Desafortunadamente, esto no es el mundo ideal
que mencionamos y es una constante que los padres tengan ideas distintas a las
que deberían ser y a partir de ahí, surjan las grandes diferencias en el trato.
Ya sea por lo que han vivido, han visto o han considerado. Las actitudes pueden
fomentar la discriminación de las personas por su color, creencia o cualquier
otra situación. Desafortunadamente, la preponderante atiende a su sexo.
Y al reconocer las diferencias, también
actuamos en forma distinta y por ende, las ideas “machistas” o “feministas”, en
mayor o menor escala, fomentan la distinción y enconan las posiciones de las
comunidades.
¿Realmente estamos conscientes los adultos de la responsabilidad que tenemos en la familia frente a los menores?
PARA ESO ESTA TU HERMANA!
De lo que he vivido y observado en mi vida, en
todas las familias siempre hay divisiones de labores; lastimosamente, no todas
son equitativas y si tienen rasgos de género. “¡para eso está tu hermana!”, “¡eso
les toca a las mujeres!”, “¡ustedes a lavar los trastes!”, etcétera.
Tal pareciera que los hombres estamos
peleados con la higiene y el orden en casa; la mayoría de las tareas de
limpieza y arreglo están destinadas a las mujeres como si la virilidad se
perdiera con el jabón o el agua.
Nunca he entendido la razón para que el trato
cambie. De pequeñas son princesas y conforme crecen, pasan a ser empleadas
domésticas o personal de asistencia de la casa en especial, de padre y
hermanos.
El amor nos
mantiene unidos, no hagamos ni fomentemos un trato distinto en función del
género dentro de la familia.
¡TODAS
SON IGUALES!
Ni hablar de los comentarios con tintes de
discriminación o misóginos. Es cierto, muchos de ellos ya están tan arraigados
en el lenguaje popular que lejos de ser un insulto por si mismos ya se han
convertido en meras expresiones coloquiales no obstante, si estamos conscientes
de su significado, evitemos su uso.
Expresiones tales como: “¡pareces vieja!,
“¡eres niña!, ¡tenía que ser mujer!,
entre otras, son algunas que por ser comunes se han convertido en parte de lo
cotidiano y es obvio que no han sido generadas en la actualidad, pero no nos
prestemos a su uso. ¡Erradiquémoslas de nuestro vocabulario!
Trato especial merecen manifestaciones que rayan
en lo ridículo y absurdo, que molestan al sentido común y son muy dadas de
personas que no se respetan, ni respetan a la mujer de quien nacieron, con las
que convivieron o se han vinculado. “¡Todas son iguales, excepto mi mamá, mi
hermana, mi hija y mi mujer! Pensar de
esta manera, no sólo refleja un total desprecio por todas las mujeres sino una
actitud de inferioridad. Tristemente, quien piensa así no necesita justificarse
sino ser atendido por un profesional que lo haga comprender la realidad.
La constante en el
crecimiento de una Sociedad es el respeto por la igualdad en sus géneros. ¡Su
desequilibrio sólo estanca a la comunidad y conlleva a su retroceso!
NO
LLORE, ¿A POCO ES VIEJA?
¿Qué tiene que ver la demostración de
sentimientos con el desprecio a un género?
Es cierto, que la mujer pueda llegar a
expresar más sus sentimientos a través del llanto por cuestiones biológicas que
el hombre, ¿pero esto justifica una diferencia en su trato?
Si las lágrimas fluyen de los ojos debido a
dolor, tristeza, alegría, necesidad o cualquier otra sensación, ¿eso
necesariamente debe considerarse como fortaleza o debilidad?
Respetemos las diferencias a través de
acciones y normas que garanticen su trato equitativo; si aún no las hay,
sigamos trabajando en ellas. No tiene razón de ser, el seguir demorando el
adecuado equilibrio por razones sociales, culturales o políticas.
Llorar es tan
humano que no es cuestión de géneros. ¡Dejemos de lado los pretextos para
intentar justificar una superioridad!
MUJER
CONTRA MUJER.
Algo que siempre he celebrado es que las
personas alcancen sus metas y sean para sí y para su entorno un faro de éxito
que inspire. Más que mujeres u hombres, lo que necesitamos son personas positivas
que influyan a generar ambientes adecuados de crecimiento.
Aprendamos a convivir y combatir en buena
lid, así como ponemos todo de nosotros por alcanzar las metas, reconozcamos a
quienes lo han hecho y valoremos su empeño. No participemos de las injurias, ni
infamias contra quienes han llegado por el contrario, canalicemos nuestros
esfuerzos en corregir y continuar.
No es adecuado buscar defectos en quien ha
logrado una meta, máxime si era nuestra competencia ni tan ruin como
descalificar su éxito atendiendo a su género.
Es patético que un hombre atribuya a una
mujer calificativos o acciones que no corresponden a lo profesional o a lo
personal sólo porque ésta ha logrado lo que él deseaba, pero es insólito cuando
una mujer se exprese así de otra. La severidad con que se expresan sólo muestra
la falta de talento en su batalla.
Una muestra de
crecimiento como persona y profesional es reconocer a quien ha logrado sus
sueños a pesar de que éstos hayan sido también los nuestros. ¡Admitamos
nuestras fallas y continuemos hasta alcanzarlos!
NI
ATRÁS NI ADELANTE, ¡AL LADO!
Cada vez percibo más en la gente el interés
por romper los estigmas sociales y buscar el equilibrio adecuado que nuestra
sociedad requiere.
Lo que antes se expresaba “¡detrás de un gran
hombre hay una gran mujer!”, ha sido sustituido por “¡al lado de una Gran Mujer, hay un Gran Hombre y viceversa: al lado de
un Gran Hombre, hay una Gran Mujer!”.
Reconocer a la mujer por su esencia y sus
diferencias hará una sociedad equitativa y justa. Los roles de la mujer son
bastos: madre, hija, hermana, cómplice, amiga, profesional, maestra, tantos
como los del hombre. ¡Entendamos
nuestros papeles!
No hay lugar para
violencia es decir, ni para hacerla, provocarla o recibirla… Seamos agentes de
paz y en ésta, ¡generemos las condiciones con las cuales merezcamos vivir!
¡Lejos de manifestaciones destructivas, construyamos expresiones para la
comprensión y la construcción de la sociedad que queremos!
Mostremos a cada momento el respeto que
tenemos por la mujer; en el caso de los hombres, atendiendo a que nacemos de
ella, convivimos con ellas y construimos con ellas. Respecto a las mujeres, por
su lucha diaria por evitar las diferencias.
Si hoy hemos
logrado pasos agigantados que hace unos años eran prácticamente imposibles… Seamos
las personas adecuadas para concluir este cambio!
En
fin, tenemos la excusa de un día para celebrar a la Mujer y una Vida para
Honrarla. ¿TE GUSTA LA IDEA?
Posdata: “Para
liberarse, la mujer debe sentirse libre, no para rivalizar con los hombres,
sino libre en sus capacidades y personalidad”. (Indira Gandhi, 1917 – 1984)
Facebook:
@RuizRoblesCP22
Twitter:
@22Publica
Lin1kedin:
Correduría Pública 22
Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS
PALABRAS” en su 8º Temporada, todos los miércoles te espero de 16 a 18 horas a
través de www.astl.tv (¡Emprender con Valores!) ¡Te esperamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este es un espacio donde su opinión cuenta, sin embargo no se permiten mensajes ofensivos hacia ningún sector de la población, sexo, raza o credo; tampoco se permite el uso de palabras soeces.