En nuestra
vida, tarde o temprano aprendemos el valor de nuestros actos y sus
consecuencias. Desde la niñez sabemos que si estudiamos tendremos una excelente
nota, si obedecemos recibiremos una recompensa y si comemos y hacemos ejercicio
gozaremos de días sanos y saludables. Conforme crecemos, tendremos ya metas
propias y particulares que sabremos el trabajo que implican y el compromiso de
actuar para alcanzarlas. Es decir, en términos generales: con el esfuerzo adecuado lograremos un
resultado más acorde a lo planeado.
Y muy
pronto comprendemos que: hagamos o
no hagamos, nuestras acciones u omisiones siempre tendrán consecuencias.
“ACCIÓN Y
REACCIÓN”
Dependiendo
de que tan buenos fueran los planes de estudio, las enseñanzas y la atención
que pusimos en clase, aprendimos que la tercera ley de Newton señalaba: A cada acción siempre se opone una reacción
de igual magnitud, pero en sentido contrario”.
Y este
principio puede ser aplicado a cualquier vida, de manera simple y sencilla, con
resultados muy concretos. De tal manera que conforme vamos tomando conciencia
de nuestro proceder es como podemos conocer y apreciar su efecto.
La vida no es una suma de hechos aislados sin relación; por el
contrario, es un todo y se debe considerar en forma integral y atendiendo a
todos sus elementos. No somos lo primero ni lo últimos que hacemos u omitimos
sin embargo, sus resultados pueden trascender más allá de lo imaginado.
“HILAR Y DESHILAR”
En nuestra
infancia seguramente nunca falto la abuelita o la tía que se la pasaba en la
tarde tejiendo con parsimonia y la cual siempre tenía una historia que contar.
Al mirarla, notábamos que sus movimientos con las manos construían con hilo o
estambre cualquier tipo de prenda; si era para nosotros, nos la probaban y
hacían los ajustes correspondientes. Ya fuera que la rehicieran o continuaran. Pues
bien, nosotros quisiéramos que así fuera nuestra vida, en la cual pudiéramos
volver atrás y deshacer los errores o hacer mejor los aciertos; lastimosamente,
esto no es así y lo que nos toca es asumir las consecuencias.
Si actúas acorde a tus principios y formación podrás tener indicios de cómo serán los resultados de tus acciones; de lo contrario, prepárate para que éstos sean los que determinen tu proceder.
Y si bien, es cierto que todo influye desde
el ángulo que se mira, también lo es que la visión que
tengamos dependerá de quienes somos y como nos hemos formado; razón por la
cual, debemos considerar que no todas las vidas tienen coincidencias o
paralelismos y que depende de cada uno la forma de vivirla. Sin embargo, hay
comunes denominadores que nos permiten tener puntos de partida, caminos y
destinos similares.
En ese
sentido, conviene tomar en cuenta que,
si bien los planes, pasos y metas pueden ser semejantes, los tiempos y su
ejecución única y exclusivamente dependerán de cada uno. Las comparaciones son
sólo referentes, el resultado en particular dependerá del análisis en que se
hayan alcanzado las metas de conformidad con las expectativas, recursos y
compromisos de cada persona.
Pretender
partir de un solo enfoque para analizar los resultados, puede llegar a mostrar
no sólo una visión errónea sino una frustración para todos los que participen
de ellos.
“BLANCO Y NEGRO”
Usualmente,
la gente ya tiene prefabricada las ideas e imágenes del éxito. La sociedad
muestra que el ganador es el que posee no sólo el resultado máximo esperado en
la contienda sino la totalidad de comodidades y satisfacciones a que cualquier
participante pudiera aspirar. Por el contrario, todo aquel que no resulte ser
el triunfador, habrá fracasado.
A mayor
abundamiento, no estamos preparados para reconocer los esfuerzos individuales
que no se vean recompensados por la victoria. Tristemente, en esos términos
vivimos en un mundo donde los fracasados predominan y los vencedores son
minoría.
Sin
embargo, ¿realmente podemos entender que no lograr la meta conllevaría al
fracaso? Si cada persona tiene
metas propias y comunes… ¿Por qué debemos radicalizar los resultados sólo con
las comunes?
“HACER Y
DESHACER”
Para
conocer realmente si hemos logrado cumplir con nuestras metas propuestas,
primero debemos tenerlas. Transitar por la vida sin ellas, a lo único que puede
llevarnos es a saber que somos o estamos ante seres intrascendentes.
En ese
sentido, será muy difícil juzgar a las personas si no conocemos su historia;
razón por la cual, los cuestionamientos más atinados serían… ¿Quién soy yo? y
¿a dónde voy?
Sólo cuando entendemos nuestro ser, sentir y metas estaremos en
posibilidad de saber si hemos logrado nuestros objetivos.
Olvidemos
la palabra juzgar porque no podremos hacerlo con quien no conocemos, mejor
analicemos nuestro actuar y valoremos los resultados; si éstos son
satisfactorios, continuemos hasta llegar a las máximas expectativas. De no ser
así, siempre estaremos en posibilidad de analizar, corregir y construir para
alcanzarlas.
“ANTÓNIMOS Y
SINÓNIMOS”
Las
palabras expresan el contenido de nuestro discurso. Entre más concreto, su
precisión tendrá un mayor significado; de ser ambiguo, únicamente producirá
confusión. Tratemos de dialogar con sensibilidad y razonamiento en todo momento
y con mayor cuidado al referirlo al describir o señalar a las personas. Quizás
las palabras no maten por sí mismas a quien se dirige el mensaje, pero puede
ser que sea tal el daño, que en ocasiones sus consecuencias sean irreparables.
Seamos
precisos al hablar y entendamos que matizar nuestros señalamientos de acuerdo
con las circunstancias puede tener mayor significado y sean más fáciles y
útiles para su comprensión. Pensar la vida con absolutos puede llevarnos a
extremos no aplicables a las acciones o actitudes.
Comprendamos que ser íntegro al hablar o expresar nuestras ideas
contribuye más al diálogo propositivo.
En nosotros está el poder de discernir sobre
lo que es bueno o malo atendiendo a nuestros valores,
formación y experiencias; la responsabilidad de hacerlo es sólo nuestra y
siempre hay que tener en cuenta que la omisión es también una forma de decidir.
De tal
manera que día a día tendremos que tomar decisiones, desde que despertamos
hasta que elegimos dormir; podrán ser de distinta importancia y éstas siempre serán
en función de su contexto. En conclusión: siempre tendremos la posibilidad de decidir y esto nos llevará a
generar resultados que incidirán en nuestra vida. En la medida que aprendamos
de nuestras experiencias y las tomemos en cuenta para alcanzar nuestras metas
podremos calificarlas.
“SENSATEZ Y
LOCURA”
Durante
nuestro camino conoceremos de mil y un situaciones y actuaremos de formas
múltiples; los aciertos y desaciertos serán tan humanos como la lógica y la
contradicción con la que actuemos. No obstante, en nosotros estará el
aprendizaje que a cada momento queramos darle.
Ni santos
ni diablos, ni héroes ni villanos, ni pacifistas ni guerreros; no tenemos por
qué clasificarnos de forma alguna, sólo busquemos crear las condiciones más
favorables para llegar a ser las personas que pretendemos. Es decir… ¡Hagamos la vida a nuestro estilo!
Habrá
millones de consejos de los miles de seres humanos que participarán de forma
directa o indirecta en tu vida; toma lo que se acerque a ti no al camino que
ellos han pretendido llevar o han decidido para ti.
“¿Y TU DESTINO
ES…?
En fin, te
habrás dado cuenta de que así opine todo el mundo de ti, quien decide el camino
de tu vida eres tú… ¿Qué valor
tendrán para ti?
Tú eres la
única persona que realmente conoce las metas que has trazado y los caminos ha
tomar en función de tus valores, formación, experiencias y aprendizajes
entonces, sabrás perfectamente quien puede ser un referente en tu vida y quien
solo un participante… ¡Date el
tiempo para tomar las mejores decisiones para ti!
Errar es
un hecho innegable en tu vida, si lo cometes, aprende de él, corrígelo y
continúa. Si aciertas, no te ufanes; de igual manera, disfrútalo y continúa. La suma de aciertos y desaciertos te
llevarán al presente que has decidido y podrás construir el futuro que te has
propuesto no obstante, nunca estarás ajeno a las fallas o equivocaciones, no te
quedes en ellas por más graves que sean.
Date el
suficiente valor cuando te expreses de ti, no mereces lastimarte a pesar de tus
fallas y mucho menos, elogiarte tanto que te pierdas en la soberbia… ¡Mantente ecuánime!
Ahora
bien, ¿estás satisfecho con lo que
llevas de tu vida?
Si es así,
sigue un camino de mejora constante y de ser lo contrario, reflexiona, crítica
y cambia hasta tu total satisfacción.
¡Enriquece cada día la persona que eres!
Sólo
tienes una vida… ¿ACEPTAS EL RETO
DE VIVIR A TU MANERA?
Posdata: La mejor manera de
empezar un día positivo es con una sonrisa… ¿YA HAS REGALADO UNA EL DÍA DE HOY?
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22
Importante: Recuerda que todos los
miércoles te espero de 16 a 18 horas en mi programa “En tus Propias Palabras” a
través de www.astl.tv.
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