martes, 24 de noviembre de 2020

Dignidad

Medicina y Salud

Por: Tanatología Lucy Oliva
    Se habla mucho sobre la dignidad, y pocas veces hemos puesto interés en su concepto de cómo nos ayuda a vivir en sociedad, por eso mi interés por el tema de dignidad. Desde antes de la concepción, durante la vida misma y hasta antes de la muerte, se me vienen tantas interrogantes, dudas y frases que se utilizan “sin son, ni ton”.
Así que tocar este tema dentro de los aspectos sociales de la vida y de la muerte es la manera en que puedo ayudar a mis pacientes que se sienten carentes de ella, cuando en realidad nunca han perdido su dignidad, sólo ha sido lesionada. Quien ha perdido su dignidad ha sido su agresor como lo menciona Robert Spaemann. Por otro lado, Bruno Shüller dice: “La dignidad del hombre es inviolable en el sentido que no puede ser arrebatada desde fuera. Únicamente puede ser lesionada por otro, en la medida en que no es respetada. Quien no la respeta, no se apropia de la dignidad del otro, sino que pierde la propia.” Y lo que puede ser arrebatado es la parte externa de la dignidad.

    Ahora entiendo que la dignidad es como un tatuaje en el ser, y es así como después de escuchar la palabra dignidad por vez primera pongo atención en su concepto, en la importancia de analizarlo y sobre todo, que nada aislado tiene valor si no está en juego con la sociedad.  La sociedad es realmente en donde todos los valores, virtudes pueden resplandecer, trabajarse y expresarse, la vida es tan difícil en sociedad como lo es en aislamiento, en una, por la falta de convivencia acertada, en la otra por la falta de apoyo y comunicación, medio valioso como la dignidad misma. La vulnerabilidad del ser humano no cuantifica la dignidad, lo que a veces confunde, es en ese momento de fragilidad en el que otro ser intenta adueñarse de su dignidad pisoteando sus derechos, perdiendo éste su dignidad y no el sujeto vulnerable. Por otro lado, el derecho a nacer después de la concepción ha sido un tema de revueltas y discusiones con la legalidad del aborto, y es ahí, cuando, privando a un ser, que sin su consentimiento le arrebaten la vida, se está violando la dignidad, su existencia es digna desde ese momento de ser. (Artículo 150 del Código Penal) (2007). “El respeto a la vida humana desde la concepción es un principio ético fundamental, es el respeto a la dignidad humana, la sociedad actual”, (Helena, 2005, pág. 1).
    En estos tiempos de encierro por la pandemia por Covid-19, ha despertado para muchos la indignidad de su persona, en donde sus resentimientos, odio y emociones negativas, las descargan sobre el ser más vulnerable de su entorno causando lesiones o muerte por violencia, es ahí cuando surge la confusión de muerte indigna y muchas veces llegué a pensar que le habían arrebatado su dignidad, sin embargo, como lo menciona Max Horkhimer: “Que la muerte tenga lugar siempre bajo distintas circunstancias significa entonces que, sin poder revocar jamás su carácter sensible-mente determinado, se trataría siempre de una experiencia mediada socialmente” (Sembler, 2013, pág. 267). Haciendo de su vida algo sagrado. Sobre ese vacío de la infelicidad del desamor a la vida “siente el vacío moral que solo se satisface con el deseo de hacer el mal” (Rivas, S.S.). Cioran, irónico o sarcástico nos refleja la vida misma en sociedad donde la dignidad y la indignidad juegan un poco en donde aprender a vivir en la nada y a perder, para detener la monstruosidad hambrienta que no se sacia actuando indignamente, creyendo que con tal acción llenarán su vacío lo cual resulta paradójico ya que entre más acción cruel y devastadora más vacío moral se genera y la dignidad se va perdiendo.

    Entonces todos queremos nacer y vivir en sociedad con responsabilidad y dignidad, y si tenemos cubiertos estos espacios de ser, no deseamos morir y cuando el tiempo y las formas sean dignos, hay bienestar. Y aquí vienen conceptos de la voluntad anticipada (Ley de Voluntad Anticipada para el Distrito Federal 2019), como derecho a una muerte digna que desaprueba la eutanasia o acto deliberado de dar fin a la vida de un paciente, la dignidad humana es un derecho fundamental, inherente a toda persona, desde el nacimiento hasta la muerte; no se trata de un simple paradigma ético o moral, sino que debe ser protegida y garantizada por el Estado”.

    La muerte digna es un tema de vital importancia, ¿Por qué no planear y educar para “mi muerte”, sabiendo que la muerte tiene “permiso” de llegar en cualquier momento y mientras llegue, la opción es dejar de ser o morir?  La dignidad es como un tatuaje impreso, no borrable, repito, es inviolable. Entonces dado su valor intrínseco el hombre alcanza la dignidad mediante la libertad y al convivir con los otros en comunidad ayudándose mutuamente, como se menciona en la Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, (2003): resolviendo problemas comunes.

    La dignidad aparece en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, y se presenta como un texto legal. (Navet, 2018, pág. 1

El hombre, dignidad y sociedad
    Kant afirma que el hombre es un fin en sí mismo, no un medio para usos de los otros individuos, mencionado por Robert Spaemann (2004). La dignidad humana es intrínseca, no se pierde, la lesionan, pero jamás se viola sin embargo, el agresor la pierde en el hecho. Saber esto a las personas víctimas de violencia, les alentará a seguir luchando por sus sueños mismos, si estos fueron la causa de su tortura, viviendo en una sociedad de consumo más que de deleite de la vida. La dignidad se expresa con la libertad de una sociedad en convivencia ya que, sin los otros, es sinónimo de no estar y no estar, es no existir y quien no existe, muerto es, y la muerte es el fin. Ver la muerte del otro, nos acerca a valorar la vida propia, para que cuando la muerte arribe sea un paso más con un “heme aquí”, la convivencia mutua con la vida y con la muerte desde un acercamiento amable y respetuoso, considero que es un punto de partida para aceptar nuestra muerte; antes de la muerte hay precedentes al igual que el fin de la historia.  
    
    Ser concebidos después nacer y desarrollarse dentro de un ámbito digno serán la semilla de una muerte digna, la vida es la escuela de la antesala de la muerte, quien vive dignamente tiene como primera opción morir de igual manera. Dentro de los cuidados paliativos y la muerte anticipada se está preparando la despedida a la vida, a dejar de ser y el punto de quiebre entre el ser y no ser más. Ser libre, convivir, escuchar, respetar entre otras virtudes es vivir con dignidad y la dignidad es divina. La dignidad inicia con el inicio del Ser y deja de ser, con la muerte misma, viene implícita en el Ser y es inviolable. 

    Termino con la definición etimológica: Dignidad se origina del latín “en dignitas” y se refiere al valor del individuo como ser humano.  En otras palabras, toda persona debe ser respetada por el hecho de ser persona y en ningún caso unos merecen más respeto o consideración que otros. Así, la dignidad de alguien no depende de la importancia que le otorguen los demás por una circunstancia u otra y paralelamente, es un valor moral que no se puede negociar en ningún sentido”.

 Del duelo a la aceptación.ViVe feliz

@LucyOlivaMedicoIPN
Para acceder a sus libros:

https://lucyoliva.com/?fbclid=IwAR2whYtu-lKJ_r4Fa9y_NkhKGp648yPX-FixX2A7naM191ECsuuud7rPv5g

 

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