viernes, 15 de mayo de 2020

Desde la Otredad


(LOS YO’S DE USIGLI)

Por: José Ruíz Mercado

No ha sido una, ni dos, las ocasiones en donde la interrogante mayor no halla sido por qué reconocer a un autor de fuera antes que a uno de casa ¿Acaso por ausencia? ¿Por la intensión de vestir el traje del emperador? O como decía un funcionario de la cultura: Porque cuando deje el puesto tendré amigos en el extranjero.

Cualquiera sea la causa me llama la atención los grandes homenajes, los festivales, el muestreo de las claves, la exhibición. Pero pocas, muy pocas, los estudios, los análisis, la diversidad teórica de las lecturas.
La tradición del estudio no es una costumbre en el medio. Se habla de la creatividad como un don y no como una disciplina. Muchas discusiones se salvarían, los reconocimientos al trabajo tendrían un peso real.
Preguntas. Disertaciones paralelas. El reconocer al de fuera aunado a la ausencia de estudio. Dicen, los que saben, que toda obra es producto de una lectura de lo cotidiano, de ahí que toda obra contiene un cúmulo de conocimiento.
Anota Fernando Carlos Vevia Romero un hecho alrededor de la obra de Rodolfo Usigli al referirse a sus obras, las editadas por el Fondo de Cultura Económica, hace ya seis décadas.
 “No han sido enfocadas ni juzgadas con exactitud por la crítica profesional, por la gente del arma del teatro ni por los investigadores universitarios” Fue la queja en su momento de Usigli. Para enseguida afirmar: “Desde la universidad queremos enfocar y juzgar con la mayor exactitud” Vevia así iniciaba los estudios usiglianos, no desde la UNAM, sino desde la UdG.
La historia nos deja una herencia en la estructura. Las categorías, es decir, lo categórico es una manera de defendernos, esconder nuestros dioses para que el otro no se entere lleva en la práctica a olvidar exactamente en dónde quedó lo simbólico para enseguida dar entrada a lo simbiótico.

Cortés con su ejército no conquistó Tenochtitlán. Fueron los Tlaxcaltecas. En este resentimiento los grupos étnicos dejaron de gobernar, dejaron de crear nuevos modelos para seguir con una visión cultural Eva- Malinche- María. Entonces Martín Cortés cuestiona la visión Hernán- Malinche y se estructura la Colonia. Pero aún faltaba algo: lo puro. La legitimidad.
La historia nos deja herencia. La nuestra es un miedo a pensar, a razonar. Seguimos en la mira del arte como pasatiempo caro, reflejo de clase, de las tertulias. Con esto, la obra y su hacedor debe ser de buena familia.
Rodolfo Usigli lo sabía. De ahí su propuesta de estudiar a Juan Ruiz de Alarcón, a Garcilaso de la Vega y comprender el manejo del leguaje de Sor Juana Inés de la Cruz. Revisar, ir a las raíces y eso lo comprendió Vevia, lo percibió hasta el grado de buscar al teórico, el sociólogo de la cultura, el historiador agudo. Insistió en la necesidad de la sociología cultural, del lingüista apasionado.
Fernando Carlos Vevia Romero fue un investigador apasionado de la cultura. Su pasión la trasmitió a quienes fueron sus alumnos. Nació un 29 de mayo de 1936 y murió el 27 de abril de 2019. Estudió a fondo los secretos del habla, de sus hablantes, por lo cual lo llevó a recrear, jugar con el lenguaje. Irónico. Penetrante en sus propuestas.
Dos personajes de la vida cultural del México contemporáneo. Dos personajes cuyo factor decisivo fue la lectura. Vevia recuerda cuando a Usigli se le preguntó (una de esas consabidas acerca de las recomendaciones a quien inicia) Soy, dijo, un apasionado de la lectura. Lector infatigable de todo cuanto pueda leer.
Vevia hace énfasis en la lectura, cita a Nietzsche: “¡Enseñadme a leer bien! … es decir; lentamente, profundamente, con atención y cautela; con las puertas abiertas de par en par; con ojos y dedos delicados y tiernos”
Problema en el proceso de la crítica. Problema en esa falta de acercamiento a lo teórico. Miedo a pensar porque en el pensamiento se encuentra otro mundo, universo probable de posibilidades en donde el estado de confort puede verse cuestionado si algo no cuadra con lo creído como verdad absoluta. Por eso quien piensa es peligroso. Quien razona aún más. Los pares.
A Rodolfo Usigli se le conoce, o digo, se le acerca a su obra, por El Gesticulador, la obra perseguida por el Estado Mexicano, por muchos años. La obra cuya verdad estaba ahí por sus múltiples lecturas. Todo mundo miente, por eso gesticula. La verdad en la historia de México es la mentira. Nos dice.
César Rubio, el personaje de El Gesticulador entra a la vida política a través del fraude. Todo para estar en un estatus emocional, el cual no corresponde. Un estatus familiar, económico, pero, sobre todo, una apariencia de la cual, ni el mismo César Rubio se la cree.
Hay que leer. Sí, lo dicen ambos. Lo afirma Vevia cuando toma la cita de Usigli para justificar el análisis de la obra de un autor, a quien propone como ejemplo para estudiar a la sociedad mexicana. Más aún, para acercarnos a entender porque Rodolfo Usigli es el padre del teatro mexicano.
Hay que leer. Sí. Para entender los quien es quien de nuestra cultura y a partir de ahí saber quienes somos en el concierto universal. Entender a los nuestros cuando entendemos a los otros en el aquí y ahora. Leer la obra completa para seguir las líneas, los acervos, las necesidades sociales.
Hay que leer para entender quien soy a partir de entrar a los universos de la lectura de lo cotidiano. Retomo a Todorov cuando dice:   “Quiero hablar del descubrimiento que el yo hace del otro. El tema es inmenso. Apenas lo formula uno en su generalidad, ve que se subdivide en categorías y en direcciones múltiples, infinitas. Uno puede descubrir a los otros en uno mismo, darse cuenta de que no somos una sustancia homogénea, y radicalmente extraña a todo lo que no es uno mismo: yo es otro”
Hay que leer para entender ese miedo al conocimiento. Esa necesidad de afirmación y aplauso tan socorrido de quien, antes de leer se siente creativo. Entonces entenderemos a los cientos de analfabetas funcionales que vuelan en los alrededores; entonces buscaremos otra manera de analizar y reírnos, jugar acaso, en y con nuestra historia.
Y sí, la tradición del conocimiento no es una tradición en nuestro medio.

2 comentarios:

  1. Muy bien por José Ruiz Mercado, porque nos acerca a Usigli a través de Vevia y nos invita a pensar que somos el otro en otros.

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  2. Hay que leer: para entender y comprender el mundo en el que vivimos, conocer nuetro origenes; para aprender de la experiencia de otros, para facilitar nuestra existencia. Leer, sì y mucho, para salir del oscuro camino de la ignorancia y viajar a la luz de la sabidurìa que hara de nuestra estancia una vida más plena. Leer no solo de pasatiempo, leer buenos textos,con el pleno interes y conciencia de que de esa forma se ampliará nuestro saber.
    Saludos maestro Ruìz Mercado Feliz dìa. Por sierto ya leì su libro "LA NOCHE" me encanto. Saludos.

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