Q.Victory Revista Digital: Mil y un Motivos de Orgullo

Por: Alejandro Ruíz Robles

LO NEGRO, BIEN NEGRO

Si bien todo depende del crisol con que se mira, hablar de nuestro país siempre tendrá miles de cosas excelentes y muchos, quizás demasiados, pesares.

Para ponernos de malas, basta con saber de espectáculos de mañana, tráfico en la tarde, pseudo infartos provocados por las alzas en los productos básicos y los útiles escolares, inseguridad en el regreso a casa y rezos por la noche al llegar con bien y agradecer que esperamos tener vida al día siguiente.

Motivos de enojo hay demasiados y ni hablar de temas latentes de corrupción, ilícitos, delitos y demás factores que hacen que el país se convierta en una selva, en la cual, cualquiera puede ser víctima de los depredadores.

En un país de ironías, destacan casos tales como que la riqueza de los empresarios siempre está en peligro a manos de quienes en su vida la han generado un empleo y sólo viven de un presupuesto o bien, ver cómo se transforman los programas sociales que de ser asistenciales, pasan a ser clientelares. Mención aparte merecen las constantes en los empleos, en los que, algunos hacen como que trabajan y otros, como que pagan.

Finalmente, mirar que se destinan más los recursos económicos públicos para los partidos políticos que para las instituciones de asistencia y que los actores políticos pasan a ser polémicos, cómicos y patéticos al desviar la atención del bienestar social a encauzarla a sus intereses personales, son casos tan reales como absurdos.

Es decir, hay mil y un motivos para quejarse y manifestar lo duro que es vivir aquí; sin embargo, basta con saberse libre y nacional para con la mayor sinceridad expresar de cualquier manera y por cualquier poro del cuerpo: “¡Viva México!”.

UN AMOR MÁS QUE MERECIDO

De así pretenderlo, podríamos continuar enunciando miles de motivos para estar enojados con nuestros compatriotas; no obstante, es obvio que por cada uno de ellos hay decenas de razones para sentirnos orgullosos de nuestra nación y aplaudir con ahínco y gritar a todo pulmón el amor que le profesamos.

No sólo se trata de su folklor, ambiente, sitios turísticos o bien, su gente; es la suma de un todo aderezado por la manera en que siempre encontramos una razón distinta para sonreír con tan sólo abrir los ojos y mirar a nuestro alrededor.

Para muchos será una tierra mágica y mística la que nos ofrece miles de oportunidades para realizarnos a plenitud como seres humanos y profesionales; otros mencionarán que nuestros ancestros han bendecido el suelo al implorar a las alturas por este paraíso y algunos más serán terrenales y entenderán que la grandeza que vivimos es por obra y gracia de nuestra actitud, esfuerzo y trabajo constante encaminado a dotar de satisfacciones a quienes amamos y obviamente, a nosotros.

Ya sea por una vista, una melodía o una imagen que nos venga a la mente, la alegría nos llega al alma, se manifiesta con una sonrisa y nuestro corazón palpita al máximo al sabernos parte de esta gran nación.

¡Vivir en, por y para México es un orgullo!, ¿o lo consideras de otra manera?

LA MAGIA

Tan sólo llega el mes de septiembre y el ambiente se transforma, se respira un fervor nacionalista en todos nosotros; no sólo es el bigote, el sombrero o la música que identifica a cada región, desde el norte hasta el sur, ¡es todo!, y más por el orgullo patrio que nos lleva a sentirnos ¡mexicanísimos!

Desde luego, tanto las diferencias de visiones como de ideologías seguirán, pero nos une más la armonía por el país que tenemos y la inmensidad de cualidades que nos presenta; en el entendido que siempre habrá oportunidad de que con nuestro esfuerzo podamos hacerlo más grande.

Y ese ánimo festivo, siempre generará momentos de reflexión sobre el país que todos anhelamos; en virtud de lo cual, nos percatamos que no es suficiente exigirle lo que nos falta a cada uno, sino que nos inspire a tener el compromiso cívico por esforzarnos por darle lo mejor que de nosotros requiere. Muchas personas me han comentado que una vez que los extranjeros pisan suelo azteca, sienten que están en casa; es decir, nuestra tierra, clima y gente, entre otros múltiples factores positivos, produce ese pensamiento místico y pertenencia que los hace sentir seguridad de hogar aun estando lejos del mismo. Y con esas palabras, confirmamos que nuestro país es grande y sin duda será más grande cuando nosotros demos todo para hacerlo así.

México es único y es mágico, ¿estás orgulloso de lo qué haces por él?

MI APORTACIÓN

En reuniones con amigos y en meras charlas sociales, nos cuestionamos que hacer por nuestro país; decimos que tiene todo y de la lectura de las primeras planas de los periódicos o al escuchar los noticieros sabemos que estamos lejos del edén y de que lo mágico, ha desaparecido hasta llegar a lo trágico. Esta apreciación es inobjetable, atendiendo incluso a que a veces nuestra realidad supera a la más escalofriante ficción; sin embargo, siempre tendremos la oportunidad para regresar las cosas a cómo deberían ser y no sólo ello, sino también la opción de consolidarlas.

Quizás sea momento de mirar a nuestro alrededor, aprender de lo que vemos, entender lo que podemos hacer para mejorar, comprender cuál es nuestro papel y el resultado de nuestro esfuerzo y proceder a llevarlo a cabo y no desfallecer hasta encontrar el propósito deseado.

Debemos hacer énfasis en que somos responsables de a cada día, consolidar la grandeza de nuestro país y en consecuencia, desterrar todas las conductas cínicas que lo opacan por aquellas acciones cívicas que lo hacen brillar.

De pequeños, ¿cuántas veces anhelamos ser el responsable de llevar la bandera en la escolta o bien, el héroe que en ella se envolvía para mostrar su amor con su sacrificio? Con el tiempo nos damos cuenta de que hay más formas de honrar la bandera y a la nación, y lejos de perder la vida en un segundo, podemos hacer la diferencia dando lo mejor de nosotros durante nuestra vida.

¡MÉXICO ESTÁ DE PIE! ¿TÚ ESTÁS A SU LADO?

Posdata: Agradezco a la Asociación de Abogados Litigantes de México, A.C. y a la Diputada Margarita García García haberme considerado para este gran evento.