Por: Alejandro Ruíz Robles
De tal manera que el respeto o la tolerancia es uno de los valores fundamentales en la convivencia del ser humano y un reconocimiento especial que se le tiene a alguien o, a algo.
UNA ENSEÑANZA DE VIDA
Y durante buena parte de mi vida entendí a ambos términos
como sinónimos y así lo usaba en mis expresiones y en mi forma de entender la vida
no obstante, en alguna ocasión, me tocó estudiar fuera de mi ciudad y compartir
con una comunidad distinta a mí -joven de formación, pero añeja en sus vivencias-
que por su historia, vivía una situación única.
Durante el tiempo que estuve ahí, conocí de sus costumbres
y me encantó su forma de trabajar. Llegó el momento en que tuve que regresar y al
despedirme de uno de mis mentores, él me preguntó: ¿qué te llevas cómo persona
de esta vivencia?, en ese momento, orgulloso de lo vivido y mi crecimiento, le
dije: “Me gusto la manera que tienen para tolerar a sus vecinos”. Mi mentor me
miró y me pidió que fuera más preciso, a lo que yo dije: “El respeto es básico entre
las personas que piensan diferente y ustedes así lo muestran”. Nuevamente me
miró y me preguntó: ¿Respeto y Tolerancia es lo mismo?
Rápidamente contesté que sí, y él respondió, “entonces no has entendido nada”. Y me dijo algo que me ha quedado muy arraigado en mi forma de ver la vida: “El respetar es saber que a pesar de que somos iguales podemos pensar distinto en cambio, el tolerar es saber que, si bien somos iguales, yo tengo la razón y te permito que pienses distinto e incluso, vivas en el error”.
LA IDEA DE RESPETOA partir de ese momento, tomé esta aseveración como válida y empecé a utilizarla para comprender mi entorno y desarrollar mi vida.
Conforme ha pasado el tiempo, me he percatado que, si más
personas entendiéramos y aplicáramos estos conceptos como me los explicaron,
sin duda, tendríamos mejor comunicación y con ello, menos problemas.
Si partiéramos de que todos
somos iguales y tenemos derecho a los diferendos atendiendo a nuestra
formación, experiencia o circunstancias, sería más fácil reconocernos y
valorarnos.
Apreciar las coincidencias y analizar las diferencias sin
duda nos hará mejores seres humanos.
LA DIFERENCIA CON TOLERANCIA
En cambio, y bajo las premisas anteriores, saber que yo
tengo la razón y permitir a otros que difieran de ellas, rompe el plano de
igualdad es decir, necesitaría ser una persona superior para que “autorice” a
otros que piensen, actúen o vivan en forma distinta a pesar de que estén en el
error.
Es decir, yo que pretendo tener la razón puedo llegar a
sentirme “iluminado” y bajo esa situación, mi gracia es tan grande que te
permite vivir en la equivocación.
Desafortunadamente, tal circunstancia ha generado muchas
dificultades en la convivencia, ya que les da la posibilidad a otros de
sentirse superiores y sólo atender a sus razones y no entrar a debatir en la
posibilidad que tienen otros de tener mejores argumentos e incluso, demostrarles
que están en un error. Y este es el mejor escenario para llegar a un
autoritarismo es decir, imponer mis razonamientos sin importar si son o no
legítimos.
No hay mejor ejemplo de ello que cuando estamos en convivencia,
alguien alza la voz y pretende establecer su forma de pensar es decir, “se hace
porque lo digo yo”.
Pretender que en una relación
de igualdad alguien tenga la razón por el sólo hecho de así decirlo y no
confrontar razonamiento alguno con quien difiere de él, dista mucho de atender
a un respeto mutuo y solo es un argumento para una eventual fricción.
LA DURA REALIDAD
La
sociedad necesita partir de que todos somos iguales y dar lugar a que sus
diferendos sean arreglados en beneficio de la mayoría; de nada sirve que
alguien imponga sus razones por considerarlas unilateralmente
legítimas y permitir que otros se manifiesten sabiendo que no lograran cambiar
sus argumentos.
Errar
es de humanos y es perfectamente legítimo que quien posee la autoridad y el
poder también lo haga; en el entendido que no por ello, pierden su jerarquía. Sin
embargo, ¿hasta cuándo se darán cuenta que las demás personas merecen ser escuchadas
y tomadas en cuenta?
Entender que todos merecemos respeto por ser iguales es necesario para
vivir en armonía; pretender algo distinto, sin duda nos llevará a la
confrontación.
NECESIDADES CONTRA PRETENSIONES
Con
tantas dificultades que actualmente nos presenta la vida, necesitamos que más
que ser influenciados por ideologías o imposición de formas de vida, tengamos
la madurez para razonar atendiendo a las circunstancias reales y concretas que
tenemos y tomemos las mejores decisiones concertadas para la sociedad. No
hacerlo a lo único que nos llevará es a confrontar más pasiones que razones y
continuar las diferencias.
En
ese sentido, ¡todas las personas necesitamos ser tratadas con respeto!
¡No
necesitamos gente iluminada ni que pretendan una superioridad para decidir lo
que a su consideración es mejor para nosotros! ¡Tampoco necesitamos héroes o dioses
terrenales! ¡Requerimos líderes con
razones y convicciones y no que vivan de sus pasiones!
¡Como sociedad necesitamos aportar ideas y razonar
sobre cuáles son las mejores!
Hoy más que nunca se hace presente la frase de John F. Kennedy: “No preguntes qué puede hacer tu país por ti, sino qué puedes hacer tú por tu país”, es decir:
Y TÚ, ¿TE RESPETAS? ¿RESPETAS A LOS DEMÁS? ¿RESPETAS
A TU PAÍS?
¿HAS PENSADO QUÉ HARÁS PARA TENER EL PAÍS QUE NECESITAMOS?
Posdata: Agradezco a Don Jimmy
Pizarro de la cadena de Miami “Enfoque Radio” por considerarme su corresponsal
desde la Ciudad de México, a partir de este año 2021.
Importante:
Síguenos “EN TUS PROPIAS
PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv
… ¡Te esperamos!
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