Por: José Ruíz Mercado
Cada vez la relación con las redes sociales se vuelve común hasta el
grado de dejar de redactar porque tenemos una frase hecha. La minimización al
extremo de igualar una cena familiar con una actividad de repercusión
histórica.
Revisar los sitios en las
redes nos permite estudiar a sus usuarios. Este estudio debiera funcionar para
adentrarnos en las necesidades, alcances, educación, valor de procesos
escolares, dirección sociopolítica y demás.
Este trabajo de investigación
ya se hace. Existe una herramienta llamada cookie, en buen español galleta, de
seguimiento, utilizada por las compañías publicitarias, entre otras. De hecho
esa es la información con la cual se mantienen las redes, y se vuelven lentas
las máquinas.
¿Cómo sacarle partido a esta herramienta? Es decir ¿Cómo sacarle partido a las redes sociales? Esto depende de cada usuario, no de las redes por sí mismas. Un error en el cual caemos. Darle vida independiente, irnos a fabricar una prosopopeya venturosa digna del mejor cuento de hadas.
¿Cuáles son los miedos? ¿En dónde la crisis genera necesidades? ¿Qué tipo? ¿En dónde está el ciudadano dispuesto a todo? ¿Qué es ese todo? De entrada parecen alternativas para un seguimiento político, pero puede ir más lejos. He sostenido la necesidad de
estudiar las redes como currícula escolar. En una primera instancia en un acto
de civismo. Entender al otro nos lleva al respeto de la diversidad. Comprender
la otredad misma como autentipificación del yo.
Seguridad, disciplina. Quien
más miedo a las máquinas tiene mayor es la agresión al otro, busca el error
antes que el hallazgo. El cierre al mundo antes que la sociedad del
conocimiento. Cuando llega la falla viene el equívoco en la culpabilidad del
otro. En el peor de los casos. No soy yo, es el sistema.
La falla en el conocimiento, a
través de la historia, genera dependencias, mitos, toda una gama de relaciones
tóxicas en donde el sentimiento de poder y sumisión está presente ¿Hasta dónde
la generación actual se le ha dado el lugar no ganado cuando se afirma el
manejo mecánico de los aparatos mal llamados inteligentes?
¿Desde cuándo la máquina está
por encima de su inventor? ¿Cuál fue el proceso para llegar a fabricar dicha
herramienta? De nuevo el oscurantismo ante la falla en la memoria histórica en
la formación social.
La educación escolarizada
actual sostiene demasiadas fallas. Empezando por la visión individualista. Le
sigue el santoral de los héroes nacionales antes que los análisis sociales, la
supremacía de los conflictos intergrupales como si fueran la problemática
social. Con esto el caudillismo con todas sus consecuencias. El idealismo como
norma y justificación de la casualidad. Todo como acción individual.
La historia oficial lleva a
una falta de identidad además de minimizar la participación colectiva, se
mencionan los descubrimientos de la ciencia como un hecho al azar. Cuando dormía
debajo de un manzano le cayó una fruta en la cabeza, nada es producto de la
reflexión, todo es azaroso; los agentes políticos son decididos, arrojados,
valientes, parecen formar parte de la liga de la justicia, mientras los
artistas son nimios, callados. Todo es lo oficial.
La educación escolarizada
necesita un cambio de paradigmas. En donde se reestructure esa visión
idealizada. En donde el individualismo deje de ser causa y efecto. En donde la
sociedad del conocimiento sea la base, el fundamento del respeto al trabajo.
El estudio de las redes
sociales nos puede dar pautas. Generar propuestas. Ver lo social desde otra
perspectiva. Romper mitos. Pero sobre todo, buscar nuevos alcances. Saber jugar
con los sitios, hacerlos propios.
Revisemos la sociología, los
movimientos, el tipo de usuario. Desde quien va afirmando que come, a dónde va,
el más angustiado en este periodo de confinamiento, el opinólogo a la menos
provocación, quien cree ser importante por aparecer en reuniones con
personalidades. Esas fotos de la FIL tan dadas a presumir inteligencia, hasta
las cariñosas de los buenos días o las buenas noches, sin faltar, por supuesto,
las posiciones político religioso de los tiempos electorales; y claro, las
notas científicas. Revisemos esas notas, esos usuarios, incluyendo los miedos a
ser vistos.
Para el investigador social
las redes sociales son un tesoro; desde el sociólogo hasta el historiador,
desde el psicólogo hasta el politólogo. Estudiar las tendencias, los
documentos, los procesos sociales. Porque no es lo mismo un recuerdo que un
documento. Un recuerdo sólo le compete a un individuo. Un documento contiene
información, la cual será decodificada para interpretar el hecho desde el punto
de vista del especialista.
Revisar las redes. Los usuarios. Su alcance. Visión del mundo. Ubicar a
los participantes de la vida social, como piensa. También es importante conocer
el latir de los grupos, la conflictiva interna.
Revisar la actividad de los usuarios. Cómo maneja su espacio en las
redes. El análisis de la historia y su repercusión cotidiana. Como se quiere o
como se minimiza. La minimización al extremo de igualar una cena familiar con
una actividad de repercusión histórica. Vemos frases de los usuarios que no se
dan su espacio, su estatura.
Frases como recordar es vivir, o, aquellos fueron otros tiempos; el lugar común, la frase degradada, ante la
visión inteligente, consciente, alegre, propositiva. El gusto de reconocer y
reconocerse en la historia.
En una página de Facebook José
J Vásquez comenta acerca de la obra de su padre y la relación con Higinio
Ruvalcaba: Nuestros padres se presentaron juntos varias veces, mi padre en el
podio y el maestro Higinio como solista de la entonces Orquesta Sinfónica de la
Universidad en la temporada de 1958, y luego da un sitio Web: https:// www.josevasquez.com.
Ahí está la utilización de los
medios, la visión ágil, convencido de su participación histórica y no la
minimización al extremo de igualar una cena familiar con una actividad de
repercusión histórica.
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