En ocasiones, nos mostramos tristes, preocupados o cabizbajos por la pérdida de un ser querido, una oportunidad o bien, porque las circunstancias nos han robado la alegría. Desafortunadamente, hay cosas que no podemos cambiar, quizá la más conocida es la vida de alguien que se haya ido; en esos casos, sólo basta encontrar la madurez para saber que una persona se va cuando su esencia deja de estar en nuestra razón y en nuestro corazón.
En cuanto a las demás cosas, quizás no podamos hacerlas, pero no por ello debemos perder nuestro optimismo por construir la vida que deseamos. La respuesta quizás no la tengamos, pero en nosotros está actuar como lo requerimos.
Es usual que en esos momentos de
la vida nos agobiemos tanto que, sin pretenderlo, lastimemos a las personas que
nos acompañan en las diversas etapas de nuestro camino.
La frustración, la
inconformidad, la rutina, la angustia y demás acciones negativas pueden
transformarnos en personas que no queremos ser y desafortunadamente, la suma de
ellas y sus consecuencias pueden hacerlo reflejar de una mala manera en contra de
terceros y de nosotros mismos
Lo mejor para esos momentos es
… ¡Si no tienes nada bueno que decir, es mejor callar! Contrario a lo que muchos
pensamos, las palabras pueden herir más que las acciones y el no decir nada
tampoco significa otorgar.
De tal manera que dejamos de
ser las personas que somos y nos convertimos en lo que no queremos y en
ocasiones, no deseamos para nadie. En consecuencia, día a
día luchamos por sobrevivir olvidando que nosotros hemos venido a este mundo a
vivir y eso significa disfrutar y realizar nuestros sueños. Nada nos hace menos personas
que desconocer que lo somos. Abandonar lo que somos por el solo hecho de
existir nos hace destructivos para nosotros y para las personas que nos
importan.
Si postergamos nuestra esencia
como personas de valores y principios, estaremos condenados a romper con
cualquier forma de trascendencia positiva en los demás.
No hay peores grilletes que los
que nosotros nos auto imponemos por vivir en el pasado. El peso de las cadenas
de tal situación nos condenará al fondo de nuestro presente y nos llevará a
luchar por bocanadas para sobrevivir.
La decisión
de cambiar está en nosotros y en nuestra capacidad para aprender del pasado y
construir el presente para consolidar un futuro.
En estos momentos, debemos recordar que la vida nos presenta opciones y por más duro que sea lo que
vivimos, resulta conveniente tomar unos minutos para analizar, respirar y
continuar nuestro camino conforme a nuestra esencia, valores y experiencias.
A medida que aprendemos a
entender nuestro entorno y elegimos nuestro camino con convicción, nos llenamos
de experiencias enriquecedoras para razonar nuestras opciones.
Con el
tiempo nos damos cuenta de que, si no fuera por los momentos difíciles de nuestra
vida, no hubiéramos forjado a la persona que hoy somos y de la cual estamos
satisfecha, pero aún deseamos su crecimiento.
Vivir con convicción a nuestras
elecciones nos hace madurar de la forma que requerimos para enfrentar los retos
que nos pone la vida.
UN
HÉROE VERDADERO NO LO ES POR EL TAMAÑO DE SUS MÚSCULOS, SINO POR EL DE SU
CORAZÓN", (HÉRCULES).
Una vez que tenemos la
inteligencia para resolver problemas, debemos estar conscientes que la
sensibilidad es algo que debe participar en nuestra vida.
El
equilibrio entre la razón y el corazón nos lleva a ser las personas congruentes
con los valores que nos fueron inculcados y el adecuado análisis de la suma de
nuestras experiencias. Y este
equilibrio nos permite mostrar lo más agradable de nosotros: La Sonrisa; esto no es otra acción que la muestra de la satisfacción de la persona que
somos.
Y
con la sonrisa nos llega una llave para abrir el mundo … ¡la energía positiva!¿Cuántas
veces estamos con personas con logros o talentos por todos conocidos que nos
decepcionan al compartir con nosotros?, ¿No es verdad que preferimos estar con una
persona alegre sin mayores pretensiones y llenarnos de su energía?, ¿Cuántas veces nos cambia la vida recibir una sonrisa franca de un tercero, ya sea
conocido o desconocido?
Y si
esa es la diferencia…, ¿por qué no ser sonrisa y compartirla con el mundo?,
¿Por qué no asumir el reto de brindar a quienes nos rodean nuestra energía
positiva?
Todos tenemos las cualidades
para transmitir alegría… ¿Por qué no intentarlo?
Curiosamente, esto no depende
de fuerza física o destreza mental; únicamente consiste en qué así quieras
serlo y mostrarlo. Puede ser reiterativo, pero una
persona que está satisfecha con su vida es un tesoro para disfrutar.
Tú puedes
ser sol o sombra… ¿Qué prefieres?
Si
eliges ser sonrisa, hazlo con quien te rodea, pero también busca a quienes sean
afines a ti y comparte tu esencia con ellas.
Ser positivo te llevará a encontrar personas que jamás
soñaste y te dará elementos para fortalecer tu sonrisa. La gran ventaja de crear una comunidad positiva es que
cuando tengas necesidad de luz, ellos podrán compartirte destellos. Piensa que
esto sería imposible si te mantienes en un medio de negatividad. ¿Cómo
pretender que alguien que es negativo te pueda aportar la alegría que no tiene?
Hay
gente negativa que está en nuestro medio y es necesaria para nosotros, ya sea
por vínculos familiares, laborales o las circunstancias. En cambio, hay otras que
no tienen porque estarlo y desafortunadamente, no aportan nada en nosotros
para ser mejores personas.
Si
hay personas que no contribuyen a tu vida y no las necesitas…, ¿qué ganas con
tenerlos a tu lado?
Por
otro lado, si debes convivir con otros, haz el doble de esfuerzo por compartir
tu sonrisa. Siempre existirá la posibilidad de que ellos disfruten de tu
destello y los lleves a reflexionar sobre si les conviene mostrar su esencia
positiva.
No
hay secretos en esta vida… ¡Si eres una persona positiva atraerás a la
gente positiva! Si
no lo eres, siempre tendrás la oportunidad de analizar las razones por las
cuales no estás satisfecho contigo o no eres la persona plena que irradie
alegría por vivir. Tú
tienes la opción de transformar tu seriedad por sonrisa. ¡Inténtalo!
El
único límite para tu sonrisa eres tú así que, ¡llena tu mundo de sonrisas y verás que es posible compartir la alegría que llevas en tu ser!
Después
de todo vale la pena recordar el mensaje que un jabalí, un cachorro de león y
una suricata nos mostraron en su aventura por la selva: "¡HAKUNA MATATA!
VIVE Y SÉ FELIZ". (EL REY LEON)
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