Reforzadores dentro de la educación

Por: Eva Montañez García
En esta ocasión, se hablara de qué tan útil pueden llegar a ser los reforzadores dentro de la
educación de nuestros hijos. Primeramente comenzaremos por esclarecer, qué es lo que se
entiende por un reforzador:
En psicología se entiende por reforzador, cualquier estímulo que aumenta la probabilidad de
que una conducta se repita en un futuro. La definición de reforzador, se ha considerado a veces como circular.

El reforzador es lo que permite qué una conducta se repita. Es por eso que están presentes los

reforzadores positivos y negativos.

Un claro ejemplo de un reforzador positivo, es cuando se felicita al niño por sacar una buena nota en artes o quizá matemáticas; la felicitación le brinda una sensación de satisfacción que lo lleva a sacar una buena nota  para volver a recibir esa satisfacción.

Por el otro lado está el reforzador negativo: se produce cuando un cierto estímulo por lo general aversivo, se retira después de un determinado comportamiento; un ejemplo es cuando le pides a tu hijo lavar los trastes y para evitar que se le esté recordando cada 5 minutos, los lava lo antes posible.

Para lograr que se entienda mejor esto del reforzador negativo y positivo, diremos que con el reforzador negativo, se aumenta un comportamiento mientras, con el reforzador positivo se disminuye un comportamiento mediante la motivación de repetir o eliminar una conducta.

Educar a los niños no es fácil, es un trabajo de 24 horas donde los padres son los responsables máximos de lo que aprenden los pequeños, los niños ven a sus padres como las personas que deben enseñarles todo y así es, ya que la educación se da en casa y en la escuela simplemente van a configurar conocimientos que les ayudarán en su vida profesional, mientras en casa se dan las normas de buenos modales y por esta gran responsabilidad, los padres deben saber cuál es la mejor forma de educar a sus hijos. El refuerzo positivo puede ser una gran herramienta siempre y cuando se realice adecuadamente, pero para poder usar bien el reforzador positivo, también será necesario aprender a diferenciarlo del negativo para realizar intervenciones adecuadas y mejorar el comportamiento de los pequeños desde el respeto y las necesidades emocionales de cada situación que se presente.

Para concluir este tema, es necesario resaltar que el mismo reforzador no siempre va a ser útil con todos los niños, pues cada uno es diferente por lo que  se tiene que tomar en cuenta la circunstancia y el momento para saber si se hace la entrega o la eliminación de un estímulo inmediatamente después de un comportamiento.

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