Por: José Ruiz Mercado
Ni duda cabe. Cada grupo, cada
época, cada edad tiene sus lecturas, sus libros y sus autores; las necesidades
históricas, las ideologías. Dime qué lees y te diré quién eres (o por lo menos
pretendes ser) todo lleno de interrogantes.
Otra cosa es para la música
popular, otra para los íconos de la cultura. Trabajo de sociólogos, lingüistas,
historiadores, estetas, comunicólogos. Trabajo, sí, para los psicólogos
sociales, politólogos (¡qué falta hacen!) y otros especialistas.
Los autores pasan de una época
a otra para en ocasiones convertirse en material de estudio para un grupo
minúsculo. Otros se convierten en material de estudio. Los hay, también,
quienes se vuelven hallazgos, y se estudian, así, con la frialdad debida y el
regocijo de quien lo reproduce.
Son autores que renacen, viven
el entusiasmo del descubridor, en ocasiones, muy raras, regresan a las filas de
los lectores seguidores de quien hurgó en los viejos archivos guiados por el
discurso académico.
¿En dónde está el público?
¿Quién es? ¿Existe? ¿O es un dios inasible que ni me mira?
Escrito está. No todas las
obras de un autor son importantes. Ni las más conocidas son las validas,
literariamente hablando (la estética de una obra jamás la encontraremos en la
temática, sino en el tratamiento) Incluso, no todo autor es importante, y su
reconocimiento lo encontramos en lo mediático.
Lo mediático resulta ser un análisis en donde nos encontramos con
referencias sociales, políticas, económicas y, el resultado final nos lleva a
conocer a fondo las necesidades de una población, sus miedos, fracasos,
anhelos.
Los grandes teóricos de la
literatura, no sólo se han acercado al estudio sintáctico, a las aportaciones
técnicas, a lo estético. Los grandes teóricos han visto, en la sociología de la
literatura, una herramienta para el estudio de los grupos.
Quizás nos hemos preguntado
alguna ocasión la razón por la cual un autor es más conocido que otro, o los
motivos por los cuales pasa para ser mencionado en certámenes literarios con
una obra menor. Socialmente, de seguro, un grupo hegemónico lo respalda,
seguramente.
Hoy en día es importante el
material que podemos extraer de las redes sociales. Un material, el cual, como
caldo de cultivo, nos dará respuesta a muchas interrogantes. Un sociólogo de la
información nos está haciendo mucha falta. Ni duda cabe. Cada grupo, cada
época, cada edad tiene sus lecturas, sus libros y sus autores; las necesidades
históricas, las ideologías.
Si Gabriel García Márquez
viviera, a la distancia nos comentaría de su obra toda. Haría un recuento de la
misma, posiblemente le daría vigencia a El Otoño del Patriarca, la gran novela,
la de la estética a flor de palabra. La menos laureada.
Existen momentos en la
historia que benefician a una obra, a un autor ¿Quién recuerda a Juan Manuel
Puig Delledonne mejor conocido como Manuel Puig, el autor argentino que fue
perseguido por la dictadura argentina a razón de su novela policial The Buenos
Aires Affair, publicada en 1973? Nace el 28 de noviembre de 1932, en Argentina.
Muere en Cuernavaca el 22 de julio de 1990.
Manuel Puig publicó en buen
momento. La Traición de Rita Hayworth (1968) Boquitas Pintadas (1969), El Beso
de la Mujer Araña (1976) y la antes citada, fueron algunas de sus novelas,
avaladas por los grupos más liberales de su momento.
Cada etapa tiene su autor, su
obra. Su movimiento. Se habla de la imposibilidad de la aparición del Boom
Latinoamericano sin la presencia de las compañías bananeras, las teorías del
desarrollismo económico ante el auge de la clase media.
Las consecuencias de la
segunda guerra. La remoción de los grupos. Ernst (Miller) Hemingway, nació en
1899, un 21 de julio; murió el 2 de julio de 1961. Las fechas.
Los nacidos en los años
anteriores a la segunda guerra fueron asiduos lectores de Hemingway. El Viejo y
el Mar, Adiós a las Armas, Por quién Doblan las Campanas, fueron algunas de sus
obras más leídas. Y sí, las fechas de nacimiento y muerte dicen mucho en la
presencia del público.
Hermann Hesse es clave en la
presencia de un momento histórico. La crisis del sistema occidental, el
cuestionamiento, la mira al oriente, está presente en sus obras. Nace en un
momento decisivo: 2 de julio de 1877; muere el 9 de agosto de 1962.
Marcó una etapa. Pasó por
circunstancias álgidas para la historia del mundo. Dos guerras, los movimientos
de liberación, la encrucijada de los estilos, el cuestionamiento religioso: La
dualidad, y con todo esto, el existencialismo, el movimiento beat, el hipismo,
sin llegar a serlo.
Hesse fue decisivo en el
pensamiento de la mitad del siglo XX. Sidarta, Demian, Juego de Abalorios, El
Lobo Estepario, fueron algunas que lo definieron como vocero de generación.
Con esta última dio origen, en el terreno del comic a ese personaje de
Jack Kirby, el villano miembro de la familia de Darkseid.
Sin olvidarnos, del grupo de
rock, pionero del Hard Rock, nacido en 1960 y aún con fuerza para la escena en
los años 70: Stephen Wolf, el grupo cuya pieza Born to be Wild, que le da
música a la película de Dennis Hopper en 1968, Easy Rider, la película
prohibida por Gustavo Díaz Ordaz
La lista es grande, las obras también ¿Quién no recuerda MOMO? A sus
personajes. A los grises, quienes pretenden mantener encerrado a la otra parte
de la población. La lista es grande.
Manuel Puig escribió en alguna parte: La muerte es lo peor porque la
gente te olvida.
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