Por: periodista Blanca Nieves Palacios Barreda
En estos tiempos difíciles, que se han tornado aterradores, sin bien por el peligro que representa el coronavirus, más aún por el vórtice de información que durante las 24 horas del día nos llega, a través de internet, la televisión, radio, prensa escrita y sobre todo en los celulares, en los que nos dan a conocer multiplicidad de recetas, para la prevención, contrarrestar, cuidarnos y defendernos de los efectos de éste virus, que al decir de unos, es mortal, de otros sin mayor peligro, pues la inmunidad, nuestra propio organismo la produce.
Y como suele ocurrir, aflora la vena oculta de doctor o analista que todos llevamos dentro, y surgen hipótesis sobre el origen del coronavirus, tales como: fue una propagación accidental del virus; es de origen silvestre; se inventó en Whan; Trump la creó para dañar a China; es un arma biológica, etc.
Esta última hipótesis o suposición, la relacionan más con estrategias recurrentes utilizadas por el gobierno estadounidense, como los llamados “chemtrails”, estelas que dejan los aviones y que contienen productos químicos que dañan tanto a seres humanos como animales y medio ambiente; tal información surgió años atrás, cuando la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christina Lagarde, declaró que: “los ancianos viven demasiado y eso es un riesgo para la economía global. Tenemos que hacer algo, y ya”; al ver todos esos “chemtrails” no dejamos de pensar que efectivamente, están haciendo algo, para disminuir a la población.
La respuesta no se hizo esperar, por parte de la cancillería de China, al dar a conocer que: “E.U., trajo el virus durante los juegos militares que se realizaron en octubre de 2019 en Whuan, E.U., nos debe una explicación”.
Al detectar las autoridades chinas a personas infectadas, antes que empezar a señalar o atacar a las autoridades estadounidenses, se dedicaron a localizar mediante sus sofisticadas formas tecnológicas, a las personas afectadas y, a investigar el origen de tal virus y a aplicar la solución al problema ya existente.
Trump, sin dejar de señalar que ese virus fue “inventado” en el Centro de Control y Prevención de Enfermedades en Whan, recibe recomendaciones de la ex Secretaria de Defensa Adjunta para Asuntos de Asia y el Pacífico, Kelly Magsame, al decir: “en lugar de golpear a China, solo por golpear a China, tenemos que trabajar juntos para tener esto bajo control”.
Al igual que Italia, Francia y otros países, México ha sido favorecido con el apoyo del gobierno de China, tanto con aparatos médicos, como con información para enfrentar a este virus “anónimo”, que a la fecha se ignora su real paternidad.
La paranoia no solo se da entre los países, como fue el caso del presidente de El Salvador, Nayib Bukele, quien decidiera unilateralmente, suspender vuelos de México hacia su país, acusando a México de permitir el traslado de 12 personas infectadas, cosa tal no pudo comprobar; la situación que vivimos, es aprovechada perversamente, para intensificar la guerra contra el presidente, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), por parte de sus “adversarios”, como los llama el propio AMLO, al recurrir a estar circulando información falsa, ante las medidas que se han venido tomado en nuestro país, para poder salir lo menos dañados de ésta pandemia, siendo éstas encabezadas por el ex presidente, Felipe Calderón Hinojosa.
Èsta, como otras situaciones similares que diversas Naciones han padecido, en las que, el poderoso imperio norteamericano ha sumido a la humanidad, debe ser motivo de reflexión acerca de las políticas y defensas por parte las autoridades de salud de todos los países, para impedir que los magnates imperialistas, sigan buscando la máxima ganancia, sin importar la vida de las personas.
bnpb146@hotmail.com
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