UN COMPROMISO SOCIAL

Por Alejandro Ruíz Robles

“Hay amores tan bellos que justifican todas las locuras que hacen cometer”. (Plutarco)

COMPARTIENDO VOLUNTADES

Para platicar de este esfuerzo colectivo, bien tenemos que empezar por conocer su concepto y como tal, entendemos que es el conjunto de personas que integran vínculos solidarios y de comunicación para solucionar necesidades concretas. Usualmente la red primaria de apoyo es la familia, más tarde los amigos o bien, el grupo profesional en el que participamos y que están dispuestos a colaborar con nosotros cuando así lo requerimos. Adicionalmente, habrá que agregar que algo que también nos motiva a ser parte de una red, es la afinidad con una causa, la vecindad, una pasión o una coincidencia, o simplemente el interés de ser parte de algo que nos atrae.

Contar con esta posibilidad, sin duda nos lleva a tener una fuente de soporte material, afectivo, humano o bien, ser beneficiario de acciones que eventualmente, nos sirvan para atender una situación que nos inquieta, recibir un estímulo que nos alimente el alma, afrontar un problema o encontrar una solución, en el entendido que puede haber más supuestos.

Si bien, esto no es una responsabilidad directa ni mucho menos un deber individual, lo cierto es que usualmente la asumimos no por sentirnos obligados con alguien o causante de algo, sino porque somos solidarios con una situación, circunstancia, persona o comunidad; queda en el entendido que aún cuando fuera nuestra mayor pretensión, siempre estaremos limitados en diversas formas y a pesar de nuestras aptitudes, habilidades y acciones. En fin, lo agradable de esto, atiende más al crecimiento personal que a un vínculo económico. Los resultados, cuando así se presentan, sean parciales o totales, nos conminan a continuar a más y más.

Me encanta una frase que establece “insistir, persistir, resistir y nunca desistir” porque, tal pareciera que esa es la que nos motiva a dar hasta que el ímpetu se inhiba o bien, hasta que la satisfacción alcance; es decir, emprender con decisión a pesar de las vicisitudes y dificultades que se nos presente hasta alcanzar lo que nos hemos fijado como destino. Si ser el apoyo de una causa noble es un aliciente, ¿crees que algún día sea la prioridad en este mundo?

¿Y YO POR QUÉ?

Participar en un acto altruista no es obligación de nadie, es completamente voluntario. Para ello, no importa la clase social, características físicas, conocimientos o bien, destrezas; no obstante, dependiendo del objetivo planteado, alguno de estos, sí será necesario tenerlos, en especial, si requieren un grado de especialidad o conocimiento. Siempre me han dicho que para ir a una fiesta sobran invitados; sin embargo, para ir a levantar caídos, escasean los voluntarios.

Esto es lógico y no hay lugar a juzgar o reprochar a nadie; toda vez que es claro entender que todos buscamos distractores, entretenimientos o alegrías, ya que, para esfuerzos, trabajos o tareas no remuneradas, pasamos a ser selectivos y desde luego, no a todos interesa.

Coincido con muchas personas en el sentido que cuando toca organizar un evento de apoyo o realizar tareas asistenciales, se debe convocar a muchos con la mentalidad de resignarse a hacer sólo el trabajo; si hay personas que participan, bienvenidas, pero si todos manifiestan su negativa, sin problema los de la iniciativa tendrán que cumplir con el destino que se han propuesto.

Es lógico suponer que para los casos en que me invitan a participar en alguna causa, no rechazo como prioridad sino quedo atento a mi disponibilidad y en ese entendido, doy prioridad a mis compromisos y a las actividades que importan a mi actividad profesional o atienden a mi crecimiento personal. Sé que no se puede estar en todos lados, pero es lindo tener una respuesta precisa y evitar desesperar con la indecisión o palabras esquivas. En fin, si de colaborar se trata, siempre habrá corazones dispuestos, ¿tú eres uno de ellos?

ORGANIZACIÓN ES PERFECCIÓN

Una vez que encontramos voluntades dispuestas a dar un poquito de sí, tenemos por seguro que encontrar el fin que contribuya a una causa será sencillo; en el entendido que se sumarán a éste, aquellos que así lo sienten y se comprometan a lograr el cometido. Distribuir funciones, eslabonarlas para hacer una cadena fuerte, tan fuerte como su eslabón más débil, y respetar al máximo los roles que se establecen, permitirá llevar todo a buen puerto. El compromiso de cada uno de los miembros será valioso y llegará el momento en que sea reconocido, no necesariamente como recompensas o distinciones, sino que a veces bastará con una sonrisa, un simple gracias, una acción con sentimiento del beneficiado o estar satisfechos con saber que se logró algo para mejorar las condiciones de alguien.

He observado a grandes personas que con su esfuerzo y vocación de servicio se han convertido en líderes sociales en sus comunidades; cuando los trato, conozco y veo su interés por la gente y su desinterés por figurar públicamente o recibir algún tipo de gratificación, realmente me conmuevo y además de la admiración, me da a pensar en qué podemos hacer como sociedad para generar a más personas así o bien, disminuir las diferencias entre las personas o hacer un mundo en el cual, haya más oportunidades. Hasta ahora, en mis reflexiones aún encuentro respuestas y cuando esto se hace motivo de pláticas con amigos, nunca concluimos en nada, salvo en mostrarnos agradecidos por la gente de buena fe que sabe cómo dar su máximo para quienes lo necesitan.

Quizás sea demasiado romántico pensar que todos debemos contribuir para lograr un mundo mejor; sin embargo, basta prender la televisión, sintonizar el radio, leer el periódico o adentrarse a las redes sociales para regresar a la realidad y entender que el ego es lo que predomina en este mundo y por más que haya buena voluntad y mejores intenciones y compromisos para realizarlas, nos damos cuenta de que, por ahora, éstas no son suficientes. Basta mirar una fotografía de un apoyo social para percatarse de que los beneficiados se convierten en objeto de figuras que persiguen un fin propio, distinto a la causa común que tanto enarbolan y de la que presumen.

Recuerdo que hay quien se dice actuar como “Robin Hood”; es decir, quitar al rico para dar al pobre, siendo que éste roba a los demás y no da de su patrimonio. No cabe duda de que las caravanas con sombrero ajeno han enrarecido la forma de vida de los países y descompuesto las finanzas sanas de los países. En tu caso, ¿ser altruista es parte de tu vida?

REDES DE APOYO

Hoy tenemos un mundo que necesita de gente que entienda, participe y colabore para crear condiciones más propicias para hacerlo más armonioso y equilibrado. Sabemos que hay diferencias, desabastos, injusticias, necesidades y enfermedades a nuestro alrededor, y como tal, debemos hacer algo al respecto. Basta ver el crecimiento de las adicciones que pareciera que minimiza al resto de los problemas. Su ritmo acelerado no sólo daña a quienes la consumen, sino a su círculo cercano. De considerar su ritmo exponencial, es seguro que nos encaminamos a una población gravemente afectada. Dicen que todos al nacer y crecer tenemos oportunidades y es nuestra facultad aprovecharlas; no obstante, creo que es un deber de humanidad que quienes las aprovechamos apoyemos a los otros y quienes tienen menos, sean beneficiarios de más.

No podemos borrar todo de un plumazo o cambiarlo con un deseo, pero en la medida que generemos una conciencia individual y logremos coincidencias en sociedad, al menos daremos resultados positivos que sumados, nos darán posibilidades de disfrutar de un mejor entorno. Con esta convicción es factible que cada vez más haya redes de apoyo que se nos generen grandes satisfacciones a quienes queremos hacer la diferencia. ¿TÚ ERES UNO DE ELLOS?

Posdata: Agradezco al Consejo Empresarial Agropecuario del Estado de Tlaxcala, A.C., su invitación a su Octava Sesión Ordinaria.

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