Crecer para Trascender

 Por Alejandro Ruíz Robles

“Recuerda que tú no puedes fallar en ti mismo”. (Wayne Dyer)

DÍA TRAS DÍA

Si algo tenemos las personas de esfuerzo continuo es que buscamos construir escenarios que nos favorezcan en nuestro crecimiento. Si ya están, los procuramos conseguir y si no existen, los inventamos. La mayoría sueña en grande y desea que ello se convierta en realidad a la mayor brevedad; es decir, pretendemos que lo ideal sea real y la varita mágica, pasa a ser nuestra voluntad. Es fácil destacar los nombres de los deportistas, artistas o demás personas de éxito que han logrado todo, sus historias nos inspiran y mejor aún, sus consejos los podemos hacer parte de nuestra vida; sin embargo, que difícil es ver a las personas a nuestro alrededor y comprender cuales han sido sus inspiraciones y como han alcanzado lo que se han fijado. De ahí a entender que son seres que han alcanzado su clímax, puede ser más complicado porque es difícil tener contra que compararlo o conocer lo que confrontaron, a no ser que ellos nos lo indiquen y desde luego, habrá que ver qué tanto de veracidad y entusiasmo hay en ello.

En cuanto a los límites en nuestros logros, sabemos que los ponemos nosotros mismos atendiendo y entendiendo las situaciones que están a nuestro alrededor y los motivos que nos impulsan; si bien no buscamos la suerte en exceso, también deseamos que la vida nos sorprenda y la convoque. Desde luego, hay un compromiso único con nuestra esencia; estamos dispuestos a “cambiar mil focos, aunque fundamos 999”. No reparamos en esfuerzos, porque deseamos conseguir nuestro objetivo, esta es quizás una fortaleza por nuestro temperamento y una herramienta más en nuestro carácter. En cuanto a filosofía de vida, ésta será una tarea para nosotros; no obstante, debemos de partir de qué, quienes nos educaron, buscaron darnos todo de la mejor manera que pudieron, sabiendo que su corazón siempre los encaminó a darnos más, conforme a sus posibilidades.

En fin, cuando buscamos ejemplos de triunfo podemos apreciar miles en la literatura o el entretenimiento, pero para ti, ¿quiénes han sido tu ejemplo?LA BÚSQUEDA

Si viéramos las hojas de vida de cada uno de nosotros, encontraríamos que los primeros héroes fueron nuestros padres o un familiar, más tarde un profesor o maestra, pasando después a ser una figura pública hasta llegar a alguien que por su capacidad y trayectoria nos marca tanto en lo personal o profesional. Tomar ejemplos de la vida de una persona, puede ser muy difícil porque prácticamente tendríamos que seguir su presencia todo el tiempo; no obstante, de lo que se trata es de aprovechar los momentos que compartimos y atendiendo a sus palabras y acciones, conocerlo y apreciar su congruencia.

Al final del día, entenderemos quien es, tomaremos lo que nos beneficia y siempre valoraremos su esfuerzo hasta hacer su mensaje parte de nuestra esencia. Es común hablar de legados cuando hay bienes que pasan de generación en generación; sin embargo, hablar de contenidos y hechos que por su importancia trascienden de ser en ser, horizontal o verticalmente, son detalles que nos llevan a permanecer en el tiempo. Quizás los nombres se pierdan con el pasar de tiempo o personas o las referencias se vuelvan inútiles ante la fuerza del mensaje que marca nuestras vidas y es muy probable que a los autores de tal obra ya no importe su recuerdo como tal, sino que sean honrados con la construcción de personas con valores.

Cuando tengo oportunidad de platicar con personas que para mí son destacadas por quienes son o lo que han logrado, usualmente ellos citan sus anécdotas no como glorias sino como meras vivencias cuyo resultado derrochan más de una lágrima o un destello en sus ojos. Escucharlos me hace feliz, pero compromete a mí ser, en intelecto y sentimiento a tomar lo mejor de ello y llevarlo conmigo como una enseñanza útil. La vida es curiosa porque a veces no sabemos cómo medir o utilizar las muestras de valor; es decir, el deportista te habla de anotaciones o marcas, así como el artista de éxitos o movimientos; sin embargo ¿cómo llevar el registro de las cosas que te dan valor? De hecho, ¿te has puesto a pensar en los legados que has recibido?

EL CANDIDATO

Al mirar tu entorno te percataras que siempre hay gente que está pendiente de ti, independientemente de los motivos; y ya sea por cuestiones personales, profesionales o circunstanciales, compartir unos minutos resulta necesario para la convivencia, por lo que es justo tomar en cuenta la manera en que serás conocido y eventualmente reconocido. Es común que esto último no sea relevante para muchos. En tales eventos, con algunos tenderemos a una mayor proximidad física y máxima distancia en cuanto al trato y por el contrario, con otros estaremos en sintonía a pesar de la lejanía; en el entendido que el contacto y el trato son óptimos. En caso contrario, resultara irrelevante. No obstante, cualquiera de los escenarios es parte de nuestras vivencias. Ante ello, habrá que asumir nuestro rol y simplemente asumir que, si buscamos ser la mejor versión de nosotros para cualquier momento, nos disciplinaremos a dar nuestra excelencia y la misma congruencia, nos mantendrá siempre en una forma óptima.

Si nos reservamos mostrar excelencia sólo en ciertos momentos, podremos sujetarnos a los caprichos del destino y como consecuencia de ello, dar una imagen errónea con personas de valía o en instantes importantes. Adicionalmente, habrá que considerar que nuestras acciones como nuestros dichos pueden ser trascendentes para terceros y en esos casos, nunca sabremos realmente que tanto podemos influirlos y consecuentemente, desconocer que jugaremos en su futuro.

En muchas ocasiones la vida me ha sorprendido, debido a que yo presumo que algún evento es intrascendente y para mi asombro, encuentro personas u oportunidades que enriquecen mi camino; desde luego, también se presentan casos contrarios, por más que me programe para no tener expectativas de nada, ni de nadie. Me encanta la vivencia de un amigo que me platicó que nunca quiso ir a la tienda a comprar artículos que consideraba inútiles para una reunión de su hermana y la ironía que se le presento al encontrar en esa tienda a su novia, posterior esposa y madre de sus hijos desde hace décadas; ni hablar de lo que en sus palabras califica como el momento más maravilloso que ha tenido al encontrarla, sin imaginar que su trayecto en común iniciaría con una sonrisa de nervios al preguntarle por la letra que no entendía de la lista que le dieron.

En fin y considerando una frase de Sócrates, éste expresaba que “la gente inteligente aprende de todo y de todos, la normal aprende de sus experiencias y la gente estúpida ya tiene todas las respuestas”. De ser cierto esto, ¿con quién te gustaría compartir un momento de vida?

¿ME RECORDARÁS?

Si bien pensar en que alguien nos tenga presente en nuestra ausencia puede ser un ejercicio de ego arropado en una gran vanidad; resulta interesante saber si alguien valorará nuestra ausencia, es decir, si nuestra esencia en ellos será una grata presencia. Bien dicen que la vida es lo más difícil que nos toca vivir y que sus lecciones a veces nos cuestan lágrimas por más risas que nos distraigan; razón por la cual, debemos siempre mantenernos receptivos y tener los ojos abiertos para distinguir las oportunidades, mostrar actitud y aptitud para transformarlas en resultados positivos y con sus enseñanzas, madurar.

Bien dicen que no hay distancia más corta entre dos puntos que la línea recta y seguro es que quien conoce de ello, se aplica a imitarlo. En este sentido, si la mayor lección que tenemos de este texto es conocer que la rectitud es un don anhelado por el resto, seamos tan íntegros y honestos con relación a nuestros sueños y metas que no sólo seamos nuestra propia luz que ilumine nuestro camino sino brillemos tanto, que otros vean la ruta propuesta.

En varias reflexiones con personas que aprecio coincidimos que empiezas a morir cuando escapas de la memoria de quienes te rodean y te entierran cuando quedas erradicado de sus existencias. Y esto que puede ser duro o frío es cierto, venimos a este mundo a aportar un poco de calor y destellos de color en el corazón de por quienes albergamos sentimientos e ideas para su razón. Pasar desapercibido es no existir y si no existes es que ya has muerto.

No queremos ser parte de un mundo de muertos vivientes, ni mucho menos de seres invisibles para los ojos de quienes nos importan. Si no lo hemos hecho, mostremos valores, acciones y aportemos de nosotros a su entendimiento, quizás con el tiempo viva algo de nosotros en ello y por ende, logremos permanecer en su recuerdo. Hagamos con valor lo que nos da valor y sobre todo, seamos siempre nuestra mejor versión.

¿ESTÁS DISPUESTO A QUÉ TU ESENCIA SEA UNA DIGNA HERENCIA?

Posdata: Agradezco a la Asociación Nacional de Abogados Democráticos, A.C., el Reconocimiento que me han otorgado.

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