Por Alejandro Ruiz Robles
¿QUÉ HACER PARA ESTAR BIEN?
Hablar
de estar bien con uno mismo, pareciera hacer referencia al momento en que hay
paz en nuestra alma, serenidad en nuestro corazón y tranquilidad en nuestra
razón; sin duda, estamos en el mejor momento de actuar. “Todo converge y lo
mejor de nosotros, emerge”.
Sin
duda es ese momento en que encontramos la suficiencia en que podemos ser la
mejor versión de nosotros, para nosotros mismos y para las personas que están a
nuestro lado. Pretender hacer algo por alguien, si carecemos de algo o si en
nosotros existe una deficiencia, es condenar a la otra persona a que no obtenga
el resultado buscado.
En
ese sentido, respirar el equilibrio logrado entre lo que somos y lo que
queremos, nos lleva a tomar mejores decisiones y por ende, construir un mejor
presente, edificando las bases para nuestro futuro.
Las
personas sabias que han estado en mi vida me han enseñado que “nadie da lo que
no tiene” y como consecuencia, es en la armonía que podemos lograr los mejores
resultados.
¿Estás consciente de que, si tú estás bien, tendrás una mayor oportunidad de alcanzar lo que te propongas?
POR EL GUSTO DE ESTAR
Para
nadie es un secreto que somos seres sociales y que logramos nuestra mejor
versión de nosotros estando en comunidad, máxime si ésta es parte de nuestra
elección o bien, el participar en ella es por convicción.
A
veces pareciera que la imagen de alguien que está bien consigo mismo, se
proyecta e irradia luz que sin duda, quien se encuentra en oscuridad, desea su
cercanía. Y es en esos momentos en los cuales debemos preguntarnos si estamos
listos para participar de la vida de alguien, escuchando su historia para saber
que le provoca histeria.
Si
ese alguien recurre a nosotros, es porque se encuentra en desamparo y si
nosotros hemos encontrado el equilibrio, bien vale la pena compartir para
favorecer la toma de decisiones que a ello lo lleven.
Es
seguro que a este mundo venimos con diversos propósitos. ¿Consideras que el estar para otros, es uno
de ellos?
EL DILEMA
Cuando
alguien nos platica de una situación que le inquieta, es válido opinar, pero es
mejor escuchar con atención y entender la situación. No tenemos una varita
mágica para encontrar soluciones; sin embargo, la magia se da cuando alguien se
siente atendido. No siempre quien nos platica requiere que le respondamos, a
veces sólo escuchar a otro es una invitación válida para que la cordura aparezca
y sea recibida en respuesta a cualquier cuestionamiento.
De
hecho, parte de la solución del problema se da al ser hablado y sentirse
escuchado, ya que esa dinámica de comunicación permite a quien habla, razonar
sobre lo que dice, escucharse y tener un mejor panorama de lo que sucede.
Es
curioso en ese contexto, la verdadera dificultad se da para quien escucha, toda
vez que no estamos acostumbrados a escuchar sin emitir nuestra opinión y como
consecuencia de ello, nos saca de nuestra zona de confort vernos limitados en
la interacción.
“Mira
quien habla”, “pon atención a tu audiencia”, serían frases aplicables para
destacar el valor de la observación; muchas veces, asumimos o suponemos
realidades que no suceden, de tal suerte que nuestras palabras distan mucho de
la realidad que nos ocupa. Esto da pie a que haya una nueva problemática para
quien recurre a nosotros, toda vez que no sólo se debe preocupar por lo que le
sucede, sino también se da la incomodidad de no ser atendido y peor aún,
recibir mensajes que no le son aplicables. Escuchar es un don. ¿Eres una persona virtuosa?
EL CONTENIDO EN LOS BOLSILLOS
Del
pasado conservamos tesoros que nos ayudan a ser quienes somos, memorias del
camino recorrido, hitos que hacen referencia a la ruta tomada y, desde luego, puntos
de quiebre que por su importancia pueden ser pautas de vida o cicatrices del
alma.
No
hay como tomarnos un minuto para reconocer la importancia y mejor aún, invitar
a la persona que nos platica, que no sólo tome en consideración su situación,
sino también las fortalezas desarrolladas y virtudes adquiridas en su camino.
Es
curioso, sin embargo, que muchas de las respuestas a nuestros problemas están
en nosotros y basta con observar nuestra realidad para extraer la esencia de lo
que nos inquieta y atenderla con nuestros recursos.
Desde
luego que las palabras de terceros podrán endulzarnos el alma y hacernos
fuertes para el proceso de solución de las dificultades, pero la base de la
solución la encontramos en nosotros.
No
te parece increíble que, si la respuesta está en nosotros, nos compliquemos la
vida buscando fuera. Te has preguntado: ¿qué nos hace pensar que no tenemos el talento para superar nuestras
propias dificultades?
… ¡Y SUCEDE!
Participamos
de este mundo en sociedad y como tal, podemos vincularlos con las personas de
múltiples maneras y durante miles de etapas en nuestra vida con diversos
propósitos. La interrelación es tan básica en nuestra convivencia, que a menudo
obviamos su importancia.
Cada
vínculo es un ambiente de comunicación y son tantos los que generamos durante
nuestra existencia que usualmente, olvidamos los irrelevantes, quedándonos con
aquellos que por su valor aquilatamos. De más está decir, que en esa dinámica
de socialización, unos pueden ser parte de otros y en cada uno de ellos habrá
intereses, roles, comportamientos y personas distintas.
Comprender
que para analizar una situación es necesario entender el ambiente que nos
conflictúa es esencial para encontrar una solución; máxime si entendemos que
debemos observar que este se encuentre completo, en equilibrio y orden.
El
privilegio de escuchar nos brinda la posibilidad de ser una ayuda efectiva para
quien nos habla; después de todo, pensemos que la tecnología, nos brinda cada
vez más plataformas de conexión con otras personas alrededor del mundo,
tristemente, pareciera que hoy carecemos de buscar esa empatía social y nos
aislamos en los programas.
En las charlas, ¿buscas imponer tus ideas?
LA IMAGEN
Mirando
la ciudad entendí que nuestra vida es como una caminata por sus avenidas
principales que en octubre nos presumen sus alebrijes; es decir, debemos seguir
a pesar de las fantasías y demonios que se presenten durante la ruta.
Desde
luego que de la dinámica con otras personas, también tendremos la oportunidad
de conocer los de ellos y, si bien, éstos no son nuestros, estaremos en
posibilidad también de hablar de ellos.
Valorar
a quien nos abre su corazón es importante, reconocer su esfuerzo y voluntad es
básico.
La
ventaja de estar juntos, establecer acuerdos y buscar propósitos conjuntos son
lineamientos primarios para la construcción de relaciones. Darle prioridad a la
comunicación como cimientos de cualquier relación nos llevara a buen puerto.
Un
diálogo eficaz y eficiente nos permite fluir en aras de alcanzar nuestras
metas, con el compromiso de saber que si te hablo me escucharás y esto será
recíproco.
Oír,
no nos da la profundidad que las
personas que respetamos merecen; escuchar es hacer que las palabras de otros
den sentido a nuestro silencio.
A todo esto: ¿ERES BUEN
ESCUCHA?
Posdata: Agradezco a la Escuela Javier Barbero por acreditarme en el programa “Coaching Sistémico Organizacional”, Edición 2023.
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