Por: Eva Montañez García
Psicóloga
Para comenzar con este artículo
daré una breve explicación sobre que es la memoria sensorial.
Es aquella capacidad para
percibir y almacenar información de nuestro entorno físico, parte de ella la
convertimos en recuerdos, nuestro cerebro considera que carece de importancia,
pero la conservamos gracias a nuestros sentidos los cuales son responsables de
captar la información de manera visual gustativa táctil auditiva y
olfativa y tenerla disponible en nuestra
memoria. De tal modo, será la sensación
que tengamos al instante en el que almacenamos los datos lo cual provocará que
en el futuro la percibamos como positiva o negativa, y que resulte agradable o
traumático rememorarla. Por ese motivo, un mismo olor o una misma imagen pueden
causar reacciones completamente diferentes en distintos individuos.
Esta forma de funcionar de nuestra memoria nos posibilita relacionarnos con nuestro entorno de manera más placentera, cuando estamos o vemos a los que queremos y percibimos aquello que activa recuerdos bonitos y agradables: el olor de las pinturas del colegio si hemos sido felices en él, el sabor de una comida de un viaje al extranjero en que disfrutamos cada segundo, etc. Pero también posibilita que seamos precavidos y actuemos con mayor cautela cuando recordamos algo que nos alerta de un peligro: el olor a gas, el rostro de una persona violenta, el sabor de un alimento en mal estado, etc. La experiencia almacenada a través de nuestra memoria sensorial es muy valiosa.
¿Cómo funciona la
memoria sensorial?
-El funcionamiento de la memoria
sensorial resulta, en cierta medida, curioso. Nuestra memoria trabaja como si
realizara una fotografía instantánea de determinado momento en milésimas de
segundo. Esta instantánea le sirve para captar información a través de los
sentidos. Pero la mayoría de esa información la destruye y acto seguido, la
sustituye por otra.
De hecho, la memoria sensorial
solo es capaz de retener esa información precisa un par de segundos. Solo
cuando esos datos almacenados pasan a la memoria a corto o a largo plazo,
porque nuestro cerebro los considera relevantes, se convierten en recuerdos y
se almacenan; en caso contrario, se pierden.
-La memoria icónica o visual es la que almacena la información por medio de la vista, como la imagen de un anuncio, una foto, un color o una puesta de sol.
-La memoria ecoica o auditiva se
sirve de los oídos, así que en esta categoría entra la música, el sonido de un
timbre, un teléfono o una voz.
-La memoria háptica se base en la
información que se recibe por medio del tacto, como la suavidad de un tejido, la
arena cuando quema, etc.
-La memoria olfativa capta la información de los olores y los relaciona con otras situaciones o personas, como nos sucede con el perfume de alguien.
-La memoria gustativa se pone en funcionamiento por medio de la captación de
sabores, aunque cuando hablamos de comida, el olfato y la vista interrelacionan
entre sí en muchas ocasiones.
Consultas presenciales y vía virtual
Guadalajara, Jalisco
Eva Montañez García
Tel 3345936464
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