Psicóloga
El
duelo es un proceso interpretado por un conjunto de representaciones mentales,
emociones y comportamiento vinculados a una perdida, la cual implica el
restablecimiento del sistema que rodea al individuo pues se tiene que
reorganizar de lo particular a lo
general, comenzando por el sistema familia,
la redistribución de los roles y su adaptación a la realidad a partir de
la perdida; el tiempo aproximado para superar una perdida es de un año.
No
hay duelos iguales. Es un proceso necesario y único para cada persona en el que diversos factores acompañan la
pérdida:
· Contexto
en el que se produce la muerte y las creencias respecto a la misma.
· Relación
interpersonal con el fallecido.
· Edad,
sexo, personalidad y situación vital de quien sufrió la pérdida.
· Características de la familia. En el caso particular de los niños es importante si ellos
. tienen
o no un padre o una figura de apego primaria con la que puedan permanecer
después del fallecimiento.
· Apoyo
y estrés con los que los allegados del niño viven el proceso de duelo.
· Recursos
externos de apoyo emocional y psicosocial.
· Recursos
internos de quién ha sufrido la pérdida. Es decir el temperamento, la
personalidad, las ideas, la tolerancia a la frustración y la resiliencia.
La
pérdida de un familiar en la infancia siempre es una situación complicada, con
características diferenciadas en función del momento evolutivo en que se
encuentre el niño. A lo largo de la infancia, el niño se encuentra en proceso
de desarrollo tanto a nivel físico como cognitivo y emocional, lo que implica
también que su capacidad de resolver problemas aún está desarrollándose.
En
tanto que el niño es dependiente de los adultos, el proceso de duelo estará
determinado tanto por las circunstancias inherentes al niño, como por las
circunstancias del entorno y de las personas cercanas, actitudes de los
adultos, aspectos emocionales y afectivos, situación económica y social.
¿Cómo reaccionan los niños ante
la muerte en la primera etapa de la infancia?
A esta edad,
debido al nivel de desarrollo mental del niño, éste aún no es capaz de
comprender el significado de la muerte a un nivel racional. Por este motivo, el
niño experimenta el duelo como un período de separación y abandono que
representa una amenaza para su seguridad y equilibrio afectivo
De los cuatro a los seis años: Se trata de un periodo evolutivo
caracterizado por un estilo de pensamiento más concreto y mágico. Dada la
concreción del pensamiento del niño, se produce una concepción más limitada del
tiempo y de la muerte, pudiendo aparecer pensamientos de que la persona vuelve
a la vida. También son comunes creencias irracionales como que la muerte puede
ser contagiosa. Por este motivo, los niños a esta edad pueden hablar de la
pérdida como si fuese algo cotidiano e incluso hacer que juegan con la persona
fallecida. Según esta visión del acontecimiento, el niño puede considerar que
la persona fallecida sigue con su día a día.
A
nivel emocional y conductual, es común que el niño demuestre su necesidad de
protección a través de una regresión, es decir, presencia de conductas más
inmaduras con respecto a su edad (mojar la cama, pesadillas, miedo a la
separación).
A
esta edad puede resultar necesario explicar más de una vez el fallecimiento,
sus circunstancias, el significado y las implicaciones de la muerte. Con el fin
de lograr una mejor comprensión, podemos mencionar los muchos momentos de la
vida cotidiana en los que la muerte nos rodea: plantas, animales etc.
Continuará en parte 2...
Terapias presenciales y vía internet
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