Por: José Ruíz Mercado
Educación es un proceso continuo. Nada
estático. De ahí los diversos enfoques en la enseñanza aprendizaje a través de
los años y las sociedades. Cuestionamientos, polémicas, continuidad de
tradiciones, lucha intercultural. ¿Educar? ¿Para qué?
La utilización de herramientas para una
mejor comprensión de los contenidos, o incluso para la socialización de la
comunidad, se ha utilizado como medio. El teatro didáctico, la música, la
escritura, incluso como terapia ha sido parte fundamental de la pedagogía.
Aquí viene la gran propuesta, la diferencia
entre el educar con el arte y educar para el arte. El primero toma alguna de
las variables para un fin específico; el segundo responde a la
profesionalización.
Educación como fundamento de la socialización. Procuración de una ética para la colectividad. Disciplina, trabajo comunitario, el individuo al servicio de la comunidad, valores en donde el respeto al bien común es primordial.
Los tiempos cambian. Las relaciones interculturales
también. Los contrastes. La ciencia se transforma, el conocimiento de esta, la
historia es el fruto de todos los sectores, la dialéctica en su lucha de
contrarios. Los polos opuestos, la energía misma.
La pedagogía, sus métodos, sus respuestas a
la comunidad, resolver las necesidades socio políticas para un mejor
entendimiento entre las partes. Los grandes teóricos de la educación con un
fundamento filosófico sostienen la práctica docente a partir de un estudio
particular hacia lo colectivo.
La necesidad de colectivizar las prioridades,
la educación por el bien común antes que el individual. Si la comunidad está
bien, yo lo estoy también. La paz reinante inicia en los procesos de
interacción. Nadie vive a expensas del otro.
La grandeza humana radica en comprender esta
relación. La riqueza colectiva se concibe a partir de unir esfuerzos. Nadie
tiene por qué cargar al otro. Es una ética en donde la mendicidad y el robo no
tienen cabida.
A Antón Semionovich Makarenko le tocó vivir
los años de la post guerra. Trabajó con los huérfanos, en reformatorios, Funda
la Casa cooperativa para huérfanos, Gorki. Los momentos más severos de la Rusia
estalinista.
Su razonamiento fue de la práctica educativa
como el motor capaz de transformar la sociedad para construir una nueva, en
donde, la práctica comunitaria sea la estructura principal en cooperación. Una
ética primordial.
Escribe Poema Pedagógico, un libro en donde
expone el individualismo como una conducta enferma, la antiética generadora de
la discordia, el enfrentamiento al interior, la negación de existir en
sociedad.
Makarenko afirmó a partir de toda su vida en
la pedagogía, de cómo, el estancamiento de las sociedades, la guerra, se da por
desconocer al otro, de la falta de respeto a la actividad social, por lo mismo,
la ausencia colectiva.
Encontró en el teatro la herramienta idónea
para la enseñanza. Primeramente, en la práctica, dada la necesidad de trabajar
en colectivo. La actuación es un acto socializante, no una forma de lucimiento
personal. La segunda, la acción provocada directamente en el público.
Bertolt Brecht lo llevó a la práctica en una
obra que utilizaba para entrenamiento de sus actores, en español se conoce como
La Prevención, y el movimiento de teatro chicano, así como el latinoamericano
de los setenta, se complementaron con las teorías de Makarenko.
El movimiento inicial de CLETA en la Ciudad
de México, Los Mascarones en Cuernavaca, El Zopilote en San Luis Potosí, los
grupos exiliados centroamericanos en México, entre otros Contigo América,
también de los setenta, tuvieron esta base.
Volvemos a los fundamentos de la ciencia.
Nada se da aislado. Todo es consecuencia: Causa consecuencia, nos dicen en la
escuela. El desarrollo humano está íntimamente ligado a su interacción con el
contexto socio cultural, escribió Lev Vygotski, otro teórico de la educación.
Los grandes pensadores son aquellos cuya
propuesta se ha atrevido a cuestionar lo establecido. Ya seguiremos en la
siguiente entrega.
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