MIL Y UN PROPÓSITOS
Basta escuchar el refrán de “Año
Nuevo, Vida Nueva”, para inyectarnos de energía y pensar que todo será
diferente a pesar de que no hagamos nada distinto es más, ni siquiera haya un
compromiso de por medio.
El problema de ser tan positivo en estas épocas ralla la fantasía de que
todo será perfecto a pesar de nuestra ética de trabajo imperfecta; las
expectativas de alegría nublan por mucho la mediocridad con que a menudo solemos
conducirnos.
Ya sé que piensan que esto es sumamente negativo y que nuestra actitud
de superación da para mucho más de lo imaginado y ojalá fuera así sin embargo,
no hay superación sin convicción de conseguirla, ni metas cumplidas sin
esfuerzos realizados.
Dejar de pretender que todo cambiará solo por la magia del año que
inicia es una falacia; no es necesario esperar una fecha para mejorar, basta
tener la voluntad de cambiar y trabajar fuerte por ello. Los vientos de cambio
siempre serán bien recibidos por las personas comprometidas con el cambio; las
falsas expectativas de superación sólo crearán una ilusión en la realidad conformista
de quienes vivan pidiendo que las cosas pasen por arte de magia o cuando menos,
voluntad y acción de otros. O bien, ¿crees que haya otra forma de superación distinta
al compromiso y esfuerzo de quien pretende su mejoría?
¡UN PIE TRAS OTRO PIE!
Cuando somos pequeños, nuestros padres nos enseñan a caminar con
canciones, ánimos, enseñándonos los brazos para no sentir temor y buscando que
nos impulsemos de tal manera que sean la suma de pasos los que nos proyecten
seguridad de que avanzamos a placer y que, pese a nuestro ímpetu o falta de
equilibrio, no caeremos al piso ya que ellos estarán para atraparnos.
Ya sea con un simple “andar, andar, zapatitos que remendar…”, o bien,
“paso a pasito” o cualquier expresión que nos anime, sabemos que no hay nada
más fácil que ir al frente y siempre con un pie tras otro es más, la suma de
estos movimientos nos hará confiarnos en que tan pronto como caminemos sabremos
correr, aunque la realidad nos lleve a trotar más que a andar.
En fin, lo importante es desplazarnos por nosotros mismos y siempre con
la confianza de que pase lo que pase no caeremos y de darse el caso, no nos
detendremos a llorar de dolor porque siempre habrá un abrazo abrigador o una
caricia “cura todo”.
En ese sentido, si aprendemos a caminar con esfuerzo y sabemos que
alcanzar las metas implica ir al frente; ¿cuál
es la razón para no entender esto en nuestras vidas?
Si la mística del inicio del año nos lleva a buscar la magia, ¿no es momento de pensar que nuestro esfuerzo será la varita mágica que la proyectó a la realidad que pretendemos?
¡SI, PERO NO!
Si la pregunta existencial en la obra de “Hamlet” es: “¿ser o no ser?, esa es la cuestión, bien podríamos
parafrasearla y repetirla para cada fin de año de la siguiente manera: “¿querer
o no querer, esa es la meta?”.
Podremos querer mil y una cosas, pero si no
hay la convicción por lograrlas, seguido del esfuerzo por hacerlas, ¡no tenemos
nada!
De más está el prometer si las palabras son
tan huecas como las ideas y los sentimientos. Cuando hay un compromiso honesto
con nuestros sueños, estamos en el camino correcto y los pasos que sigamos nos
harán llegar a esa meta.
La vida me ha enseñado que no hay mayor
lección que la que se da con el ejemplo y que es resultado de nuestra
congruencia es decir, si hablamos de trabajar, trabajemos, si es de esfuerzo,
esforcémonos, si es de honestidad, la verdad se hará presente con nuestras
palabras y actos.
Evitemos caer en una falsa retórica o en
mentir por el mero trámite de convivir, somos mucho más que ciertos momentos o
que sólo celebraciones y festividades sociales.
¡Hagamos que las cosas pasen porque así es
nuestro ideal y no seamos presas de las presiones de terceros o de especulaciones
llevadas por la emoción!, es decir: ¡si
lo quieres, hazlo!
¿Estás de acuerdo
en comprometerte contigo en aras de ser tu mejor versión?
¿LO QUIERO O NO LO QUIERO?
Como ya hemos visto, de más está pretender
tener deseos si éstos no van seguidos de compromiso, esfuerzo, dedicación,
disciplina, etcétera; de hecho, estas acciones son las que dan sabor a
obtenerlos. El problema no está en desear algo mejor sino en tratar de
alcanzarlo sin hacer nada por ello.
Si de algo está llena está época es de la
esperanza de que vendrán tiempos mejores, lo cual depende de todos y cada uno
de nosotros. Si nos dedicamos a construir, seguro pronto veremos los
resultados; por el contrario, si sólo nos ocupamos en pedir, seremos presas del
deterioro natural de la inacción que comprometa nuestras vidas.
Es curioso, para construir tenemos cada día, ¿es tan difícil aplicarse día a día para
tener una vida mejor?
LA SOMBRA DEL PASADO
La historia que cada uno de nosotros ha
escrito ya es inalterable, sucedió y como tal es sujeto de análisis desde las
perspectivas que así consideramos. Bueno o malo es lo vivido y difícilmente
podremos alterar los resultados, quizás si encontrar nuevos sentidos o
interpretaciones.
El presente es lo único cierto que tenemos y
en nosotros está edificar las bases de cara al futuro que pretendemos;
enriquecerlo con las emociones, sentimientos, compañías sin duda lo convierten
en algo que vale la pena vivir. Si algo tenemos que hacer frente al pasado es
aprender de él; entendiendo que sabemos lo que pasó y a mayor objetividad, sin
duda alguna tendremos mayores elementos a tomar en cuenta.
Es curioso, pero la nostalgia con la que
miramos el pasado puede convertirse en una muestra de gratitud constante; al
fin de cuentas, somos afortunados por lo que hemos vivido y porque hoy podemos
recordarlo. Las consideraciones de que todo en el pasado es bueno o malo son
vanas cuando no las tomamos en cuenta para nuestra mejora; hoy somos lo que
somos en base a lo que nos ha tocado vivir, ¿o te sientes ajeno a tu propia historia?
¡VOY DERECHO Y NO ME QUITO!
Si en nuestras manos está erigir nuestro destino, no hay lugar a
promesas vanas, sean o no condicionadas por una época o un motivo; en ese
entendido, es hoy y ahora el momento
de actuar en beneficio de nosotros. Si necesitamos de inspiración que
nos inyecte de fortaleza basta mirar los ojos de las personas que creen en
nosotros por quienes somos y que saben que tenemos lo necesario para ser cada
vez mejores personas.
Cada oportunidad de vida que tenemos es una señal clara de que podemos
ser una mejor versión de nosotros en consecuencia, pongamos nuestros sentidos y
sentimientos en lograrlo.
Si conocemos el verdadero significado de la Navidad, la efervescencia
del amor del Día de San Valentín y la esperanza que nos da el año nuevo,
entonces tomemos nota de que no es necesario esperar a que lleguen estas fechas
para pretender un nuevo comienzo, pongamos manos a la obra y a darle.
Si el amanecer de cada día nos presenta una nueva oportunidad de vivir,
no hay razón para desperdiciarla, quizás en los momentos finales de nuestros
días veamos en segundos fragmentos de nuestra vida, pero procuremos que sea con
la sonrisa de satisfacción por lo cada día intentado y cada meta lograda.
Si algún día me preguntarán como pretendo escribir el epílogo de mi
vida, únicamente pediría que fuera con la firmeza de saber que nada me detuvo y
que quizás el tiempo fue benévolo para permitirme concretar el destino que
pretendí en mi prólogo y desarrollé en cada capítulo de mi existencia.
¿Has considerado cuál será el prólogo de la
historia que hoy tienes en tus manos?
Posdata: ¡Agradezco al Maestro Alejandro Reyes Bravo y a la Comunidad de Ex Becarios de Israel en México haberme entregado esta moneda conmemorativa!
Facebook:
@RuizRoblesCP22
Twitter: @22Publica
Linkedin: Correduría Pública 22
Importante: Síguenos “EN TUS PROPIAS PALABRAS” todos los miércoles de 16 a 18 horas a través de www.wowmx.tv o www.astl.tv … ¡Te esperamos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Este es un espacio donde su opinión cuenta, sin embargo no se permiten mensajes ofensivos hacia ningún sector de la población, sexo, raza o credo; tampoco se permite el uso de palabras soeces.