“Les muses ne dorment pas,” (“Las musas no duermen”)
“La vida es demasiado palpable y evidente,
la creación constituye el verdadero misterio”. Zoé Valdés.
En el ámbito cinematográfico, es guionista de Vidas paralelas de Pastor Vega, Amorosa de Pilar Távora, y los inéditos Desequilibrio y Profecía. Ha codirigido Caricias de Oshún con Ricardo Vega, entre otros documentales. Actualmente colaboradora en la prensa española y francesa como Revista ARS, Le Monde, Libération, Le Nouvel Observateur, Beaux Arts, Les Inrockuptibles, Elle, Vogue, Qué Leer, en los diarios El País y El Mundo, El Semanal Digital y El economista. Al igual participa en congresos, festivales de cine, de literatura, ejerciendo como miembro del jurado de prestigiosos concursos.
Recientemente fue publicado en Francia por Éditions Stock, su libro “Les muses ne dorment pas,” (“Las musas no duermen”), género ficción, el libro contiene su experiencia e impresiones al haber dormido toda una noche sola en el museo Thyssen-Bornemisza/ Madrid 2019. Obra que revela los lazos que unen a los pintores y sus musas; y narra la historia de una forma sensual, sublime y exquisita; en un relato sonámbulo teñido del realismo mágico. Una lectura muy recomendable. Os comparto a continuación un maravilloso vídeo de Zoé Valdés en el museo Thyssen-Bornemisza, la noche que surgió la inspiración para crear esta espectacular obra. ¡No os lo perdáis. https://youtu.be/kNA79lVR3tY
Entrevista:
Zoé en “Les muses ne dorment pas,” existe una total
importancia de la sensualidad, del deseo plasmado en la pintura, de tu amor por
el arte, por la creación infinita. ¿Hasta qué punto te transformó la
maravillosa sensación de crear esta obra?
- Tienes razón, no había pensado en
ello, pero es cierto que este libro transformó mi visión del museo, de la idea
de las obras atrapadas en un museo, ahora pienso que las obras ocupan y
encuentran espacios de mayor libertad en un museo. Después me di cuenta que hay
dos formas de apreciar el arte, en absoluta soledad y aislada, y con público,
sintiendo sus respiraciones, sus pasos, sus roces. Esa noche sembró en mí
muchas y variadas ansias, de volver a la pintura, al dibujo, a la pincelada, y
al mismo tiempo dejarme conducir por la belleza de la paletada hacia una
historia, y que la historia por primera vez me dominara.
¿Qué
van a encontrar los lectores entre las páginas de Les muses ne dorment pas?
-Los lectores encontrarán especialmente
la obra de Canaletto, de Balthus, de Pierre Bonnard, contadas, narradas a
través de mi propia historia y de mi imaginación, mediante personajes reales y
de ficción; o sea, lo que es para mi realmente el misterio de la literatura,
que es entregar al otro los más elaborado de su soledad, que son el anhelo y la
creación, traducido en esbozos de personas inventadas que transcurren,
discurren, equilibradas o en desequilibrio, vibrantes en la cuerda floja de las
palabras.
Las musas son chicas jóvenes, a veces
adolescentes, personas inocentes sacrificadas en el altar del deseo de los
pintores. ¿Podrías contarnos en menos de cien palabras la escena más erótica de
la obra?
-Creo que sin serlo de manera directa
las escenas más eróticas son las de María con Sergio, el fotógrafo, aunque no se
tocan, no pasa absolutamente nada carnal entre ellos. Pero sucede algo mayor,
más grande que sus propios deseos; sin que estos lleguen a consumarse, que es
apoderarse mentalmente uno del otro, a través de las miradas y luego del
recuerdo en el tiempo.
El
libro se divide en dos partes: las primeras etapas, bajo la apariencia de una
imaginación lúdica, una joven modelo posando para Balthus, jugando al gato y al
ratón con el maestro del "Passage du commerce Saint-André", la
segunda parte nos muestra otra musa, Renée de Monchaty, amante idealizada por
Pierre Bonnard en "Femme à sa toilette", y que se suicidó por amor
desilusionado, en 1925. ¿Por qué elegiste estas pinturas en concreto, musas y
pintores que engloban la creación de la obra?
-Siendo
joven posé para Balthus, brevemente, y no salí igual de esa breve experiencia
de observar a mi vez a un creador mientras él creaba bocetos estudiando mi
cuerpo y mi inmovilidad, o serenidad. Balthus es un pintor sobre el que he
escrito bastante y cuya obra aprecio. De hecho, como no podía ser de otra
manera, es un personaje en “La mujer que llora”, mi novela sobre Dora Maar. Por
otro lado, Pierre Bonnard es mi pintor favorito. La historia de René Monchaty,
su modelo, su amante, amiga además de su prometida, Marthe, que devino su
esposa, y la forma en la que se suicidó en Roma, recreando una obra de Bonnard,
la depresión en la que se sumergió Bonnard, el hecho de que viajó a Las
Antillas y de que estuvo probablemente unas semanas en Cuba, pues me hicieron
delirar y me empujaron a concebir la historia.
¿Cuáles
dirías que fueron tus principales fuentes de inspiración? ¿Cómo fue el proceso
creativo del libro?
-Mi
fuente de inspiración es la obra misma de estos pintores y mi relación con
ellos y con su obra, sentimental y literaria. El proceso de creación fue
rápido, lo tenía todo muy bien armado en mi mente, pues llevaba tiempo amasando
esas historias de musas que se convierten en auténticos destinos
imprescindibles e inolvidables, mujeres que inspiraron tanto y que sin embargo
tan poco se sabe poco de ellas y que incluso prefieren borrarlas, porque aun
muertas molestan demasiado en sus anhelos pasados de libertad y de amor, de
deseo y permanencia.
¿Sueles
mantener contacto con tus lectores? ¿A través de qué canales pueden contactar
contigo?
Mantengo correspondencia por carta
desde hace años con algunos fieles lectores. Hay otras vías ahora, los emails y
las redes sociales, también mediante mi blog zoevaldes.net, o mi periódico
ZoePost.com.
¿Cómo
afrontaste la construcción del libro? ¿Te impusiste una rutina o te dejaste
fluir por la inspiración?
-Soy muy metódica, estudio cada detalle
y eso me lleva tiempo. La rutina no me seduce, más bien ir descubriendo día a
día las posibilidades que van apareciendo en la historia, que sorprenden
siempre. La inspiración, desde luego, y el trabajo diario. La literatura es un
sacerdocio, sin constancia y entrega no puede devolver lo que demandas de ella.
¿Cuáles
son tus planes futuros para el libro?
-El libro está publicado en Francia, en
Éditions Stock, recién ha salido. Hoy lo presento en Strasbourg, deberé participar
también en el Salón del Libro de Niza, y en otras Ferias y Salones en Francia.
Mi agente literario está viendo con quién publicarlo en España.
A
través del poder de la escritura; algo realmente mágico, podemos realizar los
sueños que más amamos. Si en la actualidad mantuvieras una charla con Balthus.
y Bonnard. ¿Cómo abordarías a estos dos maestros de la pose sugerente y
erótica? ¿Qué temas y curiosidades tratarías con ellos?
-Con Balthus, aunque pude, no mantuve
unas charlas. Él hablaba poco mientras trabajaba, y cuando lo hacía era más
bien un monólogo extraordinario; yo era muy joven y prefería escucharlo. Yo no
soy de hablar cuando presiento que los otros llevan más experiencia y tienen
más cosas que decir, prefiero oírlos. Con Bonnard, no tuve ese privilegio que
tuve con Balthus… Pues a Bonnard le preguntaría sobre el secreto de sus malvas
y amarillos en sus pinceladas, cómo podía conseguir esas sombras entre esos
colores, sombras que parecieran bichitos que se mueven dentro de la pintura… Bueno,
hoy les preguntaría mucho más sobre la obra que sobre la vida.
Hemos culminado esta entrevista para conocer más detalles acerca de la obra recientemente publicada:“Les muses ne dorment pas,” (“Las musas no duermen”).
Zoé ha sido un placer contar con tu presencia y quiero darte
las gracias por haber compartido este rato de charla conmigo. Y para finalizar,
me gustaría que saludaras a los lectores y les animaras a que leyeran este
espectacular libro.
-Un gran beso a cada uno de los lectores, ellos han hecho de mi lo que soy como escritora, sus lecturas me han abierto horizontes increíbles. Acompañar sus soledades con la mía ha sido mi mayor premio. Me gustaría que leyeran este libro porque se trata de lo esencial: de amor y de creación, mediante el deseo y el arte.
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