La exigencia de los derechos humanos a la salud no es golpeteo político
Por: Lic. Patricia Alvarado Corona
Guadalajara, Jalisco.
México adolece desde las instituciones gubernamentales de sensibilización
política ante la crítica del desabasto de medicamentos.
Es vergonzoso que el doctor
López Gatell trivialice la escasez de insumos oncológicos para la niñez mexicana
como una estrategia de “golpe de estado”.
La exigencia al cumplimiento de
los derechos humanos no es golpeteo político, la infancia mexicana muere por la
falta de estos medicamentos, es un hecho y aún si fuera un solo niño o niña
todas las personas tendrían que estar reclamando este derecho a la salud sin
ningún cuestionamiento.
El derecho a la salud no se
cuestiona no se trata de sólo un derecho o una norma, sino de que su
cumplimiento sea oportuno y su aplicación cuando se requiera.
En nuestro país abundan los
amparos sobre la niñez con cáncer y leucemia a quienes desde hace dos años
aproximadamente se les está negando el medicamento en los hospitales públicos.
En los Objetivos de Desarrollo
Sostenible de la Organización de las Naciones Unidas en su numeral 3 nos dice
que el derecho a la salud es un derecho fundamental y que la marginación,
estigmatización y discriminación tienen consecuencias negativas en la salud
física y mental de la persona e impiden la evolución de la sociedad y del
Estado, es por ello que visibilizar la carencia de este derecho de la niñez
mexicana debe tener un cariz de sensibilización y atención por parte de las
instituciones de gobierno de primer orden.
Uno de los pilares básicos para
sustentar este derecho es la inversión en investigación y desarrollo de nuevas
medicinas, vacunas y abasto de las mismas en el menor tiempo posible, en este
caso para la niñez con cáncer.
Por ello es imprescindible que
el acceso universal a los servicios de salud sea impostergable para que se
reduzca la mortalidad infantil.
Para que nadie se quede atrás
hay que tener voluntad política y sensibilización ciudadana en los temas de
derechos humanos.
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