martes, 21 de julio de 2020

Circo, Maroma y Piñata

                
Por: Blanca Nieves Palacios Barreda
En 2016, durante su primera campaña para llegar a la Casa Blanca, Donald Trump, movió sus hilos para que fuera invitado a México, su yerno, Jared Kushner, sería el encargado de lograr ese objetivo a través de Luis Videgaray, su amigo, quien era Secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP).
Ante tal noticia, no sólo la Secretaria de Relaciones Exteriores, Claudia Ruiz Massieu
Salinas, demostró su inconformidad a tal venida, de tal candidato, sino la gran mayoría de los mexicanos; dicho candidato tenía entre su principal promesa de campaña, construir un muro, a lo largo y ancho de la frontera, para que los mexicanos: asesinos, violadores, narcotraficantes y delincuentes, no pudiéramos pisar suelo estadounidense, agregaba, eufórico que: “dicho muro lo pagarían los mexicanos”.
Trump, vino y, con el presidente de México, Enrique Peña Nieto a un lado en Los Pinos,
reitero, su promesa de la construcción del muro; al día siguiente la nota periodística sería, tanto en México como en el extranjero: “Trump usa a Peña”; el presidente mexicano, trataría de justificar, semejante afrenta a la soberanía de nuestro país, diciendo que, había dos opciones: pelearse con el candidato a la presidencia de E.U. o darle a conocer cuál era la realidad de México y lo importante de mantener buenas relaciones; Peña Nieto optó por la segunda.
Cuatro años después, casi al término de su periodo presidencial, Trump, buscando su
relección, decide la importancia de que, el nuevo presidente de México, Andrés Manuel
López Obrador (AMLO), con un elevado porcentaje de aceptación entre los mexicanos, y
los millones que en E.U. radican, decide hacerle la “invitación”, a través del mismo
personaje, Jared Kushner y teniendo hoy como su nuevo amigo Marcelo Ebrard.
Al parecer el artífice en esta ocasión sería, Bernardo Gómez, de Televisa, quien reuniría en su casa, al presidente de México, al yerno de Trump y al Secretario de Relaciones
Exteriores, Ebrard; con el mismo argumento de mantener buenas relaciones con nuestro
coloso y poderoso vecino y con su belicoso y vociferante presidente en campaña de, “llevar buenas relaciones es lo mejor”.
La negativa a esa visita fue casi generalizada por parte de diversos sectores de la sociedad, incluso fieles seguidores de AMLO, dirían que, por ser periodo de campaña de Trump, no era conveniente que nuestro presidente fuera a E.U., igual hubo quienes apoyarían esa visita, haciendo eco de los argumentos del presidente y decían: “no podemos con Sansón a las patadas”, se intentó ignorar que dos días antes de la visita, Trump, estampaba su firma ignominiosa en una pedazo de su tan soñado muro fronterizo.
La visita organizada por Trump, se llevó a cabo; AMLO se fue contra la voluntad del
pueblo, “ su amo”, a su propio decir; austero el viaje, sí, con una carga de irresponsabilidad, también, porque ya no es AMLO, el candidato, no es cualquier
ciudadano común y corriente y aun cuando él dice no tener enemigos, su investidura es
cada vez más atacada por esos nada inofensivos “adversarios” que pueden ser capaz de
todo, hasta de tumbar un avión por dañar a AMLO, con todo y los pasajeros.
El pretexto de la visita, sería la firma tripartita del T-MEC, pero el presidente del Canadá, Justin Pierre James Trudeau, se negó asistir, a dicho evento, debido dijo; a tener cosas importantes que hacer en su país y debido al periodo electoral que en E.U se desarrolla; así pues, la firma del T-MEC, fue bipartita; hubo quien calificó el discurso de AMLO, teniendo a su lado a Trump, de excelente, histórico, pero igual hubo quien lo señaló como, uno de los discursos que, día con día repite en las conferencias mañaneras.
Tras esta discordante e indeseable visita del presidente mexicano al extranjero, al día
siguiente, seguiría Trump, el “amigo” de AMLO, (a su propio decir), reiterando la
construcción del muro divisorio, entre E.U. y los países del norte y centro América.
Como los mexicanos tenemos la proclividad a olvidar nuestro pasado, aunque sea reciente, con solo ponernos otro evento mediático que atraiga nuestra atención, súbitamente E.U entrega a César Duarte, ex gobernador de Chihuahua, a las autoridades mexicanas, lo mismo que a otro delincuente de cuello blanco, con la conciencia bien negra, Emilio Lozoya, ex Director de Petróleos Mexicanos (PEMEX), entregado por autoridades españolas y viniendo en calidad de: “testigo protegido colaborador”.
Y se rompe la piñata; los medios informativos nos mantienen a todos los mexicanos atentos a: ¿qué va a decir Lozoya?; ¿a quién va a señalar como sus cómplices en el enorme robo que hicieron a México en diferentes áreas, principalmente en PEMEX?; ¿quiénes serán los próximos detenidos? y tras esas confesiones y videos a presentar, por parte de éste negociador de la justicia, ¿cuántos serán los años que le impondrán o, será dejado en libertad por su valiosa y generosa colaboración?
El trato dado a éste personaje, difiere mucho del que justamente se le aplica a un
delincuente, al grado tal que, al bajar del avión en el que se le traía, hicieron toda una
faramalla, en la que muchos periodistas cayeron, al seguir a un convoy, donde se suponía
iba el recién extraditado Lozoya, cuando éste se encontraba ya, en una clínica de salud
privada, siendo atendido de su salud, porque como suele ocurrir, “venía enfermo el
pobrecito”, lo mismo que dijeran en su momento, la profesora Elba Esther Gordillo,
Rosario Robles y toda esa caterva de políticos delincuentes que, acostumbrados a la
impunidad, buscan la forma de evadir la aplicación de la justicia; y salen bien librados y
además millonario; los secretos, mentiras y engaños, siguen cayendo sobe lo ciudadanos…
Este es México señores.

bnpb146@hotmail.com

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