Fotografía tomada de Internet |
Por: Patricia Alvarado
Comunicadora popular y defensora de derechos humanos.
Guadalajara, Jalisco. La violencia se desborda en la marcha contra el
presunto asesinato de Giovanni quien fue detenido el 4 de mayo por policía de
Ixtlahuacán de los Membrillos y un día después entregado muerto a sus
familiares reportándoles que había fallecido por “traumatismo craneoencefálico
y lesiones contundentes” ante consignas de “Giovanni no murió el estado lo
mató” un centenar de personas se apersonaron en Palacio de Gobierno haciendo
pintas y rompiendo cristales del recién restaurado edificio de gobierno.
Las
redes sociales han consignado que Giovanni había sido detenido por los policías
por no traer cubrebocas ante lo cual las fuentes oficiales lo han desmentido y
que éste se había puesto agresivo y por ello de su detención.
A un mes
de los hechos y en la conmoción mundial por lo ocurrido en los Estados Unidos
de Norte América ocurre esto en nuestra ciudad que ha estado siendo
vilipendiada por la violencia ante un gobierno errático en la toma de
decisiones en la pandemia.
Cuando la falta de justicia trastoca la
paz los ánimos de los justiciables se exaltan, cuando la integridad y seguridad
humana no están protegidas por la responsabilidad del gobierno la sociedad se
levanta para exigir justicia.
Es
necesario que el gobierno esté abierto a la escucha, al diálogo, de cara a la
sociedad, transparente, empático, respetuoso de los derechos humanos y la paz.
Este es el primer artículo que leo, donde la noticia se da de manera responsable, no como en otros medios amarillista.
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