viernes, 15 de mayo de 2020

Al Maestro con amor

Por: Victoria Falcón Aguila
En México el 15 de Mayo celebramos a los Maestros, debido a que en 1917, Venustiano Carranza decretó que ese día se festejara a los educadores, debido a que coincidía con el festejo de San Jean-Baptiste de La Salle o San Juan Bautista de La Salle, pues ya en 1950 el papa Pio XII lo proclamó como «patrono universal de todos los educadores de la infancia y de la juventud». 

Jean-Baptiste de La Salle fue un Sacerdote, Teólogo y Pedagogo francés nacido en Reims el 30 de Abril de 1651 y falleció en Ruan un 7 de Abril de 1719.
Consagró su vida a formar maestros para la enseñanza de niños pobres, fundó la Congregación de los hermanos de las escuelas cristinas y del Instituto religioso católico de carácter laico. 

Para su época pocos podían tener acceso a la educación, eran muchos los pobres tanto en las ciudades como en las aldeas, con casi nula oportunidad de acceso a la educación. La Salle sensible ante esto, se pone la misión de crear escuelas para niños y jóvenes pobres.

Su empresa tuvo muchos contratiempos al comprometerse con un grupo de maestros y desear crear una Congregación de hermanos cristianos dedicados a la educación de niños y jóvenes pobres, fue la misma iglesia la que se opuso a que un grupo de laicos estuvieran al frente de la educación con métodos innovadores, de forma gratuita e impartida en lengua vernácula, es decir: en su lengua nativa; recordemos que durante muchos siglos los escolásticos y la Iglesia usaron el latín para los estudios.

Pese a la oposición, La Salle y sus compañeros misioneros lograron la creación de varias escuelas de calidad donde los planes de estudio eran diseñados por ellos mismos agrupando a los alumnos por niveles y resultados, contando con la implicación de los padres.

La Salle no solo se quedó en la creación de escuelas para niños y adolescentes sino que también creo escuelas para la creación de docentes seglares (escuelas normales), escuelas técnicas, escuelas de idiomas modernos, de arte y ciencia, cursos dominicales para jóvenes trabajadores y hasta escuelas para la educación y reinserción de delincuentes.
Fue autor de obras espirituales así como escolares como "La Guía de las escuelas cristianas", libro donde recogió sus propias experiencias pedagógicas y las de sus hermanos maestros; también un manual titulado: "Reglas de la cortesía y urbanidad", consejos para la buena educación francesa. 

De igual modo escribió catecismos y obras espirituales como el de "Meditations pour le tems de la retraite" o meditaciones para los días de retiro, un itinerario espiritual para los maestros.  
Y es aquí donde podemos detenernos a leer el punto numero 1 de la primera meditación: 
"Dios es tan bueno que una vez creados los hombres por Él, quiere que lleguen al conocimiento de la verdad".
Si bien, éste es un libro escrito desde la espiritualidad y dirigido a maestros cristianos, bien puede ser leído por maestros que no profesen dicha fe, pues como dice en su punto 3 de la meditación primera: 

"El primer deber de los padres es educar a sus hijos, pero como no están lo suficientemente ilustrados o están preocupados por trabajar para dar lo necesario a su familia y no les queda tiempo para enseñarles, es ahí donde se sustituyen en personas con luces suficientes y celo para enseñarles".

Más abajo en este punto se dirige a los maestros al recomendarles que enseñen a sus alumnos, pero no con palabras rebuscadas que no produzcan ningún producto en su mente y corazón, pues los niños que son sencillos y muchos faltos de educación, necesitan de quién los ayude a salvarse y concluye pidiéndoles ser fieles a este proceder en el cuidado de los que tienen confiados.

Y es que cuando se habla de salvación, no solo es en el ámbito de la religión sino que un niño y joven educado por un maestro comprometido y de vocación docente, logra darle sentido y proyecto a su vida. Esos maestros causan impacto en sus alumnos sintiendo que se les da importancia, pues no solo los oyen sino que son escuchados sin ser etiquetados o juzgados al acercarse a ellos para pedir algún consejo o plantear alguna duda.

El maestro que trasciende a través de sus alumnos es aquel que está orgulloso de su labor y puede mirar a los ojos a sus educandos debido a que ha cumplido con lo que se prometió: Enseñar al que no sabe y corregir al equivocado con paciencia y dedicación, sin imponerse como máxima autoridad en una clase pasiva y unidireccional, sino que además de transmitir conocimientos en su clase, prioriza la ética y los valores en el aula y fuera de ella.

Cómo diría La Salle: "¿Procedéis así con vuestros alumnos? Adoptad estas prácticas en lo sucesivo si en el pasado no habéis sido suficientemente fieles a ellas".

Sin duda es bueno repasar la vida y obra de La Salle para recordar la misión educativa de cada profesor, cuya compleja y noble tarea no se centra en la educación privada y privilegiada, sino que es un derecho de todos y que en una dialéctica constante, hay que repensarla para cumplir con las exigencias de los educandos según sea su época. 

La educación es humanizar, lo humano










1 comentario:

  1. Muy buena lectura, te hace reflexionar sobre el labor de los maestros

    ResponderEliminar

Este es un espacio donde su opinión cuenta, sin embargo no se permiten mensajes ofensivos hacia ningún sector de la población, sexo, raza o credo; tampoco se permite el uso de palabras soeces.